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Anécdotas y curiosidades
de la séptima etapa de «Un, dos, tres...»

 

 

 

 

UN MACRO PROYECTO TRUNCADO

 

Narciso Ibáñez Serrador tenía en su cabeza pensado realizar un grandioso «Un, dos, tres...» en 1992 con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América; se trataba de un ambicioso proyecto que se uniría al resto de acontecimientos y eventos culturales que España estaba preparando para conmemorar tan importante efeméride. La idea era que el programa se grabara en Madrid pero en el que participaran concursantes, no sólo españoles, sino también de toda Latinoamérica, con actuaciones de todos esos países.

 

Finalmente aquel gran «Un, dos, tres...» nunca pudo ver la luz y, en su lugar, TVE le propuso a Chicho hacer el programa de siempre, comenzando un año antes, en 1991.

 

   

  

  

RETRASO EN LA FECHA DE ESTRENO

 

Inicialmente estaba previsto que la séptima etapa de «Un, dos, tres...» comenzara en marzo o abril de 1991, pero finalmente la fecha de estreno se fue retrasando hasta producirse el 13 de septiembre de 1991.

 

   

  

  

ONCE PROGRAMAS CON POSIBILIDAD DE PRÓRROGA

 

El contrato inicial de «Un, dos, tres...» contemplaba la grabación de once programas que se emitirían antes del verano de 1991, con posibilidad de prórroga tras las vacaciones estivales. Al retrasarse la fecha de estreno, se reconfiguró el contrato y se estableció que se emitirían trece programas, y en caso de éxito de audiencia se renovaría, como así fue.

 

   

  

  

LA ELECCIÓN DE PRESENTADORES

 

Cuando TVE y Narciso Ibáñez Serrador llegaron al acuerdo de hacer una nueva etapa de «Un, dos, tres...» en 1991, se realizó una encuesta para preguntarle a los espectadores quién querían que fuera el conductor del programa. Mayra Gómez Kemp ganó por una apabullante mayoría.

 

A pesar de eso a Chicho le rondaba en la cabeza la idea de elegir un nuevo presentador. Uno de los candidatos fue Emilio Aragón, a quien Chicho descartó en 1982 como sustituto de Kiko Ledgard por ser demasiado joven; pero a principio de la década de los noventa Emilio Aragón había fichado por Telecinco y estaba triunfando en ella. Otro de los candidatos fue un presentador conocido en Cataluña por haber conducido y dirigido uno de los programas de más éxito en TV3: «Filiprim»; pero tampoco fue posible su fichaje en 1991; su oportunidad llegaría en noviembre de 1993, que es cuando se convertiría en presentador de la noventa etapa de «Un, dos, tres...»; nos referimos, lógicamente, a Josep María Bachs.

 

Finalmente, los elegidos fueron una pareja —cosa que nunca había ocurrido antes en «Un, dos, tres...»—, compuesta por Jordi Estadella y Miriam Díaz-Aroca.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

  

 

  

  

RUEDA DE PRENSA

 

La rueda de prensa para dar a conocer al nuevo equipo de «Un, dos, tres...» tuvo lugar el 24 de junio de 1991, casi tres meses antes del estreno de la séptima etapa.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

 

En esta rueda de prensa, Chicho anunció, para sorpresa de todos (ya que había llegado a publicarse que Mayra sería nuevamente la presentadora), que los nuevos conductores serían Jordi y Miriam; y presentó a un sexteto de azafatas compuesto por Patricia Alcocer, Raquel Vergés (aunque ésta nunca llegaría a ser azafata realmente), María Abradelo, Belén Ledesma, Carolina Rodríguez y Marta de Pablo.

  

 

  

  

SALLY OʼNEILL Y ADOLFO WAITZMAN

 

A la rueda de prensa acudieron, además de los nuevos presentadores y las nuevas azafatas, la coreógrafa, Sally O’neill, y el director musical, Adolfo Waitzman. Con ello, Chicho Ibáñez Serrador quiso remarcar la importancia que los números musicales iban a adquirir en esta séptima etapa.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

   

 

  

  

RAQUEL VERGÉS

 

La chica que no llegó a ser finalmente azafata no se llamaba realmente Raquel. Aunque Vergés era su apellido, su nombre de pila era Marta, pero como en el sexteto ya había otra Marta (de Pablo), Chicho Ibáñez Serrador la rebautizó como Raquel.

