El entierro de Valentín
Tornos
Valentín
Tornos, el entrañable
actor que dio vida al inolvidable personaje de
“don
Cicuta”, fue el
primer protagonista de «Un, dos, tres... responda otra vez»
que falleció. Fue el 19 de septiembre de 1976, cuando estaba en
plena emisión la segunda etapa del concurso, en la que llegó a
intervenir en los anuncios promocionales y en el primer y cuarto
programa.
Chicho Ibáñez
Serrador, que tenía en
nómina al actor, aunque no intervenía habitualmente dada su
avanzada edad y enfermedad, fue quien se encargó de la
organización y asumió los gastos del sepelio de Valentín.
Al entierro acudieron, además del
director del programa, su presentador,
Kiko Ledgard,
que había cosechado gran éxito como pareja antagónica de
“don Cicuta”
en la primera etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez»,
y los actores que interpretaban a dos de los nuevos “Tacañones”,
Pedro Sempson
y
Paco Cecilio,
a pesar de que estos apenas habían coincidido en el plató con el
fallecido actor.
El entierro tuvo lugar el 20 de
septiembre de 1976, lunes, el mismo día en que se grababa el
programa dedicado a la música, y aunque Chicho solicitó a TVE
aplazar la grabación al día siguiente, la petición no le fue
concedida, así que después del entierro, que tuvo lugar a
mediodía, se trasladaron al plató para grabar el programa,
que comenzó con un emotivo aplauso que todo el equipo dedicó a
Valentín Tornos.
El entierro de Kiko Ledgard
El 23 de octubre de 1995, con 76 años,
falleció en Madrid
Kiko Ledgard.
En el díficil momento de la despedida definitiva, su viuda,
Teresa Marrou,
estuvo muy arropada por sus once hijos, algunos de los cuales
tuvieron que volar desde muy lejanos puntos del mundo (Suiza,
Chile, Estados Unidos, Perú...).
Uno de los hijos de Kiko declaraba a
la prensa que “si Chicho Ibáñez Serrador no se ha
preocupado de nuestro padre en los últimos quince años, no
tendría sentido que lo hiciera ahora. Afortunadamente, los que
han venido son los amigos de verdad, los que querían
sinceramente a papá, y eso es lo que importa en un momento tan
triste como éste”.
De los compañeros de «Un, dos,
tres...» destacó la presencia de
Paco Cecilio,
Pepe Carabias
y
Bigote Arrocet
en el funeral; este último declaró que “Fue
una persona entrañable e inolvidable. Yo me inicié a su lado en
televisión, en el «Un, dos, tres...», y durante los últimos años
he mantenido una buena relación con la familia Ledgard. Me
siento muy mal con su muerte”.
Por su parte,
Pepe Carabias
manifestaba que “Kiko era un amigo maravilloso. Yo fui la
primera persona que trabajó con él cuando se vino de Perú.
Hacíamos un programa infantil en TVE, y luego estuvimos durante
tres meses en el Parque de Atracciones con nuestro show. Más
tarde coincidimos en el «Un, dos, tres...»... Mantuvimos una
relación de verdadera amistad. Y más tarde seguimos viéndonos,
porque vivíamos relativamente cerca el uno del otro. Tengo una
tristeza muy grande esta tarde porque se ha marchado uno de mis
mejores amigos”.
También asistieron al funeral el
realizador
Hugo Stuven
y el humorista
Chicho Gordillo,
gran amigo de Kiko y propuesto para sustituirle al frente de
«Un, dos, tres...» en 1982; preguntado por la prensa, Chicho
Gordillo manifestó que “es una pena que hoy, que ha
fallecido, se haya acordado de él tan poca gente, aunque en el
caso de Chicho Ibáñez Serrador, no creo que tenga cara para
venir”.
El funeral de Jordi
Estadella
El 30 de abril de 2010 nos despertamos
con la triste noticia del fallecimiento de
Jordi Estadella,
presentador de las etapas séptima y octava del «Un, dos,
tres...». Un cáncer de hígado provocó que Jordi nos dejara muy
joven, con tan sólo sesenta y un años de edad. En su esquela, el
propio Jordi quiso despedirse con la mítica frase “Y hasta
ahí puedo leer”.
Su compañera en el «Un, dos, tres...»,
Miriam Díaz-Aroca,
se trasladó a Barcelona para acompañar a
Elisa,
la viuda de Jordi, en el tanatorio. Miriam dedicaba estas
palabras a Jordi: “Era un hombre muy generoso, tan lleno
de vida, tan buena persona, con ese sentido del humor...”.
A pesar de encontrarse en silla de
ruedas,
Narciso Ibáñez Serrador,
que había entablado una entrañable amistad con Jordi tras
trabajar con él en «Un, dos, tres...» y en «El semáforo». Chicho
se refería con estas palabras al presentador fallecido: “Se
me hace difícil hablar de él en pasado; es como si por dentro se
me hubiera llevado el alma. Era como de la familia”.
El entierro de Narciso Ibáñez
Serrador
Narciso Ibáñez Serrador,
creador del «Un, dos, tres...», fallecía el 7 de junio de 2019.
