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Curiosidades y anécdotas
de la segunda parte de la tercera etapa de «Un, dos, tres...»

 

 

 

LA DIFICULTAD DE DOTAR DE MOVIMIENTO A BOTILDE

 

La principal dificultad con la que contó José Luis Moro y su equipo de animación a la hora de confeccionar la nueva cabecera de «Un, dos, tres...» fue la de dotar de movimiento a la bota Botilde, ya que, al no contar con pies, hacerla andar fue complicado.

 

La bota Botilde - «Un, dos, tres...» (1983)

 

 

En los Estudios Moro trabajaron durante un mes de forma intensa para tener terminada la nueva cabecera, compuesta de aproximadamente cuatro mil dibujos.

 

La bota Botilde - «Un, dos, tres...» (1983)

 

  

 

   

AZAFATAS PRESELECCIONADAS

 

A pesar de que la segunda parte de la tercera etapa comenzó con el programa titulado “El debut de las secretarias”, en el que Chicho Ibáñez Serrador nos enseñaba cómo seleccionaba a las nuevas azafatas y las pruebas a las que la sometía, algunas de ellas ya habían sido preseleccionadas. Es el caso, por ejemplo, de Kim Manning, en la que Chicho se fijó tras verla actuar en la discoteca Muntaner 4 de Barcelona.

 

Kim Manning - «Un, dos, tres...» (1983)

A pesar de estar preseleccionada, Kim participó en
la grabación del casting de azafatas como una más

 

 

De hecho, Kim ya actuó en el programa dedicado a la discoteca, que se grabó precisamente en Muntaner 4.

 

«Un, dos, tres...» -1983

 

 

Otra de las chicas que habían sido preseleccionadas fue Silvia Marsó, en quien también se fijó Chicho tras verla actuar en Barcelona. A Silvia pudimos verla sentada en el público en el programa dedicado a la Feria de Sevilla (22 de abril de 1983); junto a ella estaba también Ana Domínguez, pero que finalmente no ejerció de azafata de «Un, dos, tres...».

 

  

 

   

UN NUEVO PEINADO PARA LAS AZAFATAS

 

En el programa en el que debutaron las nuevas azafatas aparecieron con un peinado propio de la época , con el pelo muy abultado.

 

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

No tuvieron que pasar muchas semanas para que las nuevas chicas se sometiera a un cambio de look y adoptaran un peinado más juvenil y moderno, que les favorecía muchísimo.

 

«Un, dos, tres...» - 1983

 

  

 

   

EL BALLET DEL «UN, DOS, TRES...»

 

Con las nuevas azafatas se inició una nueva concepción del concurso, con muchísimas más dosis de espectáculo y en el que las secretarias tomaban un protagonismo especial, bailando en los números musicales. Las coreografías corrían a cargo de Ricardo Ferrante y de Giorgio Aresu, y entre los chicos que acompañaban a las azafatas estaban, entre otros, John OʼBrien, Gustavo Masulli o William Arroyo.

  

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

Las azafatas ensayaban duro para que los números musicales salieran a la perfección, tal y como exigía Chicho, pero estas chicas aún no cantaban con su propia voz, sino que usaban playbacks de comedias musicales.

  

«Un, dos, tres...» - 1983

 

  

 

   

GRABANDO EN EL TEATRO ARNAU

 

El quinto programa de esta segunda parte de la tercera etapa, que estuvo dedicado  a la antigua Barcelona (17 de junio de 1983), se rodó en exteriores, concretamente, en el Teatro Arnau de la ciudad condal.

  

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

No era la primera vez que «Un, dos, tres...» se grababa fuera del plató, ya que unas semanas antes, el programa dedicado a la discoteca también había sido rodado en parte en una sala de fiestas de Barcelona.