 

Raquel Vergés - «Un, dos, tres...» (1991)

  

   

  

  

ANABEL SOBESOBO

 

Otra de las chicas que vio ligeramente variado su nombre fue Belén Ledesma; realmente el cambio no fue mucho, ya que su verdadero nombre era Ana Belén, aunque todo el mundo la conocía como Anabel. Y sus apellidos eran Sobesobo Ledesma; Chicho lo único que hizo fue que resultara conocida por su segundo apellido por ser más televisivo.

 

Belén Ledesma - «Un, dos, tres...» (1991)

 

   

  

  

JORDI ESTADELLA

 

A propósito de la rueda de prensa para la presentación de la nueva etapa del programa, Jordi Estadella dijo en tono jocoso que el «Un, dos, tres...» se la tenía un poco “jurada” porque la verbena de San Juan se la pasó en Madrid con motivo de dicha rueda de prensa, el día de su aniversario de bodas estuvo lejos de su mujer ya que tenían el ensayo general del primer programa, y para colmo de males el día de la emisión del primer programa (13 de septiembre de 1991) la luna no estaba en cuarto creciente, que es como a él le daba suerte.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

Jordi estuvo en Madrid durante la mágica noche de San Juan
para dar a conocer a la prensa la nueva etapa del programa

 

 

Lógicamente, Jordi hablaba de broma porque estaba encantado con haber sido elegido presentador del nuevo «Un, dos, tres...», ya que tenía muchas ganas de trabajar con el maestro Ibáñez Serrador, y además con el programa logró uno de sus mayores éxitos profesionales.

 

   

  

  

JORDI ESTADELLA Y CHICHO IBÁÑEZ SERRADOR

 

La relación entre Jordi Estadella y Narciso Ibáñez Serrador fue muy fluida desde un principio, ya que compartían muchas aficiones. La amistad surgió enseguida, aunque en el plató mantenían las formas y se llamaban mutuamente de usted y utilizaban tratamientos a la par cariñosos y respetuosos.

 

Jordi le llamaba a Chicho “monseñor”, “comendador” o “venerable director”, entre otras cosas, y Chicho le respondía llamándole “profesor”.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

En cierta ocasión, un periodista que cubría una grabación del programa le preguntó a Jordi que como es que el maestro Chicho le llamaba a él profesor. Jordi se molestó un poco por la pregunta y le respondió que él también era “profesor” ya que llevaba más de veinte años como profesional y que a su lado en Radio Juventud se habían formado periodistas de la talla de Elisenda Roca, entre otros.

 

   

  

  

LA SERIEDAD DE JORDI

 

Jordi Estadella - «Un, dos, tres...» (1991)

Antes de presentar «Un, dos, tres...», Jordi Estadella había presentado «No te rías que es peor».

 

Para romper con esa imagen anterior, Chicho le pidió que durante los cinco primeros programas se mostrara serio, para ir dando luego rienda suelta a su estupendo sentido del humor.

Jordi estuvo más encorsetado durante los primeros programas

   

   

  

  

LA JUVENIL RISA DE MIRIAM

 

Las anécdotas relacionadas con Miriam Díaz-Aroca se podrían contar a centenares. Por su juventud y simpatía se pasaba el día riendo, lo que provocaba que en algunas ocasiones tuviera que detenerse la grabación por los ataques de risa que le daban.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

Las risas estaban aseguradas con Miriam Díaz-Aroca

   

   

  

  

EL PROGRAMA IDEAL PARA MIRIAM

 

Miriam Díaz-Aroca disfrutaba mucho en «Un, dos, tres...» porque era un programa que le permitía no sólo desarrollar su labor como presentadora, sino también como actriz y cantante, ya que participó en varios números musicales de la subasta.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

   

   

  

  

EL PERSONAJE DEL PAYASO

 

Miriam apareció en el espacio Philips en el primer programa vestida de payaso, ya que anteriormente había tenido lugar el número musical del circo y no le daba tiempo a cambiarse de ropa. Para los siguientes programas, la santanderina sugirió a Chicho aparecer vestida de personajes diferentes en cada ocasión, pero el jefe consideró mucho mejor aparecer siempre vestida de payaso. Miriam refunfuñó ante la decisión, pero acabó reconociendo que el personaje del “payaso sin nombre” le había dado mucho éxito y satisfacciones.

