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Curiosidades y anécdotas de la quinta etapa del «Un, dos, tres...» |
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CORTAS VACACIONES DE VERANO
En el verano de 1985 Narciso Ibáñez Serrador no pudo disfrutar de muchos días de vacaciones puesto que se encontraba inmerso en la preparación de la quinta etapa de «Un, dos, tres...»; de hecho, se quedó en Madrid con los niños mientras su mujer, Diana Nauta, disfrutaba de unos días de descanso en Túnez, aunque no sabemos si fue acompañando al equipo de grabación de exteriores para el programa dedicado a este país que se emitiría el 22 de noviembre de 1985.
A pesar de todo, Chicho y su familia no faltaron a su habitual cita veraniega con la isla de Mallorca, donde habitualmente pasaban algunos días de verano.
EL RITMO FRENÉTICO DE TRABAJO DE CHICHO
Si Chicho Ibáñez Serrador no descansaba de «Un, dos, tres...» ni siquiera en los meses de verano que no estaba en emisión, cuando comenzaban las grabaciones sus semanas laborales le ocupaban los siete días de la semana, con más de diez horas dedicado al programa.
El ritmo de trabajo era tan frenético y el estrés tan alto que durante las largas jornadas de grabación del concurso llegaba a fumarse hasta veinticinco puros habanos.
PROBLEMAS TÉCNICAS DE DIVERSA ÍNDOLE
Y el estrés durante los días de grabación era tal porque Narciso Ibáñez Serrador, como director y realizador del programa, quería controlar cada detalle y que todo saliera rotundamente perfecto, aunque había días que la técnica no ayudaba; normalmente, el «Un, dos, tres...» se grababa con cinco cámaras que permitían captar diversos planos de Mayra, los concursantes, las azafatas, las “Tacañonas”, etc.; pero hubo un día en que una de las cámaras falló y no pudo ser reemplazada, por lo que Chicho tuvo que ingeniársela para realizar el programa con tan sólo cuatro cámaras, sin que los espectadores nos percatáramos de la deficiencia.
LAS ENCUESTAS REVELABAN QUE NO SE CAMBIARAN MUCHAS COSAS
Desde la finalización de la anterior etapa el 3 de mayo y el comienzo de la quinta el 4 de octubre de 1985, Chicho estuvo analizando las encuestas que periódicamente encargaba a una empresa especializada en consultoría para testar los gustos del público; el resultado era claro: los espectadores no querían grandes cambios en la estructura del programa y les gustaba el «Un, dos, tres...» de siempre; al comienzo de la cuarta etapa se habían intentado introducir algunos cambios importados de las versiones europeas, pero había quedado demostrado que el público los rechazaba.
Por eso, esta quinta etapa del concurso era esencialmente una continuación de la anterior; de hecho, se mantenía la misma estructura de emisión con veintiséis programas, lo que suponía un período de seis meses en antena después de otros seis meses de descanso. El plató era exactamente el mismo que el de la temporada anterior y únicamente se cambió el color de las paredes laterales y de la mesa, en tonos rojizos en la cuarta etapa, y volviendo en esta quinta a los grises que se habían utilizado en la tercera.
LAS DOS ÚNICAS NOVEDADES: NURIA CARRERAS Y LOS SUFRIDORES EN CASA
Las dos principales novedades que incorporaba el programa en esta quinta etapa fue la azafata Nuria Carreras, que entraba en sustitución de Mari Luz Lence, que dejó el programa al final de la temporada anterior. Nuria, hija de una ecuatoriana y un catalán, fue la primera azafata mulata con la que contó el programa.
Nuria era una chica simpatiquísima y encantadora que en su debut habló con un marcado acento catalán, que fue perdiendo progresivamente en los siguientes programas; ella no quería seguir trabajando en el mundo del espectáculo, sino como azafata de vuelo, por lo que se tomó su paso por «Un, dos, tres...» como una divertida experiencia de juventud, si bien se esforzó como el resto de las chicas y demostró tener un especial talento para dedicarse al showbussiness, aunque no fuera su vocación.
