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Curiosidades y anécdotas

de la sexta etapa de «Un, dos, tres...»

 

    

   

 

    

ENLACE CON LA ETAPA ANTERIOR

 

Para enlazar con la etapa inmediatamente anterior, que había tenido un final contundente con el “entierro” del «Un, dos, tres...» por parte de Narciso Ibáñez Serrador, que fue guardando en un cajón de madera todos los elementos y símbolos entrañables del programa, al comienzo de esta sexta etapa Chicho apareció junto a Luisa Armenteros para “desenterrar” el programa con un diálogo cargado de ironía y sarcasmo, y en el que anunciaba que la idea de emitir los lunes no era suya... por si había que descargar responsabilidades si no se alcanzaba el éxito esperado.

 

   

 

  

COINCIDENCIAS CON LA PRIMERA ETAPA

 

Además de este enlace con la quinta etapa, en la sexta etapa de «Un, dos, tres...» hubo dos detalles que la aproximaron a la primera; por decisión de la Directora de TVE, el programa se emitió los lunes, no los viernes como había ocurrido desde la etapa segunda hasta la quinta.

 

En un primer momento, la decisión no fue recibida de buen agrado por Narciso Ibáñez Serrador, que consideró que el cambio de día de emisión perjudicaría al programa, ya que contaba con un gran número de espectadores infantiles, y los lunes debían acostarse pronto para poder madrugar al día siguiente para ir al colegio.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

A pesar de ello, en esta sexta etapa el «Un, dos, tres...» batió todos los records de audiencia. En su primera emisión, alcanzó los dieciocho millones y medio de espectadores, lo que significaba que el 79 % de los hogares españoles tenían conectada la primera cadena de TVE.

 

El «Un, dos, tres...» duplicaba la audiencia del programa que le precedía, la segunda edición del Telediario, que congregaba al 40 % de los españoles. La curva de audiencia volvía a descender tras acabar el programa, ya que el programa «¿Y usted qué opina?» sólo conseguía interesar al 46 % de los españoles.

 

A medida que fue avanzando la etapa el «Un, dos, tres...» fue acumulando espectadores hasta alcanzar la irrepetible cifra de veintiún millones de espectadores, convirtiéndose en el espacio más visto de la historia de TVE, lo cual fue celebrado con regocijo por todo el equipo del concurso.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Para permitir que los más pequeños de la casa no se perdieran su programa favorito, el «Un, dos, tres...» se repetía las mañanas de sábado.

 

Esta cuestión dio incluso pie a una pregunta de un parlamentario del grupo socialista, Luis Alberto Aguiriano Fornies, a la Directora  general de TVE, Pilar Miró Romero, en la sesión del 8 de abril de 1987. Transcribimos, resumidas, dichas intervenciones:

 

— Luis Alberto Aguiriano: ¿Por qué el programa «Un, dos, tres...» va a emitirse los lunes? Este programa, hasta ahora, se emitía los viernes, con gran audiencia infantil porque al día siguiente no había colegio. Ahora se traslada al lunes; como sabemos al día siguiente hay clase, es un programa que desean ver los niños, y si formulo esta pregunta es porque me la han transmitido a mí unos niños y me decían: “¿Por qué ese programa no lo vamos a poder ver?”. Por ello quisiera preguntar a la Directora general cuáles han sido las razones que han motivado el traslado al lunes.

 

— Pilar Miró: Posiblemente el programa lo puedan ver los sábados por la mañana, pero yo querría decirle, señoría, que en mi opinión «Un, dos, tres...» no es un programa para niños. Yo creo que los niños ven todos los programas que salen el viernes por la noche, sean los que sean, y que el «Un, dos, tres...» lógicamente ha sido de gran atractivo para ellos, igual que lo fue el programa que le sustituyó, que se llamaba —creo recordar— «Entre amigos».

 

Pienso que el concurso «Un, dos, tres...» es un excelente concurso y que, además, es un excelente concurso para niños, hasta el punto de que cuando tuve oportunidad de hablar con el señor Ibáñez Serrador sobre cuál iba a ser la nueva etapa del «Un, dos, tres...» a partir de este mes, le hice la propuesta de que hiciera un programa juvenil, que hiciera un programa parecido al extraordinario que ha hecho en Navidad en años anteriores, donde los que participaban en los concursos y los que están allí son chavales.

  

Le dije que si el programa era juvenil se mantendría el viernes o el sábado, pero el señor Ibáñez Serrador, con unos criterios que yo respeto, dijo que él no movía en absoluto las características del programa porque piensa que la audiencia del programa se debe a las características exactas que tiene, es decir, al tipo de presentadora, al tipo de participantes, al tipo de azafatas, a exactamente como se ha desarrollado en años anteriores.

   

Es importante en un día de la semana donde la audiencia es baja, como es el lunes y con un programa que, en principio, tira hacia arriba de esa audiencia —los datos del primer programa ya los tenemos y sube considerablemente respecto al lunes anterior—.

   

Yo creo que el programa tal y como está concebido no es exactamente un programa infantil; pero si el reclamo infantil es alto, como al parecer lo es, el planteamiento es repetirlo el sábado por la mañana.

