El relevo de las azafatas

En cada etapa de «Un, dos, tres...» se renovaba el equipo de azafatas. A veces, por completo, y otras incorporando nuevas chicas, pero repitiendo algunas de ellas.

En el primer programa de la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez» comenzó una práctica que después se repitió literalmente en el primer programa de la siguiente etapa, aunque de una u otra forma se hizo en todas las temporadas de «Un, dos, tres...»: el relevo de las azafatas.

En efecto, el 19 de marzo de 1976, Blanca Estrada, Yolanda Ríos, Cira Rodríguez, Ana Ángeles García y Britt (María Gustaffson), azafatas de la primera etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez», acudieron al programa para darle el testigo a las nuevas azafatas; el testigo no era otra cosa, que las características gafas de las secretarias.

Las azafatas cesantes volvieron a lucir por un día sus antiguos trajes oficiales para desear suerte a sus sucesoras.

Esta escena se repitió tal cual en el primer programa de la tercera etapa (20 de agosto de 1982). Azafatas de la segunda etapa, aunque también de la primera, acudieron al plató, esta vez sin sus uniformes oficiales, para entregarle las gafas a las nuevas secretarias.

María Casal, Beatriz Escudero, María Durán, June English, María Gustaffson y Ágata Lys (estas dos últimas de la primera etapa) fueron las encargadas de dar la bienvenida y desear suerte a las nuevas azafatas.

Esta escena de traspaso de gafas ya nunca más se volvió a ver en la historia de «Un, dos, tres...», aunque sí que de alguna forma las anteriores chicas dieron el relevo a las nuevas.

Por ejemplo, cuando a mitad de la tercera etapa entraron seis azafatas nuevas, en la grada, viendo el baile con el que debutaron, estaban Alejandra Grepi, Françoise Lacroix e Irene Foster, quienes dieron un cariñoso beso de bienvenida a las seis secretarias entrantes. 

De las cinco azafatas de la cuarta etapa, dos de ellas provenían de la etapa anterior: Kim Manning y Gloria Fernández. Como Kim estaba con una pierna vendada por una lesión y, según ella, “estaba impresentable”, fue Gloria la encargada de ir presentándonos a las tres nuevas azafatas.

Además, en el público se encontraban Pat Ondiviela y Maite de Castro, de la etapa anterior, que, invitadas por Chicho, no quisieron perderse el estreno de la nueva etapa para dar ánimos a sus compañeras y a las debutantes.

La quinta etapa fue la que menos cambios presentó en el plantel de azafatas respecto de la etapa anterior. La única novedad era Nuria Carreras; las otras cuatro chicas procedían de la cuarta etapa.

Mayra Gómez Kemp la presentó a los espectadores, y sus compañeras Gloria Fernández y Naomi Unwin le dieron un par de besos de bienvenida.

Las azafatas sustitutas que intervinieron sucesivamente en esta etapa fueron presentadas por Mayra, aunque en el programa dedicado al flamenco, en el que debutaron Irache Arellano y Paloma Aparicio, fue Naomi quien las presentó como si fueran concursantes, diciendo aquello de “son amigas y residentes en Madrid”.

En el primer programa de la sexta etapa se produjo un hecho insólito en la historia de «Un, dos, tres...»; y es que una azafata volvía al concurso después de un par de etapas sin haber formado parte del equipo; se trataba de Silvia Marsó. Ella y Kim Manning eran las dos azafatas que repetían experiencia.

A las nuevas chicas fue Mayra Gómez Kemp la encargada de presentarlas y dedicarles unas palabras de ánimo y tranquilidad.

El hecho insólito de que una azafata volviera a «Un, dos, tres...» después de haber estado dos etapas ausentes volvió a producirse en esta etapa, en el programa dedicado a las bebidas, en el que reaparecía por una noche Irene Foster. Fue Mayra quien la presentó y agradeció que hubiera accedido a ser azafata una vez más.

Otra azafata que volvió al programa después de unos meses ausentes fue Gloria Fernández. Aunque fue Mayra la que la presentó y le dio la bienvenida, de alguna manera podemos decir que fue su compañera Silvia Marsó quien le cedió el testigo, porque en el mismo programa que Gloria regresaba, Silvia abandonaba el concurso para dedicarse al teatro. Al menos por una noche, las dos pudieron compartir plató como lo hicieron tantos meses en la tercera etapa.

En general, en esta sexta etapa fue Mayra la que fue dando la bienvenida a las nuevas azafatas que se iban incorporando al equipo, como Guadalupe, Esther, Ana o Nina.

En el caso de la séptima etapa, como las seis azafatas eran nuevas y había pasado tiempo desde la última emisión de «Un, dos, tres...», ninguna azafata dio la alternativa a otra, sino que Miriam Díaz-Aroca, desde la escalera, fue presentando una a una a las chicas que componían el sexteto de secretarias.

Entre el equipo técnico, ayudando a Narciso Ibáñez Serrador, se encontraba una azafata mítica de «Un, dos, tres...»: Gloria Fernández; seguro que le dio buenos consejos a las nuevas chicas.

Conforme se fueron produciendo vacantes Jordi Estadella nos iba presentando a las azafatas que iban a sustituir a las que habían causado baja.

En el primer programa de la octava etapa las tres azafatas procedentes de la etapa anterior, María Abradelo, Marta de Pablo y Carolina Rodríguez, anunciaron que aparecían totalmente renovadas, no porque se hubieran hecho un lifting, sino porque tenían tres nuevas compañeras.

A lo largo de la etapa entraron a formar parte del equipo de azafatas otras chicas, que fueron presentadas por Jordi Estadella y Miriam Díaz-Aroca.

El plantel de azafatas de la novena etapa coincidía básicamente con el de la etapa anterior. Tan sólo hubo que darle la alternativa a Diana Lázaro y Paula Vázquez.

El presentador, Josep María Bachs, fue el encargado de presentarnos a las siete azafatas, tanto a las veteranas como a las debutantes.

Tanto fue el tiempo transcurrido entre el final de la novena etapa y el estreno de «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» que el grupo de azafatas era totalmente renovado. Fue Luis Roderas el encargado de presentarnos a las siete azafatas en el primer programa.

Después en la eliminatoria Luis nos dio a conocer a Nieves Aparicio y Esther Sánchez, las secretarias del presentador, aunque ellas ya eran conocidas por los seguidores de «Un, dos, tres...», ya que habían sido azafata y bailarina, respectivamente, en etapas anteriores.

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