¿Cómo se organizó la quedada?

Nos lo cuenta Miguel Muñoz, uno de los artífices

Miguel Muñoz fue uno de los tres organizadores de la quedada “40 aniversario de «Un, dos, tres...»”, y en este relato nos cuenta cómo prepararon todo el evento.

Reconozco que yo era el más negado de los tres para volver hacer otra quedada, pero no por no hacerla, sino porque llevaba un año con otro proyecto que me estaba absorbiendo todo mi tiempo, hasta el punto de dejar un poco de lado mi página del «Un, dos, tres...» en Facebook; pero el 40 aniversario de «Un, dos, tres...» no merecía otra cosa mejor que celebrarlo por todo lo alto.

Juan llevaba tiempo diciéndome “Miguel, tenemos que organizar otra quedada” y yo siempre dándole largas al pobre de Juan. David, al igual que Juan, en alguna ocasión me dijo que podíamos organizar algo, pero ahí estaba yo, más rancio que nunca, dando largas a los dos.

Gracias a sus ganas y su tesón, hablaron entre ellos y empezaron a dar forma a la quedada más impresionante de todas las que se habían celebrado nunca.

Recibí días después un mensaje de Juan y David: “Niño, nos tienes que ayudar, no veas cómo nos acordamos del trabajo que te comiste tú solo en 2010 y queremos que nos ayudes con la quedada del 40 aniversario”. Esta vez, dejé de ser un rancio y por supuesto que acepté echarles una mano en lo que fuera.

Días después me involucré 100% con ellos.

Empezamos a trabajar. Se creó la página de la quedada y se propusieron fechas para que todos los que quisieran asistir tuvieran la posibilidad de elegir uno de los tres días que se habían propuesto. Finalmente el día más votado fue el... ¿qué día fue?, ¿alguien lo recuerda?, o mejor dicho ¿a alguien se le olvidará el 28 de abril? Una vez elegida la fecha, tocaba buscar un local donde podernos reunir ese día. Los tres (mosqueundostreseros) estábamos de acuerdo en que la quedada se realizara en los salones de un hotel, ya que teníamos claro, que en esta ocasión, para evitar problemas como en 2010, queríamos alquilar un local y que mejor que el salón de un hotel de cierta categoría en el centro de Madrid.

La idea en un principio era hacerla en el Gran Hotel Conde Duque de Madrid, ya que su dueño es conocido mío y en otra ocasión le pedí algo relacionado con el programa y aceptó gustosamente. Pero en esas fechas él estaba fuera de España y no vio ni mis llamadas ni mis mensajes. Cuando regresó del extranjero me llamó porque estaba encantado de atendernos y de llevar el evento, pero era demasiado tarde: ya teníamos Hotel, el Tryp Ambassador.

Decidimos habilitar un número de cuenta, cosa que nos producía dolor de estómago a David y a mí. Yo hablé con mi banco sobre como poder hacerla y definitivamente fue David quien decidió ejercer de “azafato contable”.

El día 29 de febrero Juan me pidió que si le podía dar a Marta de Pablo el número de teléfono de Alejandra Cano y así fue; le mandé un mensaje privado por Facebook con el número, y el día 2 de marzo recibí en mi móvil un mensaje de Marta de Pablo agradeciendo todo lo que estábamos haciendo. Ese mensaje, he de reconocer que me dio un empujón para seguir haciendo todo lo que estuviera en mi mano. Días más tarde hablo con Marta por teléfono y le comento que si ha logrado contactar con Alejandra y me dice que no. Entonces le llamé yo para decirle que Marta de Pablo le había llamado. No fue hasta el día 19 de abril cuando Marta me mandó mando un whatsapp diciéndome “por fin hemos hablado!!! Estoy muy contenta!!! Gracias Bs”. Yo había hablado con Alejandra un día antes y me dijo que aun no habían conseguido hablar y que lo más probable es que no pudiera venir. Volví a comunicarme con Marta y me dijo que intentaría convencerla. A cuatro días de la quedada Alejandra me escribió diciendo definitivamente que sí asistiría. Una gran alegría la que me llevé. Es una gran mujer, cercana, guapa y muy simpática (lo tiene tó).

