Una de las principales diferencias entre la primera y la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez» fue que las subastas se hicieron cada vez más espectaculares, con la incorporación de actores cómicos que interpretaban a personajes relacionados con el tema de cada programa.
Y, particularmente, en esta segunda etapa Narciso Ibáñez Serrador utilizó un recurso que resultó ser muy entretenido para los espectadores, y que no era otro que utilizar unos grandes muñecos que mantenían un pequeño diálogo con Kiko Ledgard y que después dejaban un regalo en la mesa de la subasta para que los concursantes decidieran si se lo quedaban o lo rechazaban.
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Una cigüena en un programa dedicado al automovilismo recordaba al cigüeñal de los coches |
El artífice del diseño y movimiento de estos muñecos era Alejandro Milán, un artista que estaba contratado por TVE para la fabricación de todos los muñecos que aparecían en sus programas.
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Fueron muchos los muñecos que se acercaron a la mesa de Kiko Ledgard: una cigüena, un loro, un pez, un dinosaurio, un gorila...
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Hasta la calabaza Ruperta tomó vida gracias a Alejandro Milán y apareció en el programa dedicado a los cómics, emitido el 7 de enero de 1977.
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También en ese programa especial infantil Alejandro Milán diseñó un gran muñeco de Mortadelo que también se acercó a la mesa de la subasta de Kiko Ledgard.
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De la factoría de Alejandro Milán también era “Edgar Allan”, el cuervo que acompañaba a los “Tacañones”.
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