 

Miriam Díaz Aroca - «Un, dos, tres...» (1991)

   

   

  

  

EL VESTUARIO DEL PROGRAMA DEDICADO A POE

 

Otra anécdota relacionada con el vestuario de Miriam tuvo lugar durante el programa dedicado a Edgar Allan Poe (6 de diciembre de 1991). Cuenta Miriam que estando sentada durante la tanda de preguntas se le subió el traje llegándole hasta la nariz.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

Chicho y Miriam bromean con la anécdota del traje

 

   

  

  

UNA CABECERA INÉDITA

 

Para esta séptima etapa, los Estudios Moro diseñaron una nueva cabecera con dibujos animados en los que aparecía la calabaza Ruperta, pero finalmente esta versión nunca vio la luz y se utilizó la clásica de la segunda etapa, aunque modernizada, hasta que se cambió por otra en el noveno programa.

 

En esa cabecera inédita se podía ver el nuevo logotipo que se había diseñado para el «Un, dos, tres...», y que era el que aparece en el forillo delante del que Jordi Estadella posa para la prensa.

 

Jordi Estadella - «Un, dos, tres...» (1991)

 

 

Ese logotipo, que al no aparecer en la cabecera, únicamente lo vimos en las tarjetitas de la subasta y bordado en las chaquetas de las azafatas, está todavía hoy registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas a nombre de PROINTEL, la productora de Narciso Ibáñez Serrador.

 

Logotipo de «Un, dos, tres...»

 

   

  

  

EL DISEÑO DEL UNIFORME DE LAS AZAFATAS

 

También fue inédito el uniforme oficial que el figurinista José Miguel Ligero diseñó un para las azafatas, consistente en un traje compuesto por chaqueta y pantalón rosas, y blusa anudada al cuello.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

 

Finalmente, el uniforme que se impuso consistía únicamente en una camisa negra vaporosa y una chaqueta rosa con el logotipo del programa bordado.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

   

  

  

EL GRAN TRABAJO DE CHICHO

 

Aunque Narciso Ibáñez Serrador siempre había trabajado muchísimo durante las etapas anteriores, en esta séptima etapa el trabajo se multiplicó si cabe, ya que el programa se había hecho más espectacular, lo cual requería una mayor atención por su parte.

 

Chicho trabajaba quince horas al día los siete días de la semana para poder escribir los guiones, reunirse con los actores, ensayar, grabar el programa, montarlo, etc.

 

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres...» (1991)

 

  

  

   

LAS REPRIMENDAS DE CHICHO

 

Para poder llevar a buen término el programa, Chicho imponía una férrea disciplina en el plató, de modo que a veces se vivían momentos de gran tensión. Como buen perfeccionista que es, Ibáñez Serrador quería que todo saliera como estaba pensado y estudiado.

 

Por eso, cuando algo no salía como él quería, solía recriminar a la persona que se hubiera equivocado, bien a través de la megafonía del plató, o bien a través de unos teléfonos conectados con el control de realización y escondidos fuera del alcance de las cámaras.

«Un, dos, tres...» - 1991

A través del teléfono Chicho daba
instrucciones privadas a los presentadores
 

 

   

  

  

LOS NOMBRES DE “LAS DERROCHONAS”

 

Al igual que lo tenían las “Tacañonas”, las “Derrochonas” también tuvieron nombre, al menos, pensado por Chicho Ibáñez Serrador, aunque al final nunca fueron presentadas por su nombre. Las tres sobrinas-nietas de las “Tacañonas” respondían al nombre de “Gastona” (Paloma Hurtado), “María Dólares” (Teresa) y “Gene” (Fernanda), por lo generosa que era.

 

Las hermanas Hurtado - «Un, dos, tres...» (1991)

“María Dólares”, “Gastona” y “Gene”

 

   

  

  

ANTIGUAS AZAFATAS

 

Cuando se enteraron de la vuelta del programa, algunas azafatas de etapas anteriores que no habían triunfado en el mundo del espectáculo llamaron a Chicho para que volviera a contar con ellas en esta nueva etapa, pero el director consideró que era conveniente renovar el plantel de azafatas. Para ello convocó diversos castings y reconoce que después de probar a muchas chicas le costó encontrar algo más que una bonita sonrisa.

 

Chicho quería al mejor sexteto de azafatas y lo cierto es que supo seleccionar a unas azafatas que luego han continuado en la televisión, el cine o el teatro de una forma u otra. 

