Toda la prensa convocada para ver el estreno de la séptima etapa

El día en que se grabó el primer programa de la séptima etapa de «Un, dos, tres...», el plató E-3 de los Estudios Buñuel era todo un revuelo, ya que centenares de periodistas querían tomar imágenes del renovado equipo.

Chicho, Miriam, Jordi, las Hurtado y las azafatas posaron amablemente durante largo rato para que toda la prensa pudiera realizar su trabajo.

El retorno de viejos conocidos del «Un, dos, tres...»

Tras la celebración del veinte aniversario del «Un, dos, tres...» y la reunión de artistas, cómicos y azafatas de todos los tiempos del programa a Chicho Ibáñez Serrador le debió dar un ataque nostálgico y decidió recuperar a humoristas de los años ochenta para la octava etapa (1992-1993).

De esta forma, junto a las hermanas Hurtado, Arévalo y Manolo Royo (que también habían participado en la séptima etapa), volvieron al programa Raúl Sénder y Fedra Lorente.

Un cambio en la filosofía del programa

La novena etapa de «Un, dos, tres...» (1993-1994) se caracterizó por representar un cambio respecto de lo que se había hecho antes en el programa. La octava etapa había caído en el chiste fácil, con un humor cada vez más explícitamente verde, por lo que Narciso Ibáñez Serrador decidió rectificar y proponer unos contenidos de más calidad, en los que primara el buen gusto, de forma que se consiguiera la sonrisa del público y no tanto la risa ante un chiste grotesco.

Juan Menor fue un gran apoyo

El Director de TVE en 2004, Juan Menor, fue un enorme apoyo para Chicho Ibáñez Serrador y su proyecto de lanzar la versión literaria de «Un, dos, tres...». Confió plenamente en la idea e hizo que se llevara a cabo a pesar del enorme coste económico que suponía. Los datos le dieron la razón finalmente, y TVE obtuvo beneficio con la emisión del programa, lo que motivó que Juan Menor propusiera la prórroga del concurso más allá de las trece emisiones previstas inicialmente.