Anécdotas del último programa de la
novena etapa: “El gran boom”
El programa con el que se cerró la novena etapa
de «Un, dos, tres...» fue un especial resumen de la etapa, que
Chicho Ibáñez Serrador tituló “El gran
boom”, dado que al final de la emisión “dinamitó” el
plató.
En esta sección vamos a recordar algunas
anécdotas relacionadas con aquel programa.
FECHA DE EMISIÓN
Inicialmente, la emisión prevista para este último programa de
la novena etapa fue el 1 de abril de 1994, que era el que le
correspondía según el calendario. De hecho, en el cheque que los
concursantes pierden en la subasta, la fecha que podemos leer es
de 1 de abril. Pero al ser Viernes Santo, TVE decidió finalmente
posponer esa última emisión de «Un, dos, tres...» al viernes 8
de abril, y emitir programación especial de Semana Santa.
Pero el programa fue grabado el martes 29 de
marzo de 1994; de hecho, Chicho, al ser preguntado, manifestó
que aprovecharía las vacaciones de Semana Santa para descansar y
estar más tiempo con la familia, y después del merecido descanso
y de una pequeña operación para quitarse una hernia, pensaría en
nuevos proyectos.
LA TARJETITA DEL PAQUETE DE KELLOGGʼS
En el montaje
final que vimos en televisión, Josep María Bachs no lee la
tarjetita del paquete de Smacks de Kelloggʼs,
a pesar de que obviamente se la había leído a los concursantes.
LA CAMIONETA VIEJA
Uno de los
premios que podrían haberse llevado los concursantes en la
subasta era una camioneta vieja cargada de pañuelos de papel.
Pero
Josep
María Bachs dejó este regalo como secreto de sumario, por lo que
no hubiéramos sabido de su existencia; pero en las imágenes
finales del programa, tras la explosión, aparecía en el
decorado. Por eso Chicho se vio obligado a
anunciar a través de uno de los rótulos, que el regalo dejado
por los concursantes era la camioneta.
LÁGRIMAS FINGIDAS Y SINCERAS
Narciso
Ibáñez Serrador hizo que las azafatas lloraran en este último
programa en varias ocasiones y así lo reflejó en el guión. Pero
además de esas lágrimas fingidas, hubo lágrimas sinceras por la
tristeza de la despedida; Chicho llegó a decir que le enternecía
ver llorar a Alejandra porque, aparentemente, era la más fría y
distante de todas.
GRABACIÓN EN DOS JORNADAS
Como siempre, el programa
se grabó en dos jornadas; en una primera se rodó todo aquello
que acontecía en el decorado, como entrada de regalos y número
musical, y en otra, el desarrollo del concurso propiamente dicho
con las parejas de concursantes.
A pesar de que
la grabación fue tan intensa como de costumbre, se respiraba un
ambiente de sentimientos encontrados; por un lado, la grabación
no fue tan dura y tensa como en semanas anteriores, al tratarse
del último programa; y por otro, y precisamente por eso, se
notaba cierto aire de tristeza y melancolía en los miembros del
equipo, que se verían obligados a dejarse de ver hasta un
próximo encuentro profesional.
Precisamente por
ese ambiente distendido de último programa, los miembros del
ballet se llevaron sus cámaras fotográficas y pudieron hacerse
fotos tan divertidas como ésta en la que vemos a
Chicho Ibáñez
Serrador simular un paso de baile con dos bailarines.
FIESTA DE DESPEDIDA
Tras finalizar la segunda jornada de grabación
todo el equipo del «Un, dos, tres...»
compartió una fiesta de
despedida en la que tomaron alguna copa para festejar que habían
culminado una nueva etapa del programa.
Para la foto posaron los miembros del equipo
artístico que veíamos en pantalla, tales como azafatas,
humoristas, etc. pero también miembros del equipo de producción,
como el señor con barba que aparece a la izquierda, que en ese
último programa fue quien entregó a Chicho en el control de
realización el paquete con el detonador que Mari Luz Bachs le
había regalado; también se unió a la fiesta final la cantante
Andrea Bronston, encargada de doblar a alguna de las azafatas en
los números musicales.
Quienes no estuvieron en la fiesta fueron
las
hermanas Hurtado; en esta etapa no acostumbraban a quedarse
hasta el final de la grabación, sino que terminada su
participación en la tanda de preguntas, se marchaban a casa para
que Paloma pudiera descansar y recuperarse de su accidente.
EL ESTOICO PÚBLICO
El público que acudió a la grabación del último
programa de la novena etapa de «Un, dos, tres...» tuvo que
soportar estoicamente que sobre ellos cayera una lluvia de
arroz, litros de cava y, finalmente, un montón de polvo y
ladrillos y vigas (aunque estos últimos elementos de
poliuretano, que no hace daño). A pesar de todo, los jóvenes que
se congregaron en aquella tarde de grabación, lo hicieron con un
buen humor exquisito y estuvieron prestos en todo momento a
disfrutar y poner de su parte para que el programa se
desarrollara con gran ambiente festivo en la grada.
BALANCE DE CHICHO
A la hora de hacer balance de esta etapa,
Chicho
Ibáñez Serrador destacó los números musicales, de los que se
sentía especialmente orgulloso.
Señaló que tituló el último programa “El gran
boom” porque le parecía divertido ver volar por los aires el
trabajo de muchas semanas, y porque así ponía de manifiesto que
el «Un, dos, tres...» no regresaría a la pantalla en un corto
plazo; consideraba que había sido un error comenzar esta etapa
muy pegada a la anterior. De todos modos, el balance total era
positivo, de hecho dijo: “Pensé que iba a ser mucho peor, dado
que veníamos de dos etapas muy largas”.
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