 

  

 

   

LA ELEFANTA ENFADADA

 

En el programa dedicado a Mallorca (14 de octubre de 1983), Narciso Ibáñez Serrador quiso contar con un elefante para que apareciera en pantalla. Para ello le llevaron dos ejemplares: una elefanta grande y su hijo, más pequeñito. Chicho consideró que dadas las dimensiones de la madre, trabajarían con el elefantito, así que dejaron atada a la elefanta en los exteriores del plató. Pero el pequeño comenzó a bramar en mitad de la grabación, y su madre oyendo que la necesitaba consiguió zafarse de las cadenas que la sujetaban e irrumpió en el estudio tirando todo lo que se encontraba a su paso, para susto de los presentes.

 

Mayra Gómez Kemp recuerda que se quedó paralizada al ver a semejante bestia entrar en el plató, y fue Gregorio Quintana, el ayudante de realización, quien la cogió y se la llevó escalera arriba para evitar que la elefanta pudiera hacerles daño. Afortunadamente, todo quedó en un susto ya que la mamá elefante al ver que su elefantito estaba fuera de peligro se calmó.

 

  

 

   

LOS HIJOS DE JULIO IGLESIAS VISITARON EL PROGRAMA

 

Enrique y Julio, los hijos varones de Julio Iglesias acudieron a la grabación del programa dedicado a los safaris (20 de enero de 1984). Llevaban mucho tiempo insistiendo en poder conocer por dentro su programa favorito y, finalmente, consiguieron su propósito. Durante los momentos en los que el equipo estaba trabajando, grabando, Julio y Enrique fueron muy obedientes y guardaron silencio y no se movieron del sitio donde les habían colocado. Pero al llegar los descansos, investigaban por todo el plató y charlaban con azafatas, humoristas y hasta con la propia Mayra.

  

«Un, dos, tres...» - 1984

Enrique era muy admirador de “la Bombi” aunque estando
cerca de ella le dio vergüenza y no le dedicó ningún piropo

 

 

Julio, al conocer en persona a Mayra Gómez Kemp, le dijo: “Eres más guapa en persona que en la tele. ¿Por qué no cuidas tu imagen?”. Mayra soltó una sonora carcajada de las suyas ante la pregunta del muchacho.

  

«Un, dos, tres...» - 1984

 

  

 

   

UN MONO MUY CODICIADO

 

Para la presentación del disco de «Un, dos, tres...» la actriz Paloma Hurtado utilizó un conjunto de rayas de diversos colores, que recordaban los corporativos de la marca Kodak. De hecho, la marca de material fotográfico se puso en contacto con la “Tacañona” para poder comprarle el mono, aunque ella no accedió a venderlos.

   

«Un, dos, tres...» - 1983

 

  

 

   

EL PRIMER PROGRAMA CON FAMOSOS DE ESTA ETAPA

 

Hubo que esperar al programa dedicado a las revistas del corazón (17 de febrero de 1984) para ver un especial con concursantes famosos en esta etapa. En la etapa anterior, con Kiko Ledgard, ya se había hecho algún especial con famosos, pero en esta tercera etapa hubo que esperar casi al final para ver el primero.

  

«Un, dos, tres...» - 1984

 

 

Eso sí, el programa tuvo tanto éxito que pocas semanas después se hizo otro especial con concursantes cantantes, dedicado al mundo del disco (30 de marzo de 1984).

 

En la grabación del programa dedicado a las revistas del corazón, entre el público pudimos ver a Pinky, una presentadora de televisión argentina, cuya intención era poder realizar allí el concurso.

  

«Un, dos, tres...» - 1984

Chicho Ibáñez Serrador junto a Pinky

 

  

 

   

PEPA IBÁÑEZ COMO FIGURANTE

 

Pepa Ibáñez Nauta, la hija de Chicho, fue una de las niñas que acompañaba a Raúl Sénder en su actuación en el programa dedicado a la pintura (6 de abril de 1984), aunque no era la primera vez que salía en el «Un, dos, tres...», ya que además de aparecer en el primer programa en brazos de su padre, pudimos verla entre el público en los especiales intantiles de Navidad o de verano.

