La Ruperta fantasma

“La Ruperta fantasma” fue el primer juego de consolación, y comenzó a utilizarse en el programa dedicado a la filatelia, de la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez».

En la primera etapa no hubo juego de consolación para los concursantes que perdían en la eliminatoria, sino que Kiko Ledgard les ofrecía una cantidad de dinero por haber participado.

La primera versión del juego de Corn Flakes

La marca de cereales Corn Flakes de Kellog’s fue el primer patrocinador del juego de consolación en «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!».

La primera versión del juego consistía en ir dándole vueltas a las letras de “Corn Flakes” y adivinar el color (verde o rojo) de la letra. Por cada acierto la cantidad de dinero se iba multiplicando por dos, con la posibilidad de ganar hasta 12.000 euros si se acertaban todas las letras.

El juego de Botilde

Con el juego de Botilde «Un, dos, tres...» recuperó la tradición de ofrecer un juego de consolación a los concursantes que perdían en la eliminatoria. Así se había hecho en la segunda etapa, con Kiko Ledgard como presentador, que ponía a disposición de las parejas eliminadas “El juego de la Ruperta Fantasma” y “El juego de la Pera”.

En cambio, en la tercera etapa, durante los programas en que la calabaza Ruperta fue la mascota, no hubo juego de consolación; tuvo que ser la nueva mascota, la Botilde, la que trajera con ella este juego.

El país del Antichollo

Si en la cuarta etapa de «Un, dos, tres...» (1984-1985), fue el Chollo el que dio nombre al juego de consolación (“La carrera del Chollo”), en la quinta, fue la mascota negativa la que protagonizaba el juego, llamado “El país del Antichollo”, que, como todos los anteriores, también se convirtió en juego de mesa.