«Un, dos, tres...» - Declaraciones sobre Narciso Ibáñez Serrador en la quinta etapa

“Chicho no paga tan bien como la gente cree. Cuando yo firmo el contrato cedo mi imagen a TVE y a la productora de Chicho, y no veo un duro de todo lo obtenido por publicidad. Pero reconozco que es justo que los beneficios sean para Chicho, porque dedica veinte horas diarias al «Un, dos, tres...», y para TVE, que es la que expone un dinero”.

“Hay días que todo sale sobre ruedas hasta que algo se rompe y todo empieza a fallar. Chicho es, entonces, cuando se sube por las paredes porque estas cosas son las que de verdad sacan de quicio a Chicho. Algunos días el duende de la técnica dice “Aquí estoy yo” y, ¡zas!, primero no funciona el micro, luego las luces fallan y tantas cosas que pueden acabar con el buen humor y la paciencia de cualquiera”.

“El día en que Carlos, uno de los concursantes, sufrió una conmoción fue el peor de todos. El equipo entero nos preocupamos mucho, y en especial Chicho”.

“Siento una enorme tristeza al dejar el programa, ya que te acostumbras a la gente y acabas queriéndola. Imagínate, después de cuatro años con el mismo equipo y ahora saber que no volverás a trabajar con él... Pero por otra parte, siento una inmensa satisfacción, pues Chicho me dio una gran responsabilidad en el programa y creo que no lo he hecho tan mal. Para mí el «Un, dos, tres...» ha sido una universidad y la mejor experiencia de mi vida”.

“En esta etapa los nervios del equipo han sido diferentes, ya que estuvimos todos bastante más calmados y el jefe tuvo una etapa realmente tranquila”.

“No sé cuándo volverá el programa, lo que sí puedo asegurar es que, así como la anterior vez sabía que volvería a los seis meses —que luego fueron menos—, esta vez no hay nada definido. Chicho y yo lo hemos estado hablando y existe el convencimiento de que convendría un descanso prolongado”.

“Yo con Chicho trabajaría en lo que sea y ésta es mi mayor alegría: irme del «Un, dos, tres...» con la certeza de querer trabajar con él en lo que se le ocurra”.

“Yo era secretaria en Alicante y un amigo mío se empeñó en que enviara unas fotografías mías a la dirección de «Un, dos, tres...». Chicho me contestó, me hizo unas pruebas y me aceptó como azafata. Experiencia artística no tengo ninguna; bailo algo, desde luego”.

“A Hungría hemos ido nosotras quizás porque a Túnez, hace unos cuantos meses, fueron Naomi y Gloria. En cualquier caso, se trató de una decisión de nuestro jefe. Chicho nos comunicó que preparáramos el equipaje para este viaje y no nos dio más explicaciones. Ni las tiene que dar. En cuanto a que sea Hugo Stuven el realizador de exteriores, es evidente que Chicho no podría abandonar el programa, tenía que seguir grabando en Madrid. Se buscó un sustituto para las grabaciones en Hungría y confió en Hugo”.

“Aunque sólo llevaba seis meses en el programa, me da mucha pena tener que dejarlo. Gracias al «Un, dos, tres...» me he movido en un mundo de la televisión que no conocía y me he encontrado muy a gusto con toda la gente que estaba a mi lado. Desde los cámaras a los técnicos, pasando por Chicho, Mayra y todas mis compañeras. La experiencia ha sido maravillosa”.

“Chicho nos da siempre consejos porque nos quiere mucho. Después de llevar tres años trabajando con él es lógico que te ofrezca sus ideas. Sé que a él le da pena que se acabe el programa, pero sobre todo por nosotras. Incluso tiene una cierta sensación de miedo por no saber lo que va a ser de nosotras”.

“Tenemos la suerte de trabajar en el «Un, dos, tres...», de la mano de uno de los creadores de programas de mayor éxito, como es Chicho, y de trabajar con el resto de nuestros compañeros, Mayra y un grupo de actores y actrices a los que admiramos. El placer de trabajar en «Un, dos, tres...» hace que se nos olvide la obligación de trabajar”.

“En el «Un, dos, tres...» todo funciona de una forma muy familiar. La idea de un nuevo personaje la aporté yo, aunque eso es relativo porque aquí se habla de todo y cuando se ha decidido ya no nos acordamos de quién ha nacido la idea. Lo que sí hice es hablar con Chicho y decirle que me gustaría cambiar. En lugar de hacer personajes “blanquitos”, propuse hacer otros que fueran picarones, no con verdulería pero sí con un poquito de picardía, y hemos empezado por éste de Moyra, que es una hermana de Mayra (falsa, por supuesto), un poco ligera de cascos, que saldrá de vez en cuando a estropearle el programa y montarle números”.

“Los diálogos de mis intervenciones los hago en unión con Chicho, que dicho sea de paso, es todo un genio.. o todo genio, porque tiene una imaginación que jamás la había conocido”.

“Opino que «Un, dos, tres...» es un programa muy entretenido y muy bien dirigido. No me extraña en absoluto que sea el de más audiencia, porque trabajando al lado de Chicho te das cuenta del porqué”.

“Todo el equipo es verdaderamente agradable, por eso guardamos tan buen recuerdo de ambas intervenciones, aunque en esta última nos hayan hecho sufrir tanto... Mayra, los cómicos, los compañeros de concurso y el propio Ibáñez Serrador son personas extraordinarias”.

«Un, dos, tres...» - 1985

ITXIAR Y ACO, concursantes

“De la gente que actúa nos gustó mucho Raúl Sénder, que es fenomenal. Juan Tamariz, el mago, es muy divertido; es todo lo que se supone que no debe ser un mago en cuanto al modo de vestir, con sus pantalones vaqueros y su melena es todo un número. Luego están los del equipo habitual: Chicho, Mayra y las azafatas; todos encantadores con nosotros. Bueno, con todos los concursantes”.

«Un, dos, tres...» - 1985