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Curiosidades y anécdotas

Cosas divertidas o interesantes relacionadas
con «Un, dos, tres...» que quizás no conocías

 

 

La tanda de preguntas

 

La tanda de preguntas era la primera parte del concurso «Un, dos, tres...» y en ella participaban las tres parejas de concursantes; aunque no siempre fueron tres...; esta curiosidad y otras muchas relacionadas con la tanda de preguntas las expondremos en esta sección.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972

 

 

 

   

Cuatro parejas

 

Aunque todos recordamos que en el programa «Un, dos, tres...» concursaban tres parejas, lo cierto es que en la primera etapa concursaban cuatro; una de ellas, la ganadora conseguía el derecho a concursar la próxima semana, y las otras tres se enfrentaban en la eliminatoria para obtener el pase a la subasta.

 

En los primeros programas la pareja de concursantes se sentaban en dos sillas situadas en un podio elevado, y Kiko Ledgard, de pie, les formulaba las preguntas.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972

 

 

Pronto se construyó el set de los concursantes, compuesto de un banco con una barandilla delantera; el set se completaba con una trasera con dibujos de color negro.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972

 

 

En la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez» (1976-1978) también comenzaron concursando cuatro parejas de concursantes.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

En el panel del set de contables las parejas se identificaban de la A a la D

 

 

Esta situación cambió tras las vacaciones de verano de 1977 con el programa dedicado al Maestro Serrano (7 de octubre de 1977); a partir de entonces, en el programa siempre concursaron tres parejas de concursantes.

 

 

“Acercaos al micrófono y habladle fuerte”

 

Hasta que la tecnología de los estudios de TVE, tanto de Prado del Rey como de los Estudios Roma, permitió la utilización de micrófonos inalámbricos, los concursantes en el set de la tanda de preguntas tenían colocado un micrófono que recogía las respuestas que iban pronunciando. En ocasiones, las parejas de concursantes no hablaban muy fuerte y el presentador debía decirles que se acercaran al micrófono para entenderles bien.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

En la tercera etapa (1982-1984) se intentó conseguir mejor sonido colocando un micrófono delante de cada uno de los integrantes de la pareja de concursantes en cada podio que ocupaban. Hasta que se recuperó el set de concursantes en la cuarta etapa (1984-1985), después de haber probado hacer las preguntas en el decorado temático, a los concursantes no se les puso micrófonos inalámbricos de solapa.

 

 

El teléfono para escuchar las rimas de Chicho

 

Igual que la tecnología de los micrófonos inalámbricos tardó en llegar a los Estudios Roma, los “pinganillos” sólo se utilizaron en 2004 cuando el programa era «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!»; por eso, cuando desde el control de realización Narciso Ibáñez Serrador tenía que comunicarse con los presentadores y artistas, lo hacía a través de la megafonía o, de una forma más privada, por teléfonos repartidos por el plató. Las rimas que “los Tacañones” o “las Tacañonas” pronunciaban cuando los concursantes se equivocaban o repetían una respuesta en la tanda de preguntas no eran fruto de la capacidad poética del “profesor Lápiz” o de “la Seño”, sino de la inventiva del propio Chicho Ibáñez Serrador, que les soplaba la rima a través del teléfono que tenían escondido detrás de unos libros antiguos situados en su mesa.

 

«Un, dos, tres...» - 1982

 

 

Cero pesetas por no repetir el ejemplo

 

La pareja que aparece en la fotografía en blanco y negro que acompaña a este texto concursaron en el «Un, dos, tres...» no porque hubieran enviado una carta para participar, sino porque semanas antes los concursantes de la subasta se quedaron con un premio consistente en que otra pareja elegida por ellos concursara en el programa y el premio que obtuvieran les correspondería también a ellos.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

El premio se convertía en una segunda oportunidad muy interesante para aquella pareja, pero su ilusión se tornó en decepción ya que la pareja designada como representante consiguió cero pesetas en la tanda de preguntas ya que se arriesgaron a contestar sin repetir el ejemplo que les propuso Kiko Ledgard, resultando errónea esa primera respuesta.

 

Como curiosidad podemos señalar además que esta pareja se enfrentó en la tanda de preguntas a los campeonísimos hermanos Pando Caracena, que en ese programa, dedicado a la conquista de América (29 de octubre de 1976), no consiguieron revalidar su título; eso sí, ganaron en la eliminatoria y pudieron participar en la subasta.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

Puntos en lugar de pesetas

 

En los programas infantiles, como los especiales de Navidad, en lugar de pesetas, las respuestas acertadas se multiplicaban por puntos, ya que se pretendía que los niños no ganaran dinero sino premios y regalos más acordes con su edad, como bicicletas, juguetes, ordenadores, videoconsolas, viajes, etc.

