Un máster en televisión

Para muchas de las azafatas de «Un, dos, tres...», este trabajo fue su primera experiencia profesional ante una cámara de televisión; estar a las órdenes de Narciso Ibáñez Serrador era para ellas una incomparable oportunidad para aprender del medio de la mano del más sabio realizador de este país.

Diciendo “hasta pronto” a Raúl Sénder

Mientras se grababa la cuarta etapa de «Un, dos, tres...» 81984-1985) a Raúl Sénder le llegó una importante oferta económica para hacer publicidad. Como según los estatutos de TVE los actores no podían compaginar la publicidad con la aparición en programas de televisión, Raúl se vio obligado a abandonar el programa en la emisión dedicada a la literatura  (4 de enero de 1985), aunque en el programa dedicado a Montecarlo, años 20 se hizo un posada de despedida para la prensa.

Chicho Ibáñez Serrador le despidió cariñosamente y le dijo que tenía abiertas las puertas de «Un, dos, tres...» para volver cuando él quisiera.

Confidencias entre Chicho y Mayra

Durante los tiempos muertos de las grabaciones de «Un, dos, tres...» Chicho Ibáñez Serrador y Mayra Gómez Kemp compartían muchas confidencias, hablaban del desarrollo del programa, de estrategias a seguir según fueran los concursantes, etc.

Entre ellos existía una química especial y se compenetraban de maravilla, lo que hacía muy sencillo el trabajo.

Un gran amistad con Jordi

Entre Jordi Estadella y Narciso Ibáñez Serrador, además de la relación profesional presentador-director, se forjó una gran amistad derivada de compartir diversas aficiones.