Un hombre espectáculo

Con muchas horas de televisión a sus espaldas llegó Kiko Ledgard a España. Con este bagaje no es de extrañar que se convirtiera en el hombre perfecto para conducir «Un, dos, tres... responda otra vez». El peruano de los tres relojes y los calcetines de distinto color convenció, no sólo a Chicho Ibáñez Serrador para que pusiera en marcha un concurso y lo eligiera a él com