Sobre las novedades del programa:
“No puedo decir nada; el programa va a ser una sorpresa para los televidentes y no se puede airear nada antes de que salga en pantalla”.
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Sobre el retraso en el comienzo de las grabaciones:
“El único inconveniente que había era que tenían que pasar tres meses por culpa del anuncio que realicé para una casa comercial. En noviembre se cumplen los tres meses y el programa saldrá conmigo en pantalla. En octubre comenzaremos a grabar pero hasta el día 9 no saldremos”.
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Sobre las azafatas:
“Son todas unas chicas estupendas”.
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Sobre el reto de presentar esta etapa:
“Cuando me encargué de presentar por primera vez «Un, dos, tres...», tanto Chicho como yo sabíamos que jugábamos una carta muy fuerte. La cuestión era hacerme con el programa, pero a mi aire. Y eso era todo un reto. Ahora, sin embargo, las circunstancias han sido totalmente distintas. Tenía a mi favor experiencia y seguridad en mí misma. Únicamente lo que me preocupaba era si el concurso iba a tener la misma aceptación, mi mayor responsabilidad en la subasta, y si iba a adaptarme bien a la nueva mecánica. En fin, temores diferentes a los que tuve en aquellos primeros momentos en los que, realmente, me jugaba todo”.
Sobre los nervios:
“A pesar de que los nervios siempre surgen cuando se está delante de una cámara o de un micrófono, en esta ocasión la consigna era la serenidad frente a la inquietud”.
Sobre su marido:
“El apoyo de mi marido es fundamental. Muchas veces tiene que aguantar que después de estar tres días de viaje me vaya directamente a la grabación de «Un, dos, tres...». Con esto quiero decir que, en mi caso, además de esta dosis imprescindible de suerte, ha pesado mucho la comprensión y ayuda que me ha prestado Alberto”.
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Sobre su horario y rutinas:
“La mayor parte de la semana estoy fuera de casa desde las siete y media de la mañana hasta las nueve de la noche, y en ocasiones no llego hasta las once si tengo grabación. Como los domingos me toca ensayar con Chicho, los sábados son sagrados. Ese día sólo existen Alberto y mi casa”.
Sobre su balance de 1984:
“1984 ha sido un año muy positivo, tanto a nivel profesional como personal. Respecto al terreno laboral, no me ha podido ir mejor. Por un lado, creo que, por fin, el programa que hago en la radio, «Viva la gente», ha conseguido despegar. Un trabajo del que estoy muy contenta, porque además me encargo de la codirección. Y por otro, terminó una etapa de «Un, dos, tres...» y empezó una nueva en la que otra vez me he encontrado muy agusto. Y en lo que concierne al aspecto personal, también ha sido muy gratificante, ya que después de la enfermedad de mi marido y la muerte de mi padre, entre otras cosas, pasé por una pequeña depresión que, afortunadamente, he logrado superar de forma definitiva este año”.
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Sobre sus planes de futuro:
“En estos momentos no tengo proyectos nuevos. Simplemente seguiré con el «Un, dos, tres...» y mi programa de radio. Y para cuando finalice mi trabajo en televisión, ya que Chicho ha planificado esta etapa sólo para seis meses, descansar durante algún tiempo”.
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