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

 

Dos tandas en lugar de tres

 

En el programa dedicado a Antonio Mingote (1 de octubre de 1982), como consecuencia de que después del programa debía emitirse un programa debate electoral, hubo que acortar la duración del espacio y Mayra Gómez Kemp, en vez de formular tres preguntas a cada pareja, sólo les hizo dos. Pero como se produjo un empate en el número de pesetas conseguido por las parejas uno y dos, hubo que formularles una tercera pregunta de desempate, que ya no computaba para seguir acumulando dinero; por eso, en los marcadores, finalmente, en vez del número de pesetas ganadas, apareció el número de respuestas acertadas en la pregunta de desempate.

 

«Un, dos, tres...» - 1982

 

 

También en la novena etapa (1993-1994), a partir del tercer programa, dedicado a Julio Verne (3 de diciembre de 1993), se suprimió una de las tandas de preguntas, así que las parejas de concursantes se la jugaban todo en dos preguntas.

 

«Un, dos, tres...» - 1994

 

 

La banda de campeones

 

Aunque la figura de la pareja campeona existió desde el comienzo de las emisiones de «Un, dos, tres... responda otra vez», hasta que en la tercera etapa las tres parejas de concursantes aparecían juntas en pantalla situadas en el mismo set no se creó la banda de campeones, que llevaba puesta la tercera pareja de concursantes con la ilusión de revalidar el título y conservar la banda, superando la cantidad de pesetas acumulada por sus contrincantes.

 

«Un, dos, tres...» - 1982

 

 

En ocasiones, la banda de campeones fue una auténtica obra de artesanía con bordados hechos por maestras bordadoras y costureras de Valencia.

 

 

La máquina de los cilindros

 

Durante las tres primeras etapas de «Un, dos, tres...» la cantidad por la que se multiplicaban las respuestas acertadas de la primera tanda de preguntas era de veinticinco pesetas (o cinco duros, como en ocasiones decía Kiko Ledgard).

 

«Un, dos, tres...» - 1982

 

 

Fue a partir de la cuarta etapa (1984-1985) cuando esa cantidad inicial empezó a venir determinada por el azar a través de “la máquina de los cilindros”; en el primer cilindro (las centenas) había unos y ceros (aunque había más ceros que unos); en el segundo (las decenas), números del uno al cinco; y en el tercero (las unidades), números del cero al nueve; siendo así, el número más bajo que se podía obtener era el 10 y el más alto el 159, cantidad que arrojó la máquina en el programa dedicado al aeropuerto (30 de noviembre de 1984).

 

«Un, dos, tres...» - 1984

 

 

Es decir, sólo había dieciséis posibilidades de un total de ciento cincuenta, de que la cantidad que arrojara la máquina fuera igual o inferior a las veinticinco pesetas originales de las etapas anteriores; a pesar de eso, en seis de los veintiséis programas de los que se compuso la cuarta etapa, la cantidad obtenida por Naomi Unwin en la máquina de cilindros fue inferior a las veinticinco pesetas, siendo trece pesetas la cantidad más baja, y fue obtenida en el programa dedicado a la historia del pelo (26 de abril de 1985).

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

 

Seis fueron también los programas en los que la cifra que obtuvo Naomi al accionar la palanca de la máquina de los cilndros fue superior a las cien pesetas. La media de dinero obtenido en los veintiséis programas de la cuarta etapa se situó en las 59,46 pesetas; una cantidad bastante superior a las veinticinco pesetas originales, que permitió a los concursantes obtener cantidades más elevadas en la tanda de preguntas.

 

«Un, dos, tres...» - 1984

 

 

En la quinta etapa (1985-1986) Naomi Unwin tuvo mejor mano que en la etapa anterior y obtuvo una cantidad inferior a las veinticinco pesetas sólo en tres ocasiones, y alcanzó justo esa cantidad dos veces, en los programas dedicados a la zarzuela y al flamenco; por encima de las cien pesetas se multiplicaron las respuestas en once ocasiones. La media de pesetas a lo largo de toda la etapa se elevó a 77,30 pesetas.

 

En la sexta etapa (1987-1988) a pesar de que la cantidad que podía arrojar la máquina de los cilindros fue superior, 169 pesetas, la media de los treinta y cinco programas bajó respecto de la etapa anterior, ya que se quedó en 60,22 pesetas. Las compañeras de Nina bromeaban con ésta acusándola de gafe por las cantidades que obtenía al accionar la máquina de los cilindros.

 

«Un, dos, tres...» - 1988

 

 

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