La otra novedad fue la incorporación de la figura de los sufridores en casa, cuya mecánica explicaron las azafatas Lydia Bosch, Naomi Unwin y la propia Nuria en los primeros programas; precisamente, en el programa dedicado al lejano Oriente (4 de octubre de 1985) se tardó en grabar ese apartado más de una hora, porque Chicho consideraba que no se terminaba de entender el modo de participar de la forma en que se estaba explicando.
CINCO AZAFATAS NUEVAMENTE
La sustitución de Mari Luz por Nuria supuso que en esta quinta etapa Narciso Ibáñez Serrador mantuvo el número de cinco azafatas, en lugar de seis, como había sido habitual en la historia del programa.
Chicho consideró a este quinteto como el mejor grupo de azafatas que ha tenido el «Un, dos, tres...» en todos los tiempos; se trataba de un quinteto muy versátil, con chicas que, en opinión del realizador, eran excelentes bailarinas, como Gloria y, sobretodo, Kim, y otras que eran excelentes comunicadoras, como Lydia.
PUDO HABER CAMBIADO LA MASCOTA
Otro de los cambios que pudo haber experimentado el «Un, dos, tres...» en esta etapa fue el de la mascota; igual que la cuarta etapa se vio obligada a retrasar su estreno porque Mayra Gómez Kemp había participado en la campaña de rebajas de “El Corte Inglés” en el verano de 1984, el protagonista de las rebajas de verano de “Galerías Preciados” en 1985 fue el Chollo.
Narciso Ibáñez Serrador llegó a plantearse recuperar a la calabaza Ruperta para no utilizar el Chollo por su reciente vinculación a una marca comercial, pero finalmente decidió ser también continuista con la mascota, tanto el Chollo como el Antichollo.
Chicho con Dusty Bin (la mascota británica) y con la calabaza Ruperta
“EL PAÍS DEL ANTICHOLLO”
En esta quinta etapa, el juego de consolación de la eliminatoria fue “El país del Antichollo”, pero se estrenó en el cuarto programa. Las parejas perdedoras en la eliminatoria en los tres primeros programas también tuvieron la oportunidad de participar en un juego de consolación, pero relacionado con el tema del programa.
A partir del cuarto programa, se puso en marcha el nuevo juego, que en sus primeras ediciones no tenía el letrero con el nombre sobre el tablero de juego.
Dicho letrero fue incorporado en semanas posteriores.
En el programa dedicado a Hungría (14 de marzo de 1986), además de jugar a “El país del Antichollo”, a los concursantes que habían perdido la eliminatoria se les ofreció la posibilidad de ganar hasta diez millones de pesetas con el juego de CEPSA. Y ya en los dos últimos programas, por un exceso de duración de los mismos, se suprimió el juego del Antichollo y los concursantes jugaron directamente al de CEPSA, aunque ninguna de las tres parejas llegó a ganar la suculenta cantidad de dinero que ofrecía el patrocinador.
LA PUBLICIDAD INTERNA
La figura de los patrocinadores era fundamental para la rentabilidad del programa. A pesar de que el «Un, dos, tres...» era un programa carísimo en su producción, generaba más beneficios que gastos dada la publicidad interna que aportaba muchos ingresos; por ejemplo, sólo la marca SEAT abonaba un cantidad que suponía el 85 % del presupuesto del programa por el hecho de que en la subasta aparecieran sus vehículos como premio ofrecido a los concursantes.
A ello había que sumarle el patrocinio de otras marcas, como Batidos OKEY, que servía para financiar el premio que obtenían los sufridores en casa y en el plató.
REPETICIÓN DE LA PRIMERA GRABACIÓN
La grabación del primer programa se realizó con algún tiempo de antelación con la idea de contar con un stock de programas grabados y así disponer de más tiempo para la producción de los siguientes; pero un problema técnico obligó a tener que repetir la grabación.
En esta foto vemos a los concursantes de la grabación que no se emitió
La segunda grabación se realizó con parejas de concursantes diferentes a las que habían participado en la primera porque éstos ya conocían el guión del programa y los lugares en los que estaban escondidos los premios en la subasta. Para no causarles perjuicios, los que participaron en la grabación no emitida fueron invitados a concursar en los sucesivos programas de la magia y de los deportes (no así en el dedicado a la prensa, ya que éste fue un especial con estudiantes de Periodismo), aunque, como curiosidad, el señor de la pareja número dos volvió a concursar pero con una acompañante distinta con la que había acudido a la grabación que no se emitió.
