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El circo
en el «Un, dos, tres...»

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«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973

 

 

 

El circo siempre fue un tema muy recurrente en «Un, dos, tres...». Chicho Ibáñez Serrador siempre comparaba el concurso con un circo, lleno de alegría, luz, color, risas... pero también con toda la carga de melancolía de un circo.

 

   

 

 

LA PRIMERA ETAPA

 

El primer circo de «Un, dos, tres...» fue precisamente el último programa de la primera etapa. El plató se convirtió en una pista de circo con Kiko Ledgard como jefe de pista y las azafatas vestidas como ayudantes circenses.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973

 

 

Este programa fue muy divertido, como todos los programas de «Un, dos, tres... responda otra vez», con actuaciones y números propios del circo, pero también  muy emotivo, ya que el equipo del programa se despedía después de un año de éxito. No es de extrañar que tanto Kiko Ledgard, como Valentín Tornos y las azafatas se emocionaran al decir su último adiós.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973           «Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973
Los “Cicutas diciendo adiós   Britt, Kiko Ledgard y Ana

 

 

En aquel programa especial de despedida y cierre, las chicas que habían sido azafatas del programa volvieron al plató de Prado del Rey a reencontrarse con los antiguos compañeros. Es el caso de Ágata Lys (aunque al final no salió en pantalla), Blanca Estrada, que había dirigido sus pasos hacia la canción y la interpretación, Pilar Pérez, que volvía al programa después de su enfermedad, Maxia, que estaba triunfando como cantante, y Silvana Sandoval, entre otras.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973          «Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973          «Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973
Ágatha y Blanca
con “don Cicuta”
  Maxia   Silvana

 

 

En esta ocasión especial el plató de «Un, dos, tres... responda otra vez» perdió su distribución habitual y se transformó en la carpa de un circo, con las gradas del público rodeando la pista; hasta la mesa de la subasta de Kiko fue distinta, y en esta ocasión simulaba ser un podium de los que utilizan los elefantes o leones.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973

 

 

Desde aquella “carpa” de circo, Chicho Ibáñez Serrador se despedía de todos los espectadores con un tono melancólico y triste que hacía presagiar que «Un, dos, tres... responda otra vez» no volvería nunca más a las pantallas.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973

 

  

 

 

LA TERCERA ETAPA

  

Afortunadamente no fue así y «Un, dos, tres...» volvió tres años después de aquella despedida de Chicho. Pero tuvimos que esperar bastante tiempo hasta volver a ver otro «Un, dos, tres...» dedicado al circo; fue el último programa de la tercera etapa.

 

        

         

 

 

No obstante, con anterioridad hubo referencias al circo en algunos programas, como los especiales infantiles de Navidad y Nochevieja donde hubo desfiles y actuaciones relacionadas con el mundo del circo, como la de Pancho y Javi, de «Verano azul», caracterizados de domadores de elefantes.

 

 

 

En el programa dedicado al circo romano (9 de marzo de 1984) también hubo referencias al espectáculo del circo en un número musical protagonizado por Kim Manning, en el que aparecían payasos, forzudos, malabaristas y tragafuegos, aunque todos vestidos de romanos.

 

 

 

Pero como decíamos, fue en el último programa de la tercera etapa cuando el programa volvió a recrear un circo. Aquella noche del 13 de abril de 1984, «Un, dos, tres...» decía adiós. Un adiós que debía ser ante todo alegre, y para ello Chicho dedicó el programa al circo. Las chicas iban vestidas de personajes de un circo: Ivanka y Maite de árabes, Silvia y Pat de vaqueras y Kim y Gloria de acróbatas. Silvia en nombre de todas, se despidió del público y pidió que guardaran un buen recuerdo de las que, hasta ese momento, habían sido las chicas del «Un, dos, tres...».

 

Las Tacañonas, por su parte, hicieron algo que llegaría a ser costumbre al final de cada etapa, como fue dar las gracias ...a todos los humoristas que han pasado por la etapa, que son muchos y sería peligroso nombrarlos porque podría olvidarme de alguno; y a ustedes por habernos seguido viernes a viernes”.

 

Aquella noche Mayra recordó los nervios que pasó la primera vez que presentó el programa, por toda la responsabilidad que implicaba. Confesó que en ningún momento separó las manos porque de haberlo hecho se hubiera visto como le temblaban.

 

En la tanda de preguntas, la pareja de campeones, como en todo programa especial, concursarían con parejas que ya habían pasado antes por el programa. Una de las parejas eran los hermanos Achútegui Cerezo, a los que veríamos dieciseis semanas consecutivas como campeones años más tarde en la quinta etapa del programa.

 

La eliminatoria se desarrolló en el decorado que emulaba la pista de un circo. Las concursantes, Keka y Mari Carmen Achútegui, tenían que llevar tartas de un lado a otro de una enorme red. Cuando apenas había podido llevar tres tartas, Mari Carmen, antes de que acabara el tiempo establecido, con lágrimas en los ojos, abandonó. Las caídas por la red eran continuas y llegó a hacerse daño.

 

 

 

Keka y Juan, los campeones de la semana anterior, pasaron a la subasta, que se abrió con un número musical dedicado al circo. La pista se llenó con un inmenso desfile al tiempo que todos cantaban con un playback en inglés el tema Circus on parade”, de la película «Billy Rose’s Jumbo».

 

 

 

Kim, dejó en la mesa de aquel número, una bandera con una enorme Botilde, que en contra de lo que pudieron pensar los concursantes, no escondía a Botilde, sino a un montón de soldaditos de juguete.

 

A lo largo de la subasta, predominaron los números circenses, con número de cabra amaestrada incluida. Eva Miller, la lanzadora de cuchillos, solicitó la participación del público para su número, pero fue la mismísima Silvia Marsó, la que con cara de no vivir para contarlo, se prestó para ponerse delante de la diana a la que Eva Miller tiraría hasta cuchillos con fuego. El regalo que trajo este número escondía uno de los mejores premios de la noche, un apartamento a elegir entre todos los que se habían repartido a lo largo de la etapa.

 

La Botilde esa noche se escondía dentro de un maletín que vino de manos de la impresionante interpretación que Kim Manning hizo de un tema musical dedicado a los payasos.

 

 

 

Los concursantes se quedaron con un juego, que consistía en una enorme carpa de circo que a lo largo de su lona escondía regalos que se habían dado en toda la etapa; Keka y Juan deberían ir descartando uno a uno los regalos y quedarse finalmente con dos, con el riesgo que eso implicaba. Cuando quedaban los dos últimos regalos por descubrir Mayra ofreció hasta un total de 400.000 pesetas por olvidarse de los regalos. Juan, a pesar de la oposición de su novia, prefirió los regalos, que resultaron ser, 610.000 pesetas el primero y un apartamento el segundo.

 

Con esa alegría Mayra despidió el programa hasta siempre y dio paso a Chicho, que desde el centro de la pista del circo y con los focos apagados, comparó al «Un, dos, tres...» con un circo que, una vez más, recogía su carpa tal vez para siempre...

 

 

 

 

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