  

 

La otra coincidencia con la primera etapa del «Un, dos, tres...» fue que se realizaba en el Estudio 1 de Prado del Rey, de dimensiones más reducidas que el de los Estudios Roma donde se habían grabados las dos etapas anteriores; éstos eran propiedad de Berlusconi y el alquiler que pedía por ellos era altísimo, por lo que se decidió que «Un, dos, tres...» pasara a grabarse en Prado del Rey, mientras que en los Estudios Roma se grabaría el programa-espectáculo de la noche de los sábados.

 

Esta circunstancia también motivó la queja de Chicho, ya que el plató no le iba a permitir construir imponentes decorados ni introducir grandes animales; de hecho, decía que en el plató entraba con dificultad el coche, por lo que desistiría de meter un camión o un elefante.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

   

 

  

LA PREOCUPACIÓN DE CHICHO

 

Muchos periodistas, al entrevistar a Narciso Ibáñez Serrador con motivo del regreso del «Un, dos, tres...», le notaron preocupado. Muchos podían presuponer que pudiera ser por el cambio de día de emisión, por si el programa perdía cuotas de popularidad, pero en alguna entrevista Chicho reconoció que padecía problemas del corazón, pero no sentimentales, sino cardíacos, y que los médicos le habían recomendado cuidarse y bajar el ritmo de trabajo, porque estaba en una fase previa al infarto; pero él desoía las recomendaciones porque el «Un, dos, tres...» requería que se dedicara en cuerpo y alma al programa.

 

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres...» (1987)

 

   

 

  

EL BOOM Y EL CRACK

 

En las negociaciones previas entre Pilar Miró y Narciso Ibáñez Serrador para preparar la nueva etapa de «Un, dos, tres...» se llegó a plantear la posibilidad de que el concurso se emitiera la noche de los sábados. Ello motivó que Chicho pensara en un «Un, dos, tres...» con mucha dosis de espectáculo y de musical, por lo que le pidió a José Luis Moro que diseñara dos mascotas basadas en los casinos de Las Vegas, y así surgieron el Boom y el Crack, que representaban la buena y la mala suerte en el juego (metáfora de lo que podría pasarle a los concursantes). Se compuso también la nueva sintonía, con el título “El show más loco de la tele”, que revelaba que el programa aumentaría en espectacularidad.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

          

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Cuando finalmente se decidió que el programa se emitiría en lunes y en un plató más pequeño, Chicho decidió que no introduciría más dosis de show, pero las mascotas ya diseñadas y dibujadas por los Estudios Moro las utilizaría porque habían quedado simpáticas.

 

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres...» (1987)

 

  

 

  

MANTENIMIENTO DE LAS TARIFAS PUBLICITARIAS

 

A pesar de que el día de emisión pasara a ser el lunes, con un presumible menor consumo televisivo, TVE confiaba en que «Un, dos, tres...» elevaría considerablemente la cuota de audiencia del primer día de la semana, por lo que se decidió mantener las tarifas publicitarias a cobrar a los anunciantes. Sin duda, la decisión fue un acierto, puesto que «Un, dos, tres...» consiguió que el lunes fuera el día de mayor consumo televisivo.

 

Chicho Ibáñez Serrador afirmaba con orgullo que su programa no sólo no costaba un duro al contribuyente español, sino que además resultaba plenamente rentable.

 

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres...» (1987)

 

  

 

  

CORTINILLAS PARA PUBLICIDAD

 

En esta etapa pudimos ver hasta cuatro cortinillas para dar paso a las pausas publicitarias y retomar la emisión del programa después de los anuncios. En el primer programa, dedicado a “Las mil y una noches” (6 d abril de 1987), la imagen fue el logotipo del programa, pero fija, sin movimiento.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Ya en el segundo programa, dedicado a la brujería (13 de abril de 1987), la imagen tenía movimiento y consistía en el nuevo logotipo del «Un, dos, tres...» y rodeado de bombillas de colores.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

En el tercer programa, dedicado a los hobbies y el coleccionismo (20 de abril de 1987), la cortinilla fue el logotipo, al que se le había dado profundidad, sobre un fondo azul animado con dos halos de luz que se movían de derecha a izquierda.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

A partir del cuarto programa se utilizó la cortinilla definitiva, consistente en el logotipo del programa con el fondo de rayos de luz moviéndose en giro.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

EL LOGOTIPO DEL ANUNCIO PROMOCIONAL

 

En cambio, ninguna de esas cortinillas ni ese logotipo fueron utilizados en el anuncio promocional con el que Mayra Gómez Kemp se dirigía a los espectadores para enseñarles qué debían hacer si deseaban participar como concursantes en esta etapa.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

El anuncio sí fue grabado en el nuevo plató con el decorado nuevo de fondo, pero se utilizó el logotipo, la sintonía que servía para dar paso a publicidad y la música de fondo que se escuchaba en las dos etapas anteriores.

 

Como curiosidad, el traje que utilizó Mayra para el anuncio fue el mismo con el que presentó el último programa de la tercera etapa.

 

  

 

  

EL CORTE DE PELO DE MAYRA

 

En el anuncio promocional, Mayra Gómez Kemp apareció muy guapa con el pelo más largo que el que tenía cuando finalizó la etapa anterior, y peinado de forma desenfada, lo cual le dio un aspecto más juvenil.