Las partes que hubo que volver a grabar fueron las de la segunda jornada de grabación, la que se hacían con los concursantes y el público en el plató.
Arévalo en un corte de la grabación que no fue emitida
En cambio, las de la primera jornada (es decir, actuaciones en el decorado, las entradas de regalos y la explicación de las azafatas de la mecánica de la nueva figura de los sufridores en casa) pudieron salvarse y reutilizarse.
LOS ACHÚTEGUI CEREZO
Gracias a que hubo que cambiar de concursantes en el primer programa de esta etapa, se recurrió a parejas que habían participado en años anteriores y que hubieran destacado por su simpatía; una de ellas fue la formada por los hermanos Achútegui Cerezo, elegidos porque ya habían sido concursantes en la tercera etapa y habían dejado un grato recuerdo entre los miembros del equipo. Precisamente los concursantes que quedaron campeones en la tanda de preguntas de ese primer programa fueron Mari Carmen y Julio Achútegui Cerezo.
En esta quinta etapa consiguieron batir todos los records de permanencia, que hasta entonces detentaban los hermanos Pando Caracena, concursantes de la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez»; y ello a pesar de que casi son eliminados por un error de los “súper Tacañones” en el programa dedicado a la clínica.
Afortunadamente para ellos, los miembros del jurado de Tacañón del Todo rectificaron su error y los readmitieron a concurso en el programa dedicado a las zarzuelas, en el que hubo dos parejas de campeones: los hermanos Achútegui Cerezo y los que le habían arrebatado la banda de campeones por el error de los “súper Tacañones”. Como curiosidad podemos señalar que los dos hermanos hicieron su aparición, acompañados por Gloria, a través de la escalera.
EL PERSONAJE DE MOYRA
En el apartado de actores cómicos, en esta quinta etapa también se produjo una continuidad respecto de la etapa anterior, con la participación de Arévalo, Beatriz Carvajal, Antonio Ozores y Raúl Sénder, que regresaba al programa tras haberse ausentado para grabar un anuncio publicitario.
Raúl se estrenó en esta etapa con un personaje muy recordado, el de Moyra, que era una hermana de Mayra Gómez Kemp que vestía y se peinaba igual que ella. Aunque sólo apareció en tres ocasiones (en los programas dedicado al lejano Oriente, a la radio y a la mujer y la belleza), el personaje sigue siendo muy recordado.
Como curiosidad se puede destacar que al tener que utilizar Raúl Sénder el mismo vestuario que Mayra, ésta se vio obligada a repetir el traje utilizado en el primer programa en la emisión dedicada a la mujer y la belleza, añadiéndole como complemento una chaqueta clara por encima.
EL RETORNO DE “LA LOLI”
En el sketch de Moyra en el programa dedicado a mujer y belleza también intervino Beatriz Carvajal, que volvió a encarnar el personaje tartamudo de “la Loli”, a pesar de que había sido suprimido a mediados de 1983. Su reaparición motivó nuevamente las quejas de la asociación de padres de hijos tartamudos.
En el resto de programas de esta etapa, Beatriz Carvajal interpretó a personajes variados dependiendo del tema de cada emisión.
EL REGRESO DE FEDRA LORENTE
Además de Raúl Sénder, que aunque había participado en los primeros programas de la cuarta etapa tuvo que abandonar el programa a partir de enero de 1985, otra de las actrices que regresaban al programa en esta etapa, procedente de la tercera, ya que en la cuarta no intervino, fue Fedra Lorente. Fedra volvió a interpretar su inocente y cándido personaje de “la Bombi”, pero en esta ocasión con la pretensión de ganar concursos de belleza de misses.
Uno de los actores cómicos habituales que no participó en esta etapa, aunque sí en la anterior, fue Bigote Arrocet.