 

   

  

  

PUDO HABER SIDO AZAFATA CONTABLE

 

Antes de acabar el verano de 1991, la prensa publicó que la azafata contable en la nueva etapa de «Un, dos, tres...» sería María Abradelo. Parece que Chicho, para dar mayor protagonismo a Miriam Díaz-Aroca durante la tanda de preguntas, se pensó mejor esta decisión y resolvió que las cuentas las llevara la propia Miriam. De lo contrario su papel hubiera quedado relegado a ser la conductora de la eliminatoria.

 

María Abradelo - «Un, dos, tres...» (1991)

 

   

  

  

EL HAMBRE DE MEDIA TARDE

 

Por causa de los nervios antes de comenzar cada grabación, las azafatas no solían comer al mediodía. Pero en el descanso de media tarde, una vez superados los nervios iniciales, a las chicas les entraba hambre y daban buena cuenta de los bocadillos que se repartían entre los miembros del equipo y del público.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

Elsa y María bromean comiendo el bocadillo

 

   

  

  

LA LESIÓN DE PATRICIA

 

El programa dedicado a la comedia musical (28 de febrero de 1992) fue vivido con mucha ilusión por las azafatas, ya que iban a contar con la presencia de Angels Gonyalons, y podrían interpretar con ella varios musicales clásicos. Pero lo que podía haber sido un inolvidable programa lleno de magia e ilusión pasó a la memoria de las azafatas como el programa en que Patricia Alcocer, por caer en una mala postura, se rompió los ligamentos de una pierna.

 

Patricia Alcocer - «Un, dos, tres...» (1992)

  

 

La caída, que no se vio en la emisión final porque fue evitada en el montaje final, impidió que Patricia continuara su labor como azafata, apareciendo únicamente en el último programa de la etapa, aún con muletas por causa de la lesión.

 

   

  

  

LA OTRA PATRICIA

 

Otra azafata Patricia, en este caso sustituta, fue Patricia López-Schlighting, que pasó a formar parte del sexteto de secretarias en el programa dedicado a las Islas Canarias (27 de marzo de 1992).

 

Patricia procedía del grupo de las chicas de figuración, y normalmente acompañaba a cómicos y humoristas, junto a Margarita, que también llegó a ser azafata en sustitución de Elsa Berardengo.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Patricia es hermana de Cristina López-Schlighting, la periodista de la cadena COPE, que ha presentado, entre otros, los programas de fin de semana y de tarde de dicha emisora de radio.

 

   

  

  

EL PLATÓ E-3 DE LOS ESTUDIOS BUÑUEL

 

En esta séptima etapa el «Un, dos, tres...» se grababa en el plató E-3 de los Estudios Buñuel, que en aquel entonces era el segundo más grande de Europa.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

El E-3 de los Estudios Buñuel medía casi 2000

 

 

Eso permitió construir espectaculares decorados que costaban siete millones de pesetas (más de una cuarta parte del presupuesto de cada programa).

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

 

Cada emisión del programa contaba con veintiséis millones de pesetas como presupuesto. La cuantía de los premios creció respecto a la sexta etapa, aunque no se aproximaba a los espectaculares premios de «El precio justo».

 

   

  

  

LA ACTITUD DE LOS CONCURSANTES

 

Fueron muchas las parejas de españoles que quisieron concursar en la séptima etapa de «Un, dos, tres...». Los encargados de producción de PROINTEL seleccionaban a los concursantes por su simpatía, no tanto por que fueran físicamente atractivos.

 

La mayoría de las parejas venía con ganas de pasárselo bien, y aunque de primeras se sintieran atarazados por los nervios, enseguida entraban en la magia del juego.

 

No obstante, había excepciones, como la de una chica que consiguió pasar a la subasta y le dijo a Jordi que se encontraba cansadísima y que lo único que deseaba era irse a la cama a dormir. Esta falta de entusiasmo provocaba decepción en el equipo, ya que habían trabajado muy duro preparando el programa.

 

La falta de entusiasmo de los concursantes provocaba
desánimo en los miembros del equipo de «Un, dos, tres...»,
ya que se habían desvivido durante toda la semana preparando decorados, vestuario, juegos, etc. para que los concursantes
disfrutaran al máximo de una experiencia irrepetible

Jordi Estadella - «Un, dos, tres...» (1992)

 

 

Pero lo normal era que los concursantes se volcaran y mostraran muchísima ilusión, llegando a emocionarse y llorar de alegría si finalmente se llevaban un coche, el apartamento o una buena cantidad de dinero.