 

Mayra Gómez Kemp - «Un, dos, tres...» (1987)

 

 

Sin embargo, para el primer programa decidió cortarse el pelo muy corto, lo cual fue motivo, incluso, de una portada de la revista TP: “Mayra se cortó el pelo por exigencias del guión”.

  

 

 

  

DURACIÓN DEL PROGRAMA

 

Pero el pelo de Mayra no fue lo único que se recortó en esta etapa. La Directora de TVE había impuesto una duración máxima por programa de noventa minutos, lo que a veces obligaba a hacer importantes recortes durante el proceso de post-producción. Por ejemplo, en el montaje final del primer programa, dedicado a “Las mil y una noches”, se suprimieron las actuaciones de Nicholas Johnson y Lucia Truglia, del London Festival Ballet, y la de Arévalo, sin que los espectadores nos diésemos cuenta del “tijeretazo”.

 

Arévalo - «Un, dos, tres...» (1987)

 

 

En cambio, en la web del archivo de TVE se ha colgado la versión íntegra, sin los cortes, de ese primer programa de esta sexta etapa.

 

Puedes ver la versión completa del programa dedicado
a “Las mil y una noches” haciendo clic en
el televisor

 

 

A aquel primer programa hubo que recortarle treinta minutos del montaje final porque se alargó en exceso, pero era habitual que Chicho, en el proceso de postproducción, suprimiera unos diez o quince minutos del total grabado para dar mayor agilidad y ritmo al programa.

 

A pesar de la limitación temporal impuesta inicialmente a los programas de esta etapa, el éxito de audiencia de cada emisión permitió ir “arañando” algunos minutos más siendo cada programa de más duración que el anterior.

 

  

 

  

ENCUESTAS DE SATISFACCIÓN

 

Narciso Ibáñez Serrador encargaba semanalmente a dos empresas de sondeos que realizaran encuestas al público acerca de los contenidos de «Un, dos, tres...» que le gustaban más o menos. Con ello, el director del concurso podía ir amoldando los contenidos al gusto de los espectadores, potenciando aquellas secciones que gozaban de mayor aceptación y suprimiendo aquellas otras que desagradaban al público.

 

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres...» (1987)

 

  

 

  

CHICHO Y SU EQUIPO DE GUIONISTAS

 

En esta sexta etapa de «Un, dos, tres...», por primera vez en la historia del programa, Chicho Ibáñez Serrador se auxilió de otros guionistas para confeccionar el largo guión, de casi sesenta folios, que suponía cada programa, y en el que se contenían todas las preguntas, los diálogos de los humoristas, los textos de las tarjetitas, las letras de los números musicales, etc. En esta etapa se incorporaron al equipo dos profesionales de la talla de Joaquín Oristrell y Luis Murillo, que resultaron de gran ayuda a Chicho.

 

  

 

  

MIEMBROS DEL EQUIPO QUE CONTINUARON

 

Además de estas reputadas incorporaciones, Narciso Ibáñez Serrador tuvo la satisfacción de seguir contando en su equipo de «Un, dos, tres...» con otros profesionales que venían acompañándole desde principios de los ochenta o, incluso, antes.

 

Es el caso, por ejemplo, de profesionales de la talla de Gregorio Quintana, su ayudante de realización, que sabía perfectamente seguir el ritmo de trabajo de Chicho y captaba a la primera la idea de los encuadres que quería en cada momento, de Antonio Robleda, el regidor, que conocía casi con anticipación lo que Chicho quería de cada artista en el plató, convirtiéndose así en su alter ego en el estudio, o de Manuel Pérez y Juan Antonio Valenzuela, encargados de producción, entre otros muchos.

   

«Un, dos, tres...» - 1987

Mayra y Juan Alberto Valenzuela

 

 

Contar con este equipo desde hace muchos años era una garantía para Narciso Ibáñez Serrador de poder hacer, aun mejor si cabe, el programa.

 

  

 

  

TODO BIEN ENSAYADO

 

Además de todas las personas que repetían en el equipo técnico, en el equipo artístico también había muchas caras conocidas, como Mayra Gómez Kemp o las hermanas Hurtado, que repetían en el papel de “Tacañonas”. A pesar de los muchos años que las cuatro llevaban bajo las órdenes de Narciso Ibáñez Serrador y haciendo el mismo papel, no estuvieron exentas de ensayar junto con el resto de compañeros para que el primer programa saliera perfecto.

   

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Los ensayos se hacían sin público, pero familiares y amigos del equipo solían acudir a presenciarlo; un fijo en los ensayos era Alberto Berco, el marido de Mayra, que siempre acompañaba a su mujer en los ensayos y grabaciones.

   

«Un, dos, tres...» - 1987

Teresa Hurtado, Alberto Berco, Mayra Gómez Kemp y Fernanda y Paloma Hurtado

 

  

 

  

CÁMARAS DIFERENTES

 

Aunque a Narciso Ibáñez Serrador nunca le gustó que en pantalla se vieran las cámaras y el backstage, en alguna ocasión en esta etapa se pudieron ver las cámaras, y desde luego se mostraron en el libro sobre el programa que se editó después del verano de 1987, en el que había un reportaje sobre cómo se grababa «Un, dos, tres...», y en algún reportaje de prensa.