  

«Un, dos, tres...» - 1984

 

  

 

   

MAYRA Y KIM HABLABAN EN INGLÉS

 

Mayra Gómez Kemp y Kim Manning entablaron muy buena relación desde el principio; entre ellas se forjó una amistad que perdura en el tiempo. Aprovechando que Kim era americana y que Mayra hablaba perfectamente el inglés, entre ellas se comunicaban en ese idioma, lo que provocaba la irritación de Chicho Ibáñez Serrador, que no podía comprender lo que se decían.

  

«Un, dos, tres...» - 1984

 

  

 

   

PERSONAJES POPULARES EN 1983

 

En junio de 1983 se realizó una encuesta sobre los personajes más populares a juicio de los españoles. Entre los mencionados por los encuestados, los principales fueron el presidente del Gobierno Felipe González, los cantantes Julio Iglesias y Rocío Jurado,  e futbolista Maradona, el escritor Camilo José Cela, y los periodistas Luis del Olmo y Mayra Gómez Kemp.

  

Mayra Gómez Kemp - «Un, dos, tres...» (1984)

 

  

 

   

COSTES DE PRODUCCIÓN

 

El coste de cada una de las emisiones rondaba los cuatro millones de pesetas. PROINTEL, la productora de Chicho, se encargaba de adquirir todos los regalos que se ofrecían a los concursantes, sin que ninguno de ellos fuera publicitado, salvo el coche, por el que SEAT pagaba dos millones de pesetas para que sus modelos aparecieran en el concurso en el momento en el que los concursantes lo ganaban o perdían, y al final del programa, cuando se sobreponían los títulos de crédito.

  

«Un, dos, tres...» - 1983

 

  

 

   

ÉXITO DE AUDIENCIA

 

Según los datos que arrojaron tres estudios de audiencia, cada viernes seguían el programa veintiún millones de espectadores, lo que suponía el índice más alto de audiencia para un programa de televisión; algunas semanas llegaba a concentrar al 99 % de la audiencia potencial.

 

Por edades, el programa era seguido por todas las generaciones en proporciones similares, observándose tan sólo un descenso de audiencia en la franja comprendida entre los diecinueve y veintitrés años.

  

«Un, dos, tres...» - 1983

A los niños les gustaba mucho «Un, dos, tres...»

 

 

De hecho, según una encuesta realizada por TVE entre sus espectadores para comprobar cuál eran los programas favoritos entre el público infantil, los elegidos fueron «Primera sesión», «Un, dos, tres...» y «Fama».

 

  

 

   

MUCHÍSIMAS ASPIRANTES A SUFRIDORES

 

Para poder participar como sufridor en «Un, dos, tres...» había que enviar las correspondientes postales de Botilde que podían encontrarse en múltiples lugares, como la revista Pronto o Tele-radio, los productos Bimbo, o dentro del disco del «Un, dos, tres...».

  

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

Eran tantos los medios donde poder encontrar las tarjetas de participación que la respuesta de los espectadores fue masiva, recibiéndose una gran oleada de postales cada semana; tantas que se hacían necesarios hasta tres grandes camiones para trasladar toda la correspondencia al plató.

 

Se puede decir, por tanto, que quienes resultaron seleccionados como sufridores fueron muy afortunados.

 

  

 

   

EL PLATÓ SE QUEDABA PEQUEÑO

 

Pero no sólo se recibían masivamente cartas para participar como sufridores; también se recibían miles de solicitudes semanales para acudir como público al plató. De esta forma, el estudio donde se grababa el «Un, dos, tres...», con capacidad para albergar a 250 personas, se quedaba pequeño para atender tanta demanda, de modo que se habilitó otro plató aledaño donde se colocaban unas pantallas a través de las cuales se podía seguir la grabación del programa. La experiencia no era igual que vivirla en la grada del plató, pero al menos, los espectadores visitaban los Estudios Roma y podían saludar a Chicho, a Mayra y al resto del equipo.

  

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

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