VESTUARIO DE MAYRA EN NAVIDAD
En ningún otro programa de esta etapa distinto a los que ya hemos mencionado anteriormente repitió Mayra el vestuario; lo que sí conocemos es que en algunos programas se dudaba acerca del vestido que finalmente utilizaría, como ocurrió en el programa dedicado a la Navidad (20 de diciembre de 1985), en el que además ella actuaba en el decorado, por lo que tuvo que grabar el número musical en la jornada anterior al día de grabación con los concursantes.
Por esta circunstancia, Mayra grabó la canción que hizo con los niños, los cómicos y artistas invitados con dos posibles vestuarios; uno de color marrón y otro de color rojo, que fue el que finalmente utilizó.
EL BELÉN DE LAS AZAFATAS
En la Navidad de 1985 la revista Diez Minutos publicó un precioso reportaje en el que las cinco azafatas del programa representaban un belén; Lydia hacía de Virgen María; Kim, de San José; y Naomi, Gloria y Nuria, de Reyes Magos.
EL DÍA DE MÁS AUDIENCIA
Como también ocurría en anteriores etapas, el día de emisión del «Un, dos, tres...», que en esta etapa era los viernes, se convertía en el día de mayor audiencia de la semana para TVE. Las encuestas que realizaba la televisión pública para medir la audiencia media de sus programas revelaba que los viernes comenzaban a ver el programa dieciséis millones de espectadores y la curva de audiencia iba en ascenso hasta terminar la emisión por encima de los dieciocho millones.
Lo que sí fue ocurriendo en esta etapa es que, conforme avanzaba la misma, el nivel de aceptación del programa entre el público fue descendiendo, si bien la puntuación media que los espectadores le dieron al mismo nunca bajó de los 7,5 puntos (sobre 10). El mismo nivel de aceptación lograba el programa en las redifusiones que se emitían los sábados por la mañana.
REPETICIÓN LOS SÁBADOS
En efecto, en enero de 1986 el entonces Director General de RTVE, José María Calviño, decidió que comenzara la televisión matinal en TVE, y a partir del sábado 18 de enero de 1986 el «Un, dos, tres...» emitido la noche anterior se repetía a partir de las nueve de la mañana para que los niños que se hubieran acostado temprano pudieran verlo íntegramente.
El primer programa que se repitió fue el especial dedicado al mundo de la música con concursantes famosos (17 de enero de 1986), que, por cierto, fue el más divertido de la etapa en opinión de Mayra Gómez Kemp.
No sabemos si será casualidad, pero quizás el hecho de que estos programas fueran objeto de repetición ha propiciado que las cintas de grabación se conserven en el archivo de TVE, a diferencia de los programas anteriores, que no se conservan.
EL PROGRAMA GUSTABA TAMBIÉN A ALGUNOS FUTBOLISTAS
Que el programa era interesante para los espectadores estaba claro y las cifras de audiencia y de aceptación así lo avalaban, pero también era popular entre algunos futbolistas, como Diego Orejuela, del Español, que manifestaba que el «Un, dos, tres...» estaba entre sus programas favoritos porque era un concurso muy entretenido; su compañero de equipo Juan Pera también consideraba que con el programa pasaba un rato divertido y en él salían actores muy buenos; en cambio, Raúl Amarilla, del F.C. Barcelona, consideraba que «Un, dos, tres...» empezó siendo bastante distraído pero que había perdido mucho al hacerse reiterativo.
Butragueño fue uno de los invitados del programa especial de Navidad
ACTORES DE FIGURACIÓN
En esta etapa también pudimos ver acompañando a los cómicos a actores de figuración como los hermanos Celestino y Zacarías Pedro, que llevaban en el «Un, dos, tres...» muchos años (y continuaron en él muchos años más).
EL VIAJE A HUNGRÍA
Mientras que Naomi Unwin y Gloria Fernández fueron nuestras cicerones en el programa dedicado a Turquía (22 de noviembre de 1985), Nuria Carreras y Lydia Bosch fueron las dos azafatas elegidas por Chicho para viajar hasta Hungría y rodar imágenes de ese bello país, a las órdenes del realizador Hugo Stuven, y que después veríamos en el programa que se emitiría el 14 de marzo de 1986.