   

   

  

  

PREMIOS NO DESEADOS

 

Pero no siempre los premios eran buenos. Por ejemplo, en el programa dedicado a la comedia musical los concursantes se quedaron con el regalo que escondía pasar una noche en el osario de una capilla románica de Wamba (Valladolid). A los sufridores no les hizo ninguna gracia la idea porque consideraron que era un regalo morboso y rechazaron el premio.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Lo mismo ocurrió en el programa dedicado a San Valentín. El premio final fue un curso de paracaidismo, y aunque los concursantes del plató lo llegaron a realizar, la pareja de sufridores lo rechazaron porque la señora era un poco mayor y no se atrevió a saltar desde un avión.

 

   

  

  

MULTITUD DE SOLICITUDES PARA ACUDIR DE PÚBLICO

 

Cada semana se recibían más de tres mil cartas para acudir al programa y presenciar la grabación en las gradas. Mercedes Moro (hija del dibujante José Luis Moro) y Jorge Szigriszt eran los encargados de seleccionar cada semana los quinientos veintiséis espectadores que se sentarían en las butacas del plató.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

Jorge en su despacho gestionando la
llegada de los autocares con el público

 

 

En el primer programa las gradas estuvieron ocupadas en su mayoría por familiares y amigos de miembros del equipo de «Un, dos, tres...», que no quisieron perderse la vuelta del mítico programa a televisión.

 

A diferencia de otros programas, el público no cobraba por asistir a las grabaciones, aunque durante las mismas se les ofrecían juegos con los que podían ganar algo de dinero; a veces se emitían esos juegos y otras veces no.

«Un, dos, tres...» - 1991

Los familiares y amigos del equipo fueron los primeros
en ver una grabación del nuevo «Un, dos, tres...»

 

 

Por ejemplo, en el programa dedicado a San Valentín (14 de febrero de 1992), se eligió a dos personas del público, que no se conocían, y le hicieron darse un beso de amor, y tenían que permanecer enroscados mientras se les sometían a algunas pruebas, como tirarles agua, bombas fétidas, etc. A la tercera prueba lo dejaron y se fueron cada uno para su asiento un poco cortados. Como la prueba no había gustado en exceso al público asistente en el plató, no se emitió en pantalla.

   

   

  

  

EL SHOW DE “LAS HURTADO”

 

Como las grabaciones eran tan largas (comenzaban a las tres o cuatro de la tarde, y podían alargarse hasta las dos o tres de la madrugada), el entusiasmo del público podía ir in decrescendo, por lo que antes de comenzar la grabación propiamente dicha, las Hurtado hacían un pequeño show muy gracioso de cara a las gradas, con las cámaras enfocando al público y tomando planos generales y primeros planos de gente riendo.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

Las Hurtado animaban al público

 

 

Esto servía, no sólo para obtener planos de gente riendo para intercalarlos en el montaje final, sino también para ir animando al público y tomarle el pulso para comprobar si era gente entregada y divertida o más bien tímida.

 

   

  

  

EL DESPLANTE DE “TIP”

 

El veterano humorista Luis Sánchez Polack, “Tip”, iba a ser fichado por Ibáñez Serrador para esta etapa de «Un, dos, tres...». En sus intervenciones iba a salir acompañado por Anabel Alonso. Finalmente, Antena 3 hizo una suculenta oferta por Tip para que presentara el concurso «El Gordo».

 

 

 

Sin la presencia de Tip, la intervención de Anabel Alonso carecía de sentido y no fue contratada como humorista de la subasta.

   

   

  

  

MONCHO BORRAJO

 

Al genial Moncho Borrajo, que ya había intervenido en anteriores ocasiones en «Un, dos, tres...», como concursante en un especial con famosos y como artista invitado, se le hizo un contrato para que interviniera en cuatro programas de esta etapa, pero finalmente sólo intervino en la primera emisión.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

   

  

  

EL DESCUBRIMIENTO DE ÁNGEL GARÓ

 

Aunque Ángel Garó ya había intervenido previamente en Televisión Española, concretamente en el espacio de variedades «¿Pero esto qué es?», sus actuaciones no habían tenido apenas relevancia. Cuando se estaban buscando actores y humoristas para la séptima etapa, una de las guionistas, Salomé Blanco, le habló a Narciso Ibáñez Serrador de un joven que realizaba un simpar espectáculo en la sala de fiestas “Cleofás”. Chicho fue a verle, quedó fascinado por su originalidad, y decidió contratarle para «Un, dos, tres...».

