Los solteros de Plan

En el programa dedicado a San Valentín (14 de febrero de 1986) acudieron como invitados a la subasta la caravana de solteros del pueblo de Plan, en Huesca, que habían hecho un llamamiento por prensa para que mujeres de toda España acudieran a su localidad para establecerse, iniciar relaciones y poder repoblar la zona.

Da comienzo la subasta

Mayra Gómez Kemp y la pareja de concursantes ante una mesa vacía. Así comenzaban las subastas de «Un, dos, tres...». Conforme avanzaba el programa, la mesa se iba llenando de regalos; cuando había tres, los concursantes tenían que descartar uno, hasta llegar a los tres últimos regalos de la noche, momento en que los concursantes se enfrentaban a la gran decisión: ¿qué regalo escoger?

La subasta, la parte más original

La subasta era la parte más original y creativa del programa «Un, dos, tres...», porque consistiendo siempre en lo mismo, cambiar regalos hasta quedarse con uno, Narciso Ibáñez Serrador y todo su equipo supo hacerla diferente cada semana, incorporando un tema distinto cada vez, que permitía crear un decorado, situaciones cómicas, sketches, números musicales, etc.

Por eso, ninguna subasta era igual a la anterior. En definitiva, se trataba de hacer lo mismo sin que pareciera igual.

Los premios millonarios de los años noventa

En las etapas séptima y octava de «Un, dos, tres...» (1991-1993), los premios de la subasta aumentaron considerablemente en su cuantía con relación a las etapas anteriores.

Oír cantidades como diez, quince o veinte millones de pesetas en la voz de Jordi Estadella hacía, si cabe, aun más rotundo el premio.