El «Un, dos, tres...» en las Cortes Generales

Un senador denunció el uso comercial de «Un, dos, tres...»

Javier Solano, senador socialista por Guadalajara, formuló en marzo de 1985 una pregunta al Gobierno en la que planteaba cómo era posible que en el programa de televisión «Un, dos, tres...» se exija comprar un determinado producto de una casa comercial para poder participar. El senador consideraba que “ya tiene bastante el sufrido espectador con soportar la publicidad ordinaria como para tener que comprar un producto comercial si quiere participar en un concurso de la televisión pública”.

Se refería concretamente a Bimbo, empresa que vendía unos productos en los que se incluían unos cupones que debían ser enviados por los aspirantes a “sufridores” del concurso.

La virilidad de Alonso Pinzón

A raíz de la emisión del programa dedicado al rodaje y el cine (7 de marzo de 1986), el diputado del grupo popular Antonio Peña pidió en el Congreso de los Diputados al director general de RTVE, José María Calviño, la organización de un acto de desagravio para el histórico navegante Martín Alonso Pinzón, que en 1492 acompañó a Cristóbal Colón en el descubrimiento de América. “A la televisión no le basta con minar los valores morales, sino que llega a minar los sentimientos de los pueblos, como es el caso de Palos de la Frontera”. El diputado Antonio Peña se dirigía así a Calviño en la Comisión de Control de RTVE del Congreso, al considerar inaceptable el tratamiento un tanto heterodoxo y humorístico dado a la persona de uno de los hermanos Pinzón en el programa «Un, dos, tres...» dedicado al cine.

Calviño explicó que el programa había que inscribirlo en un contexto humorístico no riguroso desde el punto de vista histórico. El diputado popular continuó con voz muy seria: “El pueblo de Palos de la Frontera tiene a Alonso Pinzón como un hombre valiente, digno y muy viril, mientras que se le mostró como un redomado marica”. En este momento, las carcajadas arreciaron en la sala. 

¿«Un, dos, tres...» los lunes?

El hecho de que «Un, dos, tres...» pasara a emitirse en 1987 la noche de los lunes, en lugar de los viernes, como era habitual, generó gran revuelo entre los espectadores, pero también entre sus señorías; un parlamentario del grupo socialista planteó a Pilar Miró (entonces Directora General de RTVE) la cuestión.

Pilar Miró respondió que, si bien el «Un, dos, tres...» tenía un gran número de espectadores infantiles, no era, en modo alguno, un programa infantil. De hecho, Pilar Miró propuso a Narciso Ibáñez Serrador hacer una versión infantil y juvenil del concurso, en cuyo caso mantendría su día emisión el viernes; Chicho se negó en rotundo, señalando que el «Un, dos, tres...» no admitía grandes cambios, porque estaba demostrado que el público los rechazaba, así que admitió realizar el concurso normal, aunque emitiendo los lunes.

De todos modos, señaló como solución que el «Un, dos, tres...» se repondría los sábados por la mañana para que los pequeños de la casa pudieran verlo tranquilamente.

Cómicos que duraron muchos años en «Un, dos, tres...» ...
... y otros que no tantos

Al pensar en humoristas y cómicos que trabajaron muchos años en «Un, dos, tres...» podríamos dar varios nombres, pero seguro que las hermanas Hurtado y Raúl Sénder serían mencionados, ya que comenzaron en 1982 y continuaron durante toda la década de los ochenta en el programa.

Las hermanas Hurtado incluso participaron en las tres etapas de los años noventa, y Raúl Sénder en la octava (1992-1993). Como el propio Raúl reconoció en la quedada de celebración del cuarenta aniversario de «Un, dos, tres...», el hecho de que las tres hermanas Hurtado y él permanecieran tanto tiempo en el programa fue porque supieron adaptarse al ritmo de trabajo de Chicho, dando lo mejor de sí mismos como profesionales.

Otros actores y humoristas, en cambio, duraron menos tiempo en «Un, dos, tres...» por variadas razones, bien porque les surgieron otros trabajos, bien porque sus personajes no terminaron de gustarle al público o bien porque no terminaron de cogerle el pulso al ritmo frenético que suponía grabar semanalmente el «Un, dos, tres...».

Uno de los actores más conocidos de este país que quizás pocos recuerden que pasó por «Un, dos, tres...» es Andrés Pajares, que se incorporó al equipo del programa en las últimas semanas de la segunda etapa, por lo que tuvo pocas intervenciones. Cuando el programa volvió cuatro años y medio más tarde, otros compromisos profesionales le impidieron incorporarse al concurso.

Uno de los humoristas que intervino en la tercera etapa de «Un, dos, tres...» fue Patxi Muntaner, un joven que imitaba bastante bien a diversos personajes, como José María García o Adolfo Suárez, pero que, sin embargo, no terminó de asentarse en el elenco de cómicos fijo de la subasta. A pesar de que tuvo muy pocas intervenciones, consiguió conquistar el corazón de una de las azafatas, Patricia, y fue la propia Mayra la que anunció que ambos estaban iniciando una relación. No siempre se “daban calabazas” en «Un, dos, tres...».

En la séptima etapa uno de los fichajes de los que se hizo eco la prensa fue el de Guix y Murga, un dúo catalán que había cosechado gran éxito con sus intervenciones en TV3. En cambio, en «Un, dos, tres...» tan sólo aparecieron en tres ocasiones.

No muchas más fueron las apariciones de Rosario Pardo en «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!»; tan sólo intervino en los cuatro primeros programas, ya que le fue imposible compaginar las grabaciones del concurso con el rodaje de la serie «Cuéntame cómo pasó».

Otro actor que apenas tuvo intervenciones en «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» fue Víctor Sandoval; aunque tenía contrato durante los trece primeros programas tan sólo apareció en tres de ellos.