Una rivalidad en la que nadie podía mediar

Narciso Ibáñez Serrador, que en la foto trata de mediar en la pelea ficticia entre “don Cicuta” y Kiko Ledgard, fue el artífice del personaje que magistralmente interpretó Valentín Tornos: se trataba de un jurado negativo, contrario a los concursantes y a todos aquellos miembros del equipo, como el presentador y las azafatas.

Fue ésta, precisamente, una de las genialidades que incorporaba «Un, dos, tres... responda otra vez» y que le hacían brillar en comparación con otros concursos de televisión.

Redactores de revistas de humor

El 4 de marzo de 1983 se emitió un programa especial dedicado a las revistas de humor en el que los concursantes, que eran redactores de revistas de humor, participaban para obtener fondos para ayudar al humorista Serafín. Como en la eliminatoria se produjo un empate entre los representantes de la revista “Sal y Pimienta” y “El Papus”, a la subasta pasaron las chicas de ambas parejas.

En la foto vemos a Chicho Ibáñez Serrador junto con Pepe y Natalia, de la revista “Sal y Pimienta”.

Brindando por el éxito de los concursantes

En el programa dedicado a la espuma (15 de noviembre de 1985), Raúl Sénder aparecía en la subasta acompañado por dos estupendas veddettes y portando en su mano una botella de cava. De ella dieron buena cuenta Chicho Ibáñez Serrador, Mayra Gómez Kemp y los concursantes, que brindaron por el estupendo premio en metálico que consiguieron gracias a un juego.

Y, finalmente, fueron ellas: las Hurtado

Mucho se especuló acerca de quiénes serían los actores que sustituirían a los “Tacañones” de la segunda etapa una vez que se estrenara la tercera. Seguramente Narciso Ibáñez Serrador tuviera en su cuaderno o en su cabeza múltiples candidatos; desde luego, quienes sonaron con más fuerza para ese papel fueron el trío “Martes y 13”, formado por Josema Yuste, Millán Salcedo y Fernando Conde.

Pero, finalmente, fueron las hermanas Hurtado (Paloma, Fernanda y Teresa) quienes tomaron el testigo de los “Tacañones”, consiguiendo una enorme complicidad con Chicho y adaptándose perfectamente a su forma de trabajar, lo que motivó que durante muchos años formaran parte del equipo de humoristas de «Un, dos, tres...».