Chicho, maestro y padre de tantos formatos televisivos de éxito,
dejaba huérfano a la televisión, y muchos rostros de la pequeña
pantalla se acercaron al tanatorio de la M-30 de Madrid para
darle el último adiós al veterano director. Así, por ejemplo,
María Casado,
Presidenta de la Academia de la Televisión, destacó de él que es
un figurón y que consiguió sentar en un sofá a varias
generaciones de españoles.
Del programa «Un, dos, tres...» se
acercaron numerosos rostros al tanatorio, como
Josema Yuste,
Bigote Arrocet
acompañado por
María Teresa
Campos,
Lydia Bosch,
Luisa Martín,
Silvia Abascal,
Pepe Carabias,
Manolo Sarriá,
Manolo Royo,
Miriam
Díaz-Aroca o
Mayra Gómez
Kemp, entre otros
muchos.
También de otros programas dirigidos
por Ibáñez Serrador acudieron al tanatorio, como
Marlene
Mourreau,
Mar Regueras
o Nuria
Roca, así como rostros
de la pequeña pantalla, admiradores de Chicho, quisieron
rendirle homenaje, como
Rosa María Mateo
(Presidenta de RTVE),
Paco Lobatón
o
Ramón García,
entre otros.
Por expreso deseo de Chicho, sus
restos mortales reposan en el cementerio de San José de Granada,
hasta donde se trasladaron sus hijos Pepa y Alejandro para
cumplir con su última voluntad.
El hecho de que Chicho quisiera ser
enterrado en Granada obedece a que allí descansa también el
cuerpo de su madre,
Pepita Serrador,
fallecida en 1964.
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En una íntima ceremonia en la que los
hijos de Chicho estuvieron acompañados por amigos y familiares,
Pepa Ibáñez Nauta
leyó una emotiva carta dedicada a su
padre: “Querido papá, lo primero que quiero es darte las
gracias como hija. Con tu amor y esfuerzo mi vida ya sido un
auténtico sueño. Gracias a ti he podido crecer sumamente feliz,
libre y sin preocupaciones. Me enseñaste a fascinarme con la
vida, a tener espíritu crítico, a ser aventurera, curiosa,
inquieta, exigente, perfeccionista y también un poco mandona. Me
enseñaste a experimentar y explorar el mundo al máximo tal y
como tú siempre lo has hecho, pero a la vez a ser bondadosa y
humilde por el camino. Por todo esto te estoy eternamente
agradecida. (...) Has sembrado tantas semillas de amor e ilusión
por tantas partes que ese cariño no va a parar de crecer. Es un
honor tener un padre que con tantísimo esfuerzo tocó los
corazones de millones de personas e inspiró la vida de
muchos para que consiguieran sus sueños. Permanecerás en la
memorias colectiva de todo un país. (...) Lo que más me
enorgullece es el gran corazón que siempre has tenido. Como has
tendido las manos a tantas personas, a sus familias, hijos,
amigos”.
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En el entierro también estuvo presente
Luis Larrodera
y un íntimo amigo de Chicho del mundo de la televisión,
Alfredo Amestoy;
el “tito” Alfredo, como lo llamaban Pepa y
Alejandro. Amestoy leyó un discurso en el que pedía a Dios que
dejara entrar en el cielo a Chicho, donde “ni los ángeles
tienen sexo, ni se puede concursar”.
El funeral de Mayra Gómez
Kemp
El 13 de octubre de 2024 fallecía
Mayra Gómez
Kemp; días antes había
sufrido una caída en su casa de la que había podido recuperarse,
pero una siguiente caída y un derrame cerebral terminaban con la
vida de la carismática presentadora del
«Un,
dos, tres...» en
los años ochenta.
Las circunstancias que rodearon su
muerte y el hecho de que muriera sola y en su casa, provocaron
que su cuerpo tuviera que trasladarse al Instituto Anatómico
Forense para que le realizaran la autopsia; hasta que se
realizaron los trámites burocráticos para que su hermana
Georgina
autorizara que el cadáver de Mayra fuera retirado por
Roxana,
la hija de
Alberto Berco,
el cuerpo de Mayra permaneción en el Instituto Anatómico
Forense, hasta que el viernes 18 de octubre de 2024 pudo tener
lugar durante tres horas una capilla ardiente en el tanatoio de
San Isidro, de Madrid. La sala donde amigos y seguidores
pudieron despedirse de Mayra, estaba presidida por una preciosa
fotografía de la presentadora.
A la capilla ardiente de Mayra se
acercaron miembros de la Academia de TV, como
Manuel Campo Vidal
o
María Casado,
visiblemente afectada, ya que siempre se ha considerado
ferviente admiradora de Mayra, quien prologó su libro sobre la
historia de Televisión Española.
Al tanatorio también acudieron el hijo
de Chicho Ibáñez Serrador,
Alejandro Ibáñez,
quien colaboró con la organización de la capilla ardiente y
Yusán Acha,
director de «¡Qué tiempo tan feliz!», al que tantas veces acudió
Mayra como invitada.
Del programa «Un, dos, tres...»
acudieron sus amigos más íntimos y cercanos, como el matrimonio
formado por
Luisa Armenteros
y Luis
Lorenzo,
Pepe Carabias,
su “hermana”
Beatriz Carvajal
y
Lydia Bosch.
Entre las coronas de flores que amigos
habían mandado al tanatoria, se podía leer en una de ellas la
mítica frase que ellas tantas veces pronunció: “Y hasta
aquí puedo leer”.
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