Para mí fueron días entretenidos, con sus más y sus menos, ya que cada uno teníamos un papel asignado como si de personajes del «Un, dos, tres...» se tratara: David, como he dicho, ejercía de “azafato contable” (me hubiera encantado encasquetarle la chaqueta rosa oficial de la séptima etapa. Bueno, a él y a mi amigo Rodri); también emulaba a la perfección a Chicho realizando vídeos, esos vídeos preciosos de los que “todos pudimos disfrutar en la quedada” jajajaja!!!!

Mi amigo Juan, ¿qué papel desempeñaba Juan? Juan a veces era como Paloma Cerezo, intentando contactar con todo el que podía. A su vez, a veces era como Paloma... pero en esta ocasión como Paloma Hurtado. Me explico: yo le llegué a nombrar cariñosamente “súper-Tacañón”. Ha sido el censor de esta nuestra quedada. He de reconocer, y él lo sabe, que había días que ni me apetecía hablar con él!!!! pero en el fondo, como tiene un corazón grande y es mu tierno, pues no tenía más remedio que hablar con él y entonces era cuando a mí se me pasaba el enfado.

David pasó de ser un amigo a parecer mi jefe: “Miguel, tienes que hacer esto, esto, esto, esto, esto................”. Conclusión, que me tocó la parte “Ana del Castillo”: diseñar casi todo lo “diseñable”. Hice las invitaciones una a una, y digo una a una, porque estaban personalizadas, y cada una llevaba un nombre y un código diferente... “y eso dueeeeeeeeleeeeeeeeeee”.

La gran odisea vino en el momento en el que David me dice “Has escrito trip y es Tryp!!!”. Yo le dije que lo sentía mucho, pero que así se quedaba; pero mi perfeccionismo (no digo que sea perfecto sino que me gusta hacer las cosas perfectas, aunque luego no salgan así) me obligo a volver a rectificar una a una. Yo, como responsable de las invitaciones, de haberlo sabido, a Cándido le hubiera dejado sin invitación... jajajaja

Se acercaba la fecha, quedaban escasas semanas y, claro, mi cabeza no pensaba en otra cosa que en el  «Un, dos, tres...» y en la celebración de su 40 aniversario. Era tal el punto, que estaba en Madrid en el cine, y aparqué la película para dar vueltas a los preparativos. Fue ahí cuando me surgió la idea de que Ruperta tenía que aparecer como si de una estrella se tratase. Cuando terminó la película, salimos a picar algo y por un momento abandoné a mis amigos para llamar a David; no aguantaba más.

CONVERSACIÓN TELEFÓNICA

Miguel: Hola Deivid

David: Bueeeeeeeeenas (siempre decía lo mismo,"bueeeeeeeeeeenas" alargando la E)

Miguel: Digo yo una cosa, con la calabaza tan bonita que has hecho, ¿has pensado cómo va ser su aparición?, porque a mí, la verdad, que entre al salón en brazos sin más, como que no parece muy buena idea.

David: No te preocupes, he hecho una caja con el logo del 40 aniversario y va estar dentro.

Miguel: David, no sé cómo decírtelo , pero... ¡¡Ruperta tiene que aparecer en limusina!! (silencio) ummmmm... ¿qué te parece la idea?

David: La idea bien, pero tú me parece que estás loco, ¿tú sabes lo que cuesta eso?

Miguel: Tu déjame a mi. ¿Quieres que tu Ruperta aparezca en limusina, si o no...?

David: No sé... sin duda, me parece una idea estupenda, pero... bueno, si lo consigues... pero ¡¡¡ya basta de más gastos extrassss!!!

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