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La calabaza Ruperta, |
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La calabaza Ruperta volvió a ser una vez más la mascota del concurso. “De no ser así, la gente pensaría que esto no es el «Un, dos, tres...»”, declaró Chicho Ibáñez Serrador al respecto.
Una moderna e ilustrada calabaza Ruperta volvió a ser la mascota de la renovada versión del clásico de televisión «Un, dos, tres...». Nuevamente, la calabaza cantaba en la cabecera del programa, con la voz de Narciso Ibáñez Serrador; en esta ocasión, las animaciones fueron realizadas en MSL y en los Estudios Doce Pingüinos.
Para la subasta, el equipo de atrezzo diseñó y construyó una calabaza sensiblemente más grande que la de las etapas de los años noventa, pero conservando el mismo rostro simpático que había caracterizado a Ruperta desde su creación, a pesar de que simbolizaba el peor regalo para los concursantes.
No obstante, en algunos programas, apareció caracterizada con motivos alusivos a la novela que se estaba tratando, como ocurrió en el primer programa, dedicado a “Las mil y una noches”, en el que lució un velo como si fuera una odalisca.
En el segundo programa, dedicado a “Drácula”, en el que apareció totalmente cambiada mostrando su versión más terrorífica.
En el programa dedicado a “Sandokan” lució una corona real.
Si bien la calabaza Ruperta seguía teniendo el significado que habitualmente en la historia de «Un, dos, tres...» había tenido, esto es, que los concursantes se iban a casa con las manos vacías, en alguna ocasión, escondía en su interior importantes premios, como ocurrió en el programa dedicado a “Cuento de Navidad” (6 de febrero de 2004); gracias a la calabaza, las concursantes se llevaron un cheque de 10.000 euros, un Ford Fusion y un apartamento en Marina D’Or.
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