 

A diferencia de lo que ocurrió en «¿Pero esto qué es?», Ángel Garó cautivó a los espectadores de «Un, dos, tres...» desde el primer programa; él siempre estará muy agradecido a Chicho, no sólo por haberle brindado la posibilidad de aparecer regularmente en el programa más emblemático de TVE, sino también por colaborar en sus sketches con voz en off, lo que los enriquecía mucho más.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

   

  

  

LA MADRE DE MARUJA JARRÓN

 

La persona que hacía el papel de la augusta madre de Maruja Jarrón era un joven extremeño llamado Félix Ceballos.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

   

  

  

LAS HURTADO SE QUEDABAN A VER
LA ACTUACIÓN DE ÁNGEL GARÓ

 

En esta etapa, a diferencia de lo que había ocurrido en etapas anteriores, las hermanas Hurtado sólo actuaron en una de las subastas, la del programa dedicado al Imperio Romano y Calígula (18 de octubre de 1991).

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

 

A pesar de que su actuación terminaba en la tanda de preguntas, en la que hacían de “Derrochonas“, se solían quedar durante toda la grabación de la subasta para ver la intervención de Ángel Garó, con quien hicieron muy buena amistad.

   

   

  

  

¿MALA RELACIÓN ENTRE CHICHO Y ÁNGEL GARÓ?

 

En los últimos programas de esta séptima etapa de «Un, dos, tres...» Ángel Garó no apareció en la subasta. Mucho se especuló sobre esta ausencia, ya que sus actuaciones eran muy esperadas por todo el público; llegó a publicarse en la prensa que la relación entre Narciso Ibáñez Serrador y el actor se había enfriado por algún desencuentro que habría motivado que el director decidiera prescindir de la actuación de Garó, sustituyéndola por la de artistas invitados como Eugenio o “Los Morancos”.

 

Ángel Garó desmintió que estuviera enfadado con Chicho, y justificó su ausencia diciendo que estaba preparando su nuevo espectáculo “Personas humanas”.

 

El reencuentro con «Un, dos, tres...» se produjo finalmente en el último programa, aunque Garó permaneció recluido en su camerino hasta el momento en que debía aparecer en la subasta, y no participó de la fiesta del vigésimo aniversario del concurso.

 

   

  

  

CURRO, DE LA EXPOʼ92

 

Los responsables de la EXPO’92 de Sevilla eligieron al «Un, dos, tres...» como programa desde el que promocionar la Exposición Universal mediante la aparición de su mascota Curro en la tanda de preguntas. Curro aparecía por las escaleras del plató y acercaba a la pareja de campeones la última pregunta.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

 

«Un, dos, tres...» fue el único programa de televisión en el que apareció Curro antes de la inauguración de la EXPO.

 

Dentro del muñeco de Curro había un señor que le dotaba de movimientos, pero la gran envergadura de la mascota dificultaba la tarea. A Chicho Ibáñez Serrador no siempre le gustaba la forma en que Curro bajaba la escalera y se acercaba al set de contables, por lo que su entrada había que repetirla varias veces.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

   

  

  

LAS OLIMPIADAS DE BARCELONAʼ92

 

Cobi, la mascota de las Olimpiadas de Barcelona, no apareció en el programa, pero las azafatas posaron en un bonito reportaje con ella, vestidas con indumentarias de diversos deportes.

 

Elsa Berardengo - «Un, dos, tres...» (1992)

 

 

Belén apareció vestida de tenista; Elsa, de nadadora; María, de gimnasta rítmica; Marta, de ciclista; Carolina, de jugadora de beisbol; y Patricia, de karateka.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

   

  

  

EL ÉXITO DE CARLOS MATA

 

En el programa dedicado a “don Juan Tenorio” (1 de noviembre de 1991), el actor y cantante Carlos Mata tuvo a bien de acudir como invitado, interrumpiendo su gira europea, para recibir el disco de platino por haber vendido más de cien mil copias de su disco.

