Presente en el último programa sin saber que acabaría
siendo la presentadora de la siguiente etapa

Mayra Gómez Kemp, que acudió a la grabación del último programa de la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez» con un doble cometido, participar en la subasta como actriz que había sido en esta etapa y para hacer una entrevista a sus protagonistas para su programa «625 líneas», no podía imaginar que años más tarde sería ella la elegida por Chicho Ibáñez Serrador para hacerse cargo del concurso en sustitución de Kiko Ledgard.

A ambos, así como a Victoria Abril, como azafata capitana, los entrevistó para un reportaje especial que fue emitido en «625 líneas» con motivo del final de esta etapa. Mayra despidió su reportaje al lado de esta gran calabaza Ruperta.

Alejandra Grepi despidiéndose de Ruperta

El programa que se emitió el 13 de mayo de 1983 fue muy especial, ya que en él se produjeron diversas despedidas. En primer lugar, fue la mascota del programa la que decía adiós a los espectadores; Ruperta se sentía mayor y daba paso a un nuevo personaje que recibiría el nombre de Botilde. Con ella se despedían también las que hasta entonces habían sido las azafatas del programa, aunque éstas todavía participarían en el programa siguiente para dar el relevo a las nuevas chicas. Y se despedía también un personaje cómico, “la Loli”, que interpretaba Beatriz Carvajal.

El Crack era la mascota negativa de la sexta etapa

La mascota negativa de la sexta etapa de «Un , dos, tres...» (1987-1988) era el Crack. Afortunadamente para los concursantes, de las múltiples ocasiones en las que apareció en la subasta, sólo fue el premio final en el programa dedicado al terror.

En la foto vemos a Silvia Marsó acercando el Crack a la mesa de la subasta en el programa dedicado a la arqueología (4 de mayo de 1987).

Con Botilde llegaron azafatas bailarinas

Con la bota Botilde debutaron seis nuevas azafatas que se diferenciaban de las anteriores en que, por primera vez, eran bailarinas y protagonizarían espectaculares números musicales. Una de ellas fue Maite de Castro, que posa junto a la Botilde en la foto que acompaña a este texto.