 

Diferentes a las que existían en los Estudios Roma, las cámaras del Estudio 1 de Prado del Rey eran más recortadas. Desconocemos cuál de los dos modelos era de mayor calidad pero, desde luego, los espectadores en casa no pudimos apreciar la diferencia.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

La foto que aparece debajo de este texto corresponde a la grabación del programa dedicado a los deportes, de la quinta etapa, en los Estudios Roma.

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

  

 

  

LAS GAFAS DE LAS AZAFATAS

 

Como en las etapas anteriores desde “El debut de las secretarias” (20 de mayo de 1983), las azafatas no utilizaron las tradicionales gafas que habían caracterizado su atuendo; tan sólo pudimos verlas con ellas en la primera parte del primer programa, antes de que se caracterizaran de odaliscas de “Las mil y una noches” (6 de abril de 1987).

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

EL RETORNO DE ALGUNAS AZAFATAS

 

La sexta etapa se caracterizó por ser la temporada que vio regresar más azafatas al programa que les vio nacer; por ejemplo, Silvia Marsó volvía después de tres años preparándose y estudiando canto e interpretación.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

Silvia se mostró muy contenta de poder volver
a «Un, dos, tres...» y reencontrarse con antiguas
compañeras, como Kim

 

 

Para Chicho Ibáñez Serrador fue una gran alegría que Silvia decidiera regresar al programa que le había dado tanta popularidad para volver a ser azafata, a pesar de que ya estaba comenzando su carrera como actriz. Por su parte, a Silvia volver a «Un, dos, tres...» le serviría para demostrar la formación que había recibido en los últimos tres años en canto, baile e interpretación. Ya se había intentado que en la etapa anterior pudiera regresar Silvia al programa, pero fue fichada para presentar «Los sabios» y no pudo materializarse el regreso al concurso.

 

Silvia Marsó - «Un, dos, tres...» (1987)

 

 

También volvió en esta etapa, aunque casi al final, Gloria Fernández, que tan sólo coincidió con su compañera y amiga Silvia en el programa dedicado a Méjico, que fue el programa donde una y otra volvía y se despedía, respectivamente.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Otra azafata que volvió, aunque sólo por una noche, fue Irene Foster, que ejerció de azafata sustituta en el programa dedicado a las bebidas. Irene había sido azafata en la primera parte de la tercera etapa del programa, es decir, formaba parte del primer sexteto de secretarias de Mayra Gómez Kemp.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

  

 

Otra azafata que volvió por una noche, aunque en calidad de concursante invitada del programa dedicado al teatro (20 de julio de 1987), fue Lydia Bosch, que acudió acompañada por Iñaki Miramón.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

AZAFATAS EXTRANJERAS

 

Además de ser una etapa en la que regresaron muchas azafatas de etapas anteriores, esta sexta etapa de «Un, dos, tres...» fue la que más secretarias extranjeras congregó en el mismo tiempo. Además de la norteamericana Kim Manning, que llevaba en el programa desde 1983, fueron secretarias las inglesas Beverly Rolls y Jenny Hill.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

Jenny y Beverly

 

 

A Chicho Ibáñez Serrador le costó trabajo convencer a Beverly para que se uniera al equipo de azafatas de «Un, dos, tres...». Conocía de su existencia porque Beverly tenía un un grupo musical, cuyo representante le preguntó si le interesaba presentarse a las pruebas para secretaria. Beverly las hizo sin una intención real de incorporarse al programa español. Pero Chicho, sabedor de que Beverly era una artista muy completa, ya que cantaba y bailaba, además de ser muy guapa, insistió varias veces, hasta que consiguió, por mediación de un coreógrafo británico, que Beverly firmara el contrato en 1987.

 

  

 

  

NINA FUE DIFÍCIL DE CONVENCER

 

Quizás la chica que más trabajo le costó a Narciso Ibáñez Serrador convencerla para que se uniera al equipo de azafatas fue Nina, que visitó el «Un, dos, tres...» por primera vez de la mano de Xavier Cugat y su orquesta en el programa dedicado a la astronomía (22 de junio de 1987).

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Chicho enseguida se dio cuenta del enorme potencial y talento de Nina por lo que trató de ficharla como azafata de «Un, dos, tres...», cosa que no consiguió en un primer momento, logrando, tan sólo, que acudiera en una ocasión más a protagonizar uno de los números musicales de la emisión dedicada a los comics (6 de julio de 1987), junto con los bailarines del programa.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Posiblemente, la capacidad persuasoria de Chicho y el ver que ser azafata de «Un, dos, tres...» le permitiría cantar en el programa fuera lo que terminara de decantar a Nina por firmar el contrato y convertirse en secretaria en el programa dedicado a los exámenes de septiembre (7 de septiembre de 1987). Chicho, agradecido por haber aceptado, le reservó números musicales en solitario en varias ocasiones.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

AZAFATAS SUPLENTES

 

Como ocurría en todas las etapas que se alargaban durante varios meses y en las que había bajas de azafatas, bien porque abandonaban el programa para llevar a cabo otros proyectos, o bien porque eran destinadas al extranjero a grabar imágenes para algún programa de viajes, hubo que nombrar a chicas como suplentes; algunas formaban parte del equipo como bailarinas o chicas de figuración, y otras fueron elegidas ex professo para sustituir eventualmente a alguna secretaria.