El viaje tenía una duración estimada de una semana, pero el equipo tuvo que quedarse en Hungría una semana más, ya que el frío y la nieve (la temperatura no subía de quince grados bajo cero) les impedía realizar el viaje de vuelta.
Pero ese contratiempo les permitió rodar aún más imágenes, quedando un programa precioso, a pesar de que las dificultades para el rodaje eran inmensas ya que en Hungría la niebla matinal es muy espesa y son pocas las horas de luz, ya que anochece a las cuatro de la tarde. A pesar de ello, la profesionalidad de Hugo Stuven facilitó la tarea y el resultado fue inmejorable.
IRATXE ARELLANO
Una de las chicas que sustituyó a Lydia y Nuria durante su ausencia fue Iratxe Arellano, a quien habíamos visto como aspirante en el programa dedicado al debut de las secretarias (20 de mayo de 1983). Gracias a la ausencia prolongada de las dos azafatas titulares pudo debutar como suplente en el programa dedicado al flamenco (21 de febrero de 1986).
UNA PELEA DE BROMA
En el programa dedicado al cine (7 de marzo de 1986), Chicho Ibáñez Serrador quiso sorprender a todos, y al mismo tiempo rendir homenaje a los especialistas de cine, montando una “pelea” en las gradas del plató. Para ello infiltró entre el público a los actores José Sacristán y Gabriel Laguna, que, después de que Mayra Gómez Kemp anunciara cuál había sido el primer regalo que perdían los concursantes, se enzarzaron en una pelea tan realista que el propio concursante, Leandro, se fue hacia ellos tratando de separarles.
Mayra tuvo que salir corriendo detrás de él para evitar que la broma pudiera acabar en algo serio; cuando Fedra Lorente, “la Bombi”, vio a Mayra intentando meterse en el tumulto pensó “¿pero dónde va esta insensata? ¡La van a matar!”.
Al final se destapó la broma y todos sonrieron relajados; incluso el concursante, Leandro, posó sonriente junto con los especialistas que habían provocado la ficticia pelea.
En el plató sólo uno de los cámaras conocía que se iba a producir esta escena. La idea de Chicho era que el resto de las cámaras siguieran tomando sus planos para captar las caras de sorpresa de la gente, pero sus operadores se lanzaron de inmediato a grabar la pelea. A pesar de ello, el director del programa quedó satisfecho del resultado efectista que tuvo esta broma.
CHICHO PROBABA PERSONALMENTE LAS ELIMINATORIAS
Las eliminatorias eran probadas por miembros del equipo para asegurarse que en su realización los concursantes no podían sufrir daño alguno. De hecho, en ocasiones, era el propio Chicho Ibáñez Serrador quien las probaba.
ELIMINATORIA ACCIDENTADA
Pero, a pesar de todas estas precauciones, en ocasiones se producían percances, como en el programa dedicado a Hungría, en el que uno de los concursantes cayó al suelo quedando inconsciente. Fue trasladado inmediatamente a la Enfermería de TVE donde se recuperó al cabo de la media hora, pudiendo concluir la prueba, aunque sin llegar a pasar a la subasta.
SAN NARCISO
El programa dedicado a la espuma, que se emitió el 15 de noviembre de 1985, fue grabado el 29 de octubre de 1985, martes. Y lo sabemos porque Narciso Ibáñez Serrador celebró su onomástica durante la grabación del programa y pudo brindar con cava con Mayra, Kim y Gloria ante los objetivos de los reporteros que esa tarde cubrían la grabación del «Un, dos, tres...».
SORPRESA A CHICHO
Antes de comenzar la grabación del último programa de esta etapa todo el equipo quiso sorprender a Chicho Ibáñez Serrador y rendirle homenaje; apagaron todas las luces del plató y encendieron unas bengalas. El director no pudo evitar emocionarse ante tal gesto de cariño.
GRAN EMOCIÓN EN LA ÚLTIMA GRABACIÓN
La emoción en aquel programa era lógica ya que el equipo sabía que tardarían en reencontrarse, ya que Narciso Ibáñez Serrador había decidido que era momento para dejar descansar el concurso antes de su hipotético regreso.
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Algunas de las fotos que ilustran esta sección son del #ArchivoPROINTEL |
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