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La misión «Un, dos, tres...»

 

    

     

La misión «Un, dos, tres...» fue una prueba que Narciso Ibáñez Serrador se inventó para la segunda etapa del programa.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

Kiko Ledgard. acompañado por Beatriz Escudero y María Durán, anuncia
el apartado de Correos para participar en “Misión «Un, dos, tres...»”

 

 

Todas las parejas de concursantes que habían participado en el concurso entraban en el sorteo con destino a la misteriosa misión. Los agraciados fueron Esperanza y Abelardo, dos simpáticos andaluces que estaban dispuestos a todo.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

Chicho conversa con Esperanza y Abelardo

 

  

La misión que tenían que llevar a cabo Esperanza y Abelardo, ayudados por el escrito Alberto Vázquez Figueroa, era ir a pescar ostras perlíferas a la isla venezolana de Margarita y volver con cincuenta de ellas, para comprobar si había perlas en su interior; de ser así, la cantidad obtenida en su día por los concursantes se multiplicaría por un número sacado al azar tras hacer girar una ruleta con los números uno a doce.

 

Cada semana, Julita Garrido acercaba a Kiko Ledgard una carta enviada por Vázquez Figueroa contando las andanzas de la pareja de concursantes, acompañada por un vídeo.

  

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

El propio Vázquez Figueroa acudió al plató en alguna ocasión para relatar las andanzas de los concursantes en su “misión «Un, dos, tres...»”.

  

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

A Esperanza y Abelardo, en el aeropuerto de Barajas, se les requisó todo el dinero que llevaban y se les cambió por bolívares, la moneda oficial de Venezuela.

 

El vuelo transcurrió sin incidentes pero al aterrizar se encontraron con una Venezuela un tanto extraña... Mucha palmera, mucho cacahuete, mucho negro al son de tambores... Esperanza y Abelardo no daban crédito. ¡No estaban en Venezuela, sino en Senegal!

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

Los senegaleses recibieron a los concursantes bailando danzas indígenas en su honor

 

 

Cuando el hambre empezó a apretar Esperanza y Abelardo se encontraron con la dificultad de que los senegaleses no aceptaban los bolívares; los concursantes tuvieron que recorrer las casas de cambio, pero sin éxito. Al final tuvieron que vender el reloj para conseguir algunos francos senegaleses.

 

Tras el susto inicial y ser recompensados con un recorrido en piragua por el maravilloso paisaje, cogieron un nuevo vuelo con destino a Venezuela. Esta vez sí eran recibidos en el aeropuerto por coros de venezolanas que interpretaron para ellos un joropo, un alegre baile popular venezolano.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

  

 

Una vez en Venezuela, fueron trasladados a Margarita, la mayor isla de Venezuela, donde auxiliados por Vázquez Figueroa, y a bordo de una moderna embarcación, recorrieron la albufera de Arestinga en busca de las ansiadas ostras perlíferas.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

         «Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

  

La búsqueda no fue fácil; tuvieron que ir hasta alta mar y bucear para encontrar las orlas, teniendo cuidado de no atraer la atención de los tiburones que pueblan esas aguas.

 

Una vez de vuelta a España Esperanza y Abelardo acudieron al plató del «Un, dos, tres...» para contar su experiencia a los espectadores en el programa dedicado a Venezuela (11 de junio de 1976), y entregar las ostras para que los concursantes del día se empeñaran en la afanosa tarea de tener que abrirlas. No supieron detectar las perlas, así que en compensación se le regaló a Esperanza un armario repleto de perlas mallorquinas valoradas en 40.000 pesetas.

 

Pero, ¡sorpresa!, en una de las ostras había cinco pequeñas perlas. La ruleta multiplicó por tres las 5.100 pesetas que Esperanza y Abelardo ganaron en su día en el programa. 

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

  

   

 

   

Hubo una segunda “misión «Un, dos, tres...»”, capitaneada por los humoristas gráficos Manolo Summers y Chumy  Chúmez, que llevaron a los concursantes a Ginebra (Suiza), donde se les engañó diciéndoles que la misión consistiría en aprenderse la canción de «Heidi» en japonés y recibir clases de montañismo de manos de César Pérez de Tudela.

    

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

  

 

Pero, en realidad, el aterrizaje de Ana Beret y Manuel Cámara en Ginebra fue sólo para coger un avión hacia El Cairo (Egipto), que es donde se iba a desarrollar su aventura.

    

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

El cambio era absoluto; Ana y Manolo pasaban de un país europeo y ordenado como Suiza, a otro africano con una cultura e idiosincrasia totalmente diferente, pero con una riqueza patrimonial envidiable. De hecho, a Ana lo que más le fascinó de Egipto fue la Esfinge. 

    

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

  

¿Qué conservaron Ana y Manolo de su paso por Suiza? Pues… el traje de tirolés con el que el concursante tenía que realizar todas las pruebas en Egipto.

    

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

  

El calor allí era tan sofocante que las grabaciones tenían que comenzarlas a las 5 de la mañana y paralizarlas a las 9 porque el calor era ya insoportable.  El resto del día, Ana y Manolo disfrutaron con todo el equipo de “Misión «Un, dos, tres…»” de la majestuosidad de Egipto.

    

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

   

Las anécdotas que vivieron Ana y Manolo durante su estancia en Egipto fueron muchas y muy divertidas. Una de las que más le llamaron la atención fue cuando quisieron comprar a Ana por otras dos mujeres, mil libras y un camello. Otra anécdota fue que acudieron invitados a una fiesta al otro lado del río Nilo. Ana y Manolo acudieron muy ilusionados; la tienda donde se celebraba la fiesta les fascinó; la música que salía de cuatro flautas tocadas por oriundos del lugar generaba un ambiente muy especial; las bebidas que les sirvieron fueron exquisitas… Pero al irse, empezaron a pedirle dinero, tanto por el traslado, como por la música y las bebidas… Decidieron no acudir a ninguna fiesta más que les “invitaran”.

 

A pesar del calor y de todas estas contrariedades, Ana y Manolo no dudaron un segundo en afirmar que volverían a Egipto encantados, ya que quedaron enamorados de ese país y la experiencia de haber participado en la “Misión «Un, dos, tres…»” les fascinó.  

    

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

  

   

 

   

Al no contar el espacio con el respaldo mayoritario de los espectadores, Chicho Ibáñez Serrador decidió suprimir la “misión «Un, dos, tres...»” sin emitir una tercera.

 

   

 

  

  

 

 

  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976             

  

La misión «Un, dos, tres...» ya fue anunciada a los espectadores en el primer programa de la segunda etapa, aunque todavía no se aclaraba en qué consistía la prueba.

 

 

 

En el siguiente vídeo veremos la grabación de las aventuras de Esperanza y Abelardo en Senegal; son imágenes del programa dedicado a las zarzuelas (21 de mayo de 1976).

 

 

 

Agradecemos a David su colaboración en esta sección

 

 

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