 

Además de las chicas que ya hemos mencionado en apartados anteriores, fueron azafatas suplentes Guadalupe Calle, Esther del Prado y Ana Fernández.

 

Guadalupe lo fue en un par de programas (los dedicados a las bebidas y a la antigua Grecia). Por su parte, Esther fue la azafata más jovencita (dieciséis años) y debutó en el programa dedicado al ajedrez. Chicho la descubrió de verla alguna vez en las grabaciones de «Un, dos, tres...»; un día le propuso hacerle una prueba y decidió que pasara a formar parte del equipo de azafatas como suplente durante cuatro semanas.

 

Esther del Prado - «Un, dos, tres...» (1987)

 

 

Ana Fernández fue azafata suplente en los programas dedicados al juego y la fotografía. Chicho ya conocía a Ana porque había actuado en «Un, dos, tres...» en la etapa anterior, concretamente en el programa dedicado a lo que hoy mola (1 de noviembre de 1985) como “birmette” (corista) del grupo “Objetivo Birmania”.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

LAS CHICAS DE FIGURACIÓN

 

Pero no todas las chicas de figuración llegaron a dar el salto y ser azafatas, aunque fuera por un día. Algunas continuaron su labor silenciosa pero fundamental para reforzar las apariciones de los cómicos en la subasta. Es el caso, por ejemplo, de Mercedes Hilario, que era modelo pero también había participado en alguna película o serie, como «Turno de oficio», y de Pilar Sagaseta, que con lo que ganaba en «Un, dos, tres...» se pagaba sus carreras de Psicología y de Arte Dramático.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

  

 

 

  

UN EROTISMO MÁS ACENTUADO

 

En esta sexta etapa el erotismo se hizo más presente en el programa. Desde sus inicios el «Un, dos, tres...» tuvo cierto barniz erótico, pero en esta etapa se acentúo algo más, ya que se emitía un día en el que los niños no podían quedarse hasta tarde viendo la televisión.

 

Por ejemplo, en el primer programa una espectacular y sensual Norma Duval protagonizó un aplaudidísimo número musical sobre Alí Babá, de “Las mil y una noches”.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Inolvidables fueron también las actuaciones de dos auténticos sex symbol extranjeras como Samantha Fox y Sabrina Salerno.

 

Sabrina Salerno - «Gala de fin de año»

Más comentada que la actuación de Sabrina en «Un, dos, tres...»
fue
la de la gala de fin de año, en la que se le “escapó” un pecho

 

 

En el ámbito nacional es de destacar la actuación de Marta Sánchez cantando “Lili Marlén”. La cantante de “Olé olé” ya había actuado en «Un, dos, tres...» en la etapa anterior, pero Chicho quiso que en esta segunda vez lo hiciera con un atuendo más sexy. En un primer momento Marta no quiso y opuso resistencia, pero al final accedió. El éxito fue brutal y consiguieron un disco de oro que la discográfica otorgó al «Un, dos, tres...» por haber relanzado la carrera de Marta Sánchez.

 

Y para terminar este recorrido por el erotismo y la sensualidad en la sexta etapa de «Un, dos, tres...» no podemos dejar de referirnos al programa dedicado al erotismo que se emitió el 27 de abril de 1987. En ese programa las chicas del ballet “Belle Epoque” hicieron un striptease para todos los espectadores.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

         

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

CURIOSA INOCENTADA

 

Sabrina Salerno adquirió una enorme popularidad en España a raíz de su aparición en el «Un, dos, tres...» cantando “Boys, boys, boys”. No es de extrañar que fuera elegida como protagonista de muchas inocentadas en la prensa el día 28 de diciembre de 1987. Muy curiosa fue la “noticia” que publicó El Día de Cataluña de que Sabrina sustituiría a Mayra Gómez Kemp al frente de «Un, dos, tres...».

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

Pero ésta era una noticia falsa propia del día de los Inocentes, en el que los periódicos e informativos suelen incluir alguna broma; de peor gusto fue, en cambio, el rumor que circuló de que los componentes del “dúo Sacapuntas” habían fallecido. Afortunadamente no fue así. Una publicación de la época desmintió el macabro rumor.

 

 

  

 

  

EL ÉXITO DEL “DÚO SACAPUNTAS

 

La pareja que alcanzó más éxito en la sexta etapa de «Un, dos, tres...» fue la formada por Juan Rosa y Manolo Sarriá, también conocidos como “el Pulga” y “el Linterna”, o como “el dúo Sacapuntas”.

 

El “dúo Sacapuntas” - «Un, dos, tres...» (1987)

 

 

Fueron la auténtica novedad en el plantel de humoristas de «Un, dos, tres...». Narciso Ibáñez Serrador tuvo la oportunidad de conocerlos en El Puerto de Santa María (Cádiz), en el acto de presentación de un automóvil de la marca PEUGEOT. Cuando los tan dispares, uno tan alto y el otro tan bajo, les llamó la atención y pidió que se los presentaran y una vez que les conoció les solicitó que le contaran un chiste sobre toreros. Lo hicieron tan bien y a Chicho le provocaron tanta gracia que no dudó un momento en tomarles los datos para contar con ellos en la nueva etapa de «Un, dos, tres...», lo cual les cambió la vida para siempre.

