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La calabaza Ruperta,

la mascota de la novena etapa de «Un, dos, tres...»

 

 

 

   

La calabaza Ruperta fue una de las pocas cosas que no cambió en esta novena etapa de «Un, dos, tres...». La ya clásica y legendaria Ruperta volvió a cantar al comienzo de cada programa, en la cabecera diseñada por los Estudios Moro.

 

         

 

 

La calabaza que las azafatas enseñaban en la subasta cuando los concursantes conseguían rechazar el regalo que la escondía era la misma de la etapa anterior, con su simpática sonrisa y su canotier.

 

«Un, dos, tres...» - 1994

 

 

Como tantas otras veces en la historia del programa, significó el peor regalo de la subasta, aunque en ocasiones escondía dentro de sí premios estupendos. Por ejemplo, en el último programa, la Ruperta escondía en su interior el mayor regalo dado en la historia del «Un, dos, tres...», que fue el premio que obtuvieron los concursantes del programa dedicado al Renacimiento de la etapa anterior. Por desgracia, no fue el regalo con el que se quedaron Eduardo y Carolina, que posan en la foto con la calabaza.

 

«Un, dos, tres...» - 1994

 

 

En esta etapa, la Ruperta sólo fue el premio final de la subasta en una ocasión; fue en el especial de Navidad, y para los niños que esa noche concursaban en la subasta supuso llevarse a casa dos ordenadores portátiles.

 

Josep María Bachs - «Un, dos, tres...» (1993)

 

  

 

 

    

En este vídeo vemos el regalo que la calabaza Ruperta escondía en el último programa de la novena etapa de «Un, dos, tres...». Lamentablemente, los concursantes lo rechazaron.

 

 

 

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