Chicho Ibáñez Serrador, el “rey Midas” de la televisión

Al talento de Narciso Ibáñez Serrador se debe la creación del concurso «Un, dos, tres... responda otra vez». Sus brillantes ideas y su vastísima cultura se ponían de manifiesto en la redacción de los guiones del programa. Chicho le dedicaba 24 horas al días los siete días de la semana al «Un, dos, tres...»: dirigía, realizaba, producía, escribía... No había un detalle que se escapara de su control. Por eso, en las cabeceras del programa siempre podíamos leer: si algo fallaba, el responsable era... Narciso Ibáñez Serrador. 

La tanda de preguntas

La primera parte del concurso eran las preguntas. Cada pareja de concursantes debían responder alternadamente a la pregunta que les formulaba el presentador durante los 45 segundos de tiempo. Cada respuesta acertada era multiplicada por la cantidad de dinero que en cada caso correspondía.
 
En caso de error o repetición, la parte negativa hacía sonar sus campanas y bocinas y se paraba el tiempo y, por tanto, cesaba la posibilidad de seguir acumulando respuestas correctas.

La eliminatoria

La eliminatoria servía para decidir cuál de las dos parejas que menos dinero había conseguido en la tanda de preguntas pasaba a la subasta. Generalmente, consistía en divertidísimas pruebas físicas.

La subasta

Los concursantes que llegaban a la subasta podían sentirse realmente afortunados, ya que frente a ellos iban a desfilar un sinfín de premios; algunos buenos y otros no tanto. Con intuición debían ir rechazando los que ellos pensaban que serían malos hasta quedarse con el último, que era el regalo que ganarían.
 
La subasta era la parte más espectacular del programa con extraordinarios números musicales y divertidísimas situaciones cómicas.