 

Juan trabajaba en un taller de pintura de coches; y Manolo era carpintero en la RENFE. Aunque en un primer momento conservaron sus puestos de trabajo pidiendo una excedencia, el éxito de sus personajes fue tal que ya nunca más regresaron a sus anteriores ocupaciones, sino que siguieron triunfando como dúo cómico por las televisiones y las salas de fiesta.

 

Y de toreros aparecieron en el primer programa de «Un, dos, tres...», y aunque es verdad que Ibáñez Serrador les dijo que no siempre saldrían de toreros, sino de otros personajes como don Quijote y Sancho Panza, el ojo clínico de Chicho captó enseguida que “el Pulga” y “el Linterna” serían dos personajes de muchísimo éxito, por lo que los mantuvo durante todas las semanas.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Y no se equivocaba el maestro Chicho; el éxito del “dúo Sacapuntas” fue tal en 1987 que recibieron el Premio TP a los personajes más populares, galardón que recogieron acompañados de Chicho Ibáñez Serrador, que recogía en nombre de todo el equipo de «Un, dos, tres...» el Premio TP al mejor programa de entretenimiento, y de Mayra Gómez Kemp, que recibió el Premio TP a la mejor presentadora.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

EL INFARTO DE JUANITO NAVARRO

 

Uno de los cómicos que volvió a la plantilla de «Un, dos, tres...» al comienzo de la sexta etapa fue Juanito Navarro, que compartió con Antonio Ozores algunos sketches, apareciendo juntos en la mesa de Mayra Gómez Kemp.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Pero lamentablemente Juanito Navarro tuvo que causar baja al sufrir un infarto que lo tuvo retirado de los escenarios algunas semanas hasta que se recuperó. La noticia pilló de sorpresa a todo el equipo de «Un, dos, tres...» que contaba con él para grabar un nuevo número junto a Antonio Ozores. Chicho tuvo que cambiar el guión sobre la marcha para que Ozores apareciera solo; de hecho, éste declaró que no sabría apañárselas en el «Un, dos, tres...» sin su compañero, con quien había congeniado estupendamente haciendo una pareja artística muy graciosa, que disfrutaba de sus propias gansadas.

 

Aunque se publicó que Chicho volvería a contar con él una vez que le dieron el alta, el hecho de que Antonio Ozores dejara de intervenir en el programa provocó que finalmente tampoco se reincorporara Navarro, que tan sólo fue recibido con aplausos en el programa dedicado al teatro (20 de julio de 1987), sentado en la grada junto al resto del público.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

DESFILE DE CÓMICOS

 

Con tantos actores que iban y venían, a Narciso Ibáñez Serrador le costó encontrar una plantilla fija de humoristas para esta etapa; deseaba reforzar la parte cómica de la subasta porque las encuestas revelaban que el público disfrutaba con las actuaciones de los humoristas.

 

Así, por el programa pasaron actores de la talla de Rafael Castejón o Alfonso del Real; el primero intervino en los dos primeros programas, y el segundo en el segundo, valga la redundancia, sin que llegaran a convencer plenamente a Chicho para hacerlos fijos.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Tampoco consiguió quedarse fija Florinda Chicho, que intervino en el programa dedicado al erotismo junto a Luis Lorenzo, que volvió a aparecer en el programa dedicado al Berlín de los años 30.

 

  

 

  

EL FICHAJE DE MANOLO ROYO Y EL RETORNO DE BIGOTE

 

En otoño de 1987, ya en la parte final de la sexta etapa, sí consiguieron un puesto fijo en la subasta dos actores. Uno de ellos fue nuevo en «Un, dos, tres...», Manolo Royo, pero consiguió adaptarse al ritmo de trabajo que exigía Chicho e, incluso, repitió en la siguiente etapa.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

El otro fue un viejo conocido de «Un, dos, tres...» que regresaba buscando el “becho” de Mayra: Bigote Arrocet.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

RAÚL SÉNDER, UN FIJO

 

El actor que no faltó a su cita con «Un, dos, tres...» fue Raúl Sénder, en el equipo de humoristas desde 1982 y que tan sólo causó baja al comienzo de la cuarta etapa por incompatibilidad al rodar un anuncio publicitario. Como en etapas anteriores,  Raúl Sénder interpretó infinidad de personajes distintos según el tema de cada programa.

 

Sus actuaciones eran tan esperadas que se califica a sí mismo como el hombre que más tortillas ha quemado en España ya que cuenta como anécdota que muchas señoras le paraban por la calle para explicarle que les pedían a sus hijos que cuando saliera Sénder les avisaran mientras ellas preparaban la cena en la cocina. En el momento de su actuación dejaban la tortilla al fuego y cuando regresaban cinco minutos después, al terminar su intervención, ya se les había quemado la cena.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Pero, sin duda, la anécdota más bonita es la que le ocurrió cuando acudió a la Clínica Universitaria de Navarra a hacerse un chequeo y los enfermos que estaban allí ingresados le manifestaban que los lunes se sentían mejor, que no necesitaban tantos calmantes, porque la ilusión de divertirse por la noche con el «Un, dos, tres...» les aliviaba los dolores.

 

  

 

  

NI BEATRIZ CARVAJAL NI FEDRA LORENTE

 

En cambio, dos de las actrices cómicas fijas de las etapas anteriores que no intervinieron en esta etapa fueron Fedra Lorente, tan popular por su personaje de “la Bombi”, y Beatriz Carvajal. El nombre de ambas sonó en la lista de artistas que regresarían a «Un, dos, tres...», e incluso Chicho nombra a “la Bombi” en el sketch inicial en el que “desentierra” el programa junto a Luisa Armenteros.

 

Desconocemos por qué finalmente ninguna de las dos formaron parte del listado de cómicos fijos de la subasta; una de las posibles razones es que Chicho considerara que los personajes que tanto éxito habían interpretado ambas en etapas anteriores estaban ya “quemados” y amortizados. Una publicación de la época recogió unas declaraciones de Beatriz Carvajal al respecto: “No quiero entrar en dimes y diretes. Sólo diré que no volveré”.

 

Fedra Lorente no intervino en ningún programa, pero Beatriz sí lo hizo en un par de ellos; en el primero protagonizó un sketch junto a Rafael Castejón y Raúl Sénder, en el que hacía de maga de la lámpara maravillosa; la segunda intervención fue como actriz al comienzo del programa dedicado al teatro (20 de julio de 1987).

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

    

 

  

«ENDURANCE»

 

El «Un, dos, tres...» había recibido críticas por considerar que las pruebas a las que se sometían los concursantes en la eliminatoria eran demasiado duras y peligrosas. Para demostrar que no lo eran, Chicho Ibáñez Serrador proyectaba imágenes del programa japonés «Endurance» en el que a los concursantes sí que se les hacían pasar pruebas que rozaban la crueldad.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

Chicho daba paso a los vídeos de «Endurance» desde la cabina de realización

 

 

A pesar de que todas las eliminatorias del «Un, dos, tres...» eran probadas previamente por el equipo del programa para evitar accidentes, en alguna ocasión los concursantes se lastimaron, como ocurrió en el programa dedicado a los comics, en el que uno de los concursantes saltó con demasiado ímpetu desde el practicable cayendo sobre el suelo del plató y no sobre las colchonetas habilitadas para amortiguar las caídas.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

El concursante quedó conmocionado después de la caída

 

 

El propio Chicho acompañó al concursante en la ambulancia provocando la atónita mirada del personal del hospital al ver aparecer al herido vestido de Superman.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

DOS JUEGOS DE CONSOLACIÓN EN UN MISMO PROGRAMA

 

Como consecuencia del accidente en la eliminatoria, el concursante tuvo que se trasladado de urgencia al hospital por lo que en el programa dedicado a los comics no pudo haber juego de consolación de la eliminatoria; precisamente, en ese programa se iba a estrenar un nuevo juego en sustitución de la “Raspadita Competición Mñalaga”.

 

El nuevo juego era “El 1 de Galerías” y su estreno tuvo que posponerse al programa dedicado a Checoslovaquia (13 de julio de 1987), en el que al comienzo del programa participaron los concursantes de la semana anterior, y después de la eliminatoria lo hicieron los concursantes que no consiguieron pasar a la subasta.

 

  

 

  

AUMENTO DE LA CUANTÍA DE LOS PREMIOS

 

En esta etapa, en general, aumentó la cuantía de los premios. La aparición de la figura de las marcas patrocinadoras propició, por ejemplo, que el premio al que podían optar los concursantes en el juego de consolación de la eliminatoria ascendiera a diez millones de pesetas.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

Con el 1 de Galerías se podían ganar hasta 10 millones de ptas.

 

 

También en la subasta, los patrocinadores hicieron aumentar la cuantía de los premios; por ejemplo, el Banco de Vizcaya ofrecía un premio en su Libreta Oro de un millón de pesetas cada semana; en caso de que los concursantes no lo ganaran, el millón se acumulaba para la semana siguiente. En dos ocasiones los concursantes ganaron cuatro millones de pesetas; y Concha Cuetos y Víctor Valverde cambiaron el Boom por la Libreta Oro, que contenía dos millones de pesetas.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Lo mismo ocurría con el azulejo sorpresa de Porcelanosa. En dos ocasiones la pareja de concursantes se hicieron con el bote de seis millones de pesetas; en un programa posterior, los concursantes lo ganaron, y contenía cinco millones; y en el último programa, la pareja de concursantes también se quedaron con él, ganando un millón de pesetas.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Y no olvidemos que, para desgracia de “las Tacañonas”, todos estos premios iban redoblados, ya que también los ganaban los sufridores.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

SUBIDA DE OFERTAS DE MAYRA

 

En esta sexta etapa es cuando Mayra Gómez Kemp comienza a subir sus ofertas económicas al final de la subasta. Hasta entonces sus ofertas solían terminar en 300.000 pesetas. En esta sexta etapa llegaron a las 400.000 e incluso las 500.000 pesetas.