 

A todas las féminas del público y a las propias azafatas les encantó la actuación del televisivo Carlos Mata, muy famoso en España por ser protagonista de varias telenovelas.

«Un, dos, tres...» - 1991

Miriam Díaz-Aroca, ataviada como una
sexy doña Inés, posa junto a Carlos Mata

 

   

  

  

EL REALIZADOR DE EXTERIORES

 

Dado que Narciso Ibáñez Serrador no podía ausentarse de Madrid porque tenía que seguir preparando y grabando nuevos programas de «Un, dos, tres...», los rodajes en exteriores para los programas de viajes (Marruecos y las Islas Canarias) fueron realizados por Miguel Lluc.

 

   

  

  

FERNANDO LEÓN DE ARANOA

 

En esta etapa, Narciso Ibáñez Serrador se rodeó de un nutrido grupo de guionistas, ya que el programa había alcanzado una envergadura que resultaba materialmente imposible que él se encargara de escribir todos los guiones. Entre las personas que componían el equipo de guionistas de «Un, dos, tres...» se encontraba un joven de diecinueve años que con el tiempo se convertiría en uno de los cineastas de mayor prestigio en España: Fernando León de Aranoa.

 

   

  

  

EL PROGRAMA DEDICADO A LONDRES

 

El programa emitido el 6 de marzo de 1992 iba a estar dedicado originariamente a la figura de Sherlock Holmes, pero Chicho Ibáñez Serrador decidió finalmente dedicarlo a Londres (aunque las referencias al personaje creado por Arthur Conan Doyle fueron continuas), ya que en esta etapa ya había habido varios programas monográficos sobre personas concretas (Calígula, Mozart y Poe), y alguno sobre personajes de la Literatura (como “El Tenorio”), por lo que prefirió reconvertirlo en un programa dedicado a una ciudad, aunque fuera ambientándolo en el siglo XVIII.

 

   

  

  

EL VIGÉSIMO ANIVERSARIO

 

El último programa de esta etapa, que fue el especial en el que se celebraba el vigésimo cumpleaños, fue el que más tardó en grabarse, ya que, además de que su duración fue superior al del resto de programas, en el plató se congregaron muchos personajes históricos del concurso, y se realizaron muchas pausas para saludos, reencuentros, brindis y posados para la prensa.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Lydia Bosch acababa de ser madre en enero de 1992, unos meses antes de grabar el especial de los veinte años de «Un, dos, tres...», y Narciso Ibáñez Serrador pensaba que no podría acudir a la grabación al encontrarse recuperándose del parto y cuidando a su bebé; pero, finalmente, se acercó un momento a los Estudios Buñuel; para dar sensación de que se quedó durante toda la grabación, Chicho hizo que se sentara en la grada del público y le grabó diversas reacciones para intercalarlas a lo largo de todo el programa.

 

Lydia Bosch - «Un, dos, tres...» (1992)

 

 

A principio de los años noventa, la competencia entre las televisiones privadas impedía que presentadores y actores de otras cadenas aparecieran en canales de la competencia; como «Un, dos, tres...» había servido de cantera de presentadores y humoristas para las recién nacidas Antena 3 y Telecinco (Raúl Sénder, Luis Lorenzo, Beatriz Carvajal, el “Dúo Sacapuntas”, etc.) Manuel Martín Ferrand y Valerio Lazarov autorizaron excepcionalmente que todos ellos pudieran regresar a «Un, dos, tres...» por una noche, lo cual fue agradecido expresamente por Narciso Ibáñez Serrador.

 

El regreso de Raúl Sénder y Fedra Lorente al «Un, dos, tres...» en este programa especial sirvió para que Narciso Ibáñez Serrador los convenciera para que formaran parte del plantel de cómicos en la etapa siguiente; así como para que Kim Manning fuera contratada por TVE para presentar un magacine matinal, al comprobar que el público español seguía recordando con mucho cariño a la mítica azafata norteamericana.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

   

  

  

FINALISTA DE LOS PREMIOS TP DE ORO

 

Esta etapa fue la última en la que el «Un, dos, tres...» fue finalista de los premios TP de Oro al mejor concurso. Sus otros dos rivales fueron «Su media naranja» (Telecinco) y «Cifras y letras» (La 2 de TVE), resultando ganador este último.

 

«Cifras y letras» - 1991

 

 

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