 

En cierta ocasión, y tras una racha de programas entregando regalos malos, los concursantes llegaron al final de la subasta con tres premios buenos. Chicho le indicó a Mayra que no insistiera mucho en la oferta final, que eligieran uno de los regalos y que el programa terminara con la alegría de un buen premio.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Mayra, desoyendo a su director, vio que los concursantes estaban muy decididos por uno de los regalos, y que se quedarían con él cualquiera que fuera la oferta que les presentara. Llegó a ofrecerles hasta 500.000 pesetas. Chicho Ibáñez Serrador se puso hecho una furia en el control de realización y empezó a pegar voces a diestro y siniestro. Los cámaras se llegaron a quitar los cascos para no escuchar los gritos que estaba profiriendo.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

Al final, la buena intuición de Mayra se confirmó y los concursantes se quedaron con uno de los estupendos regalos que les aguardaban en la mesa. Una vez que el público abandonó el plató, Chicho hizo aparición en él, con la cara desencajada, y sus característicos puro y bufanda, y le dijo a Mayra: “Nena, me he tenido que tomar un valium. Lo más bonito que he dicho de ti en el control es ‘pero ¿qué hace esta hija de puta?’”.

 

  

 

  

PREMIOS MALOS

 

Pero también hubo premios malos; algunos concursantes se los tomaron con mejor humor que otros. Por ejemplo, la pareja de la subasta del programa dedicado a la arqueología (4 de mayo de 1987) ganaron dos metros cuadrados de tierra en el cementerio que ellos eligieran. Cuando el programa quiso entregarles su premio, se encontraron que no podían ofrecerles exactamente los dos metros cuadrados en el cementerio designado durante la emisión, que era el de Bilbao. Los concursantes impugnaron el premio por incumplimiento de contrato y consiguieron que el programa les tuviera que pagar otro de los premios que se habían ofrecido durante la subasta.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

Este padre e hija demostraron tener my mal perder

 

 

Más deportivamente se lo tomaron los concursantes del programa dedicado al Antiguo Testamento (14 de septiembre de 1987), que ganaron una ordeñadora automática. Los sufridores se pusieron locos de contentos sin que nadie supiera realmente la razón, pero resultaba que eran vaqueros y la máquina les vendría fenomenal para su ganadería. Y Pedro y Ángeles, que realmente fueron una pareja simpatiquísima, colocaron la ordeñadora de adorno en el salón. Por su simpatía y por haberse llevado un mal premio, fueron repescados en el penúltimo programa de la etapa, en el que también llegaron a la subasta, terminándola con mejor sabor de boca, ya que el Boom, escondido en una tarta, les permitió quedarse con el azulejo sorpresa de PORCELANOSA, con cinco millones de pesetas.

 

  

 

  

KIM CORTÓ CON SU NOVIO

 

Poco tiempo antes de comenzar las grabaciones de la sexta etapa de «Un, dos, tres...» la azafata Kim Manning, que era la única que provenía de las etapas inmediatamente anteriores, había cortado con su novio. A pesar de la tristeza interior que seguramente sentía por la ruptura sentimental, Kim se mostró en cámara tan locuela y simpática como siempre, volviéndose a ganar una temporada más el cariño de todos los espectadores.

 

El protagonismo de Kim en esta etapa fue en aumento, si cabe, ya que además de las múltiples funciones que desempeñaba en el programa, Chicho Ibáñez Serrador le confió la responsabilidad de ser la azafata contable en sustitución de Silvia Marsó, convirtiéndose en la única azafata extranjera que realizó esta función, a pesar de las dificultades con el idioma.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Además, Kim fue la portavoz, como decana de las azafatas, para decir el mensaje de despedida en el último programa de la etapa. En ese mensaje, emocionada, agradeció a Chicho tanto cariño recibido en los años en que había trabajado en «Un, dos, tres...».

  

 

 

  

LA DESPEDIDA DE MAYRA

 

En su despedida, Mayra Gómez Kemp también agradeció a Chicho Ibáñez Serrador que confiara en ella y la guiara durante todos los años en que ejerció de presentadora de «Un, dos, tres...».

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Aunque ella ni nadie lo sabía aún, Mayra estaba comenzando a presentar su último programa de «Un, dos, tres...», el que hacía el número ciento sesenta y ocho; y como ella, dijo, prefirió despedirse al principio para así terminar el programa con la alegría de un buen premio, como ocurrió finalmente.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

UN VILLANCICO DEDICADO A CHICHO

 

Como despedida especial de las azafatas a Narciso Ibáñez Serrador, Nina cogió una guitarra y comenzaron a cantarle un villancico (recordemos que el último programa se grabó a finales de diciembre de 1987, en plena Navidad) con la letra adaptada y dedicada a él.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Chicho no pudo evitar emocionarse con tan simpática sorpresa.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

  

FINAL CON TARTA INCLUIDA

 

Como era habitual en «Un, dos, tres...» al final de cada etapa, todo el equipo se reunió en torno a una tarta y brindaron con cava por el éxito y por haber trabajado codo con codo durante tantas semanas seguidas. El deseo de todos fue poder reencontrarse pronto bajo los focos del mismo plató y bajo la dirección de Narciso Ibáñez Serrador para seguir creando magia y fantasía televisiva.

 

«Un, dos, tres...» - 1988

 

  

 

  

EL CUMPLEAÑOS DE JENNY

 

Pero a lo largo de la etapa hubo también otras celebraciones mucho más alegres que la despedida; por ejemplo, durante los meses que Jenny Hill fue azafata pudo celebrar su cumpleaños junto a sus compañeras de programa, que quisieron acompañarla en una divertida fiesta a la que acudieron también su novio y el de Beverly Rolls, dos bailarines con los que más tarde montaron un grupo.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Agradecemos a David y Miguel Ángel las fotos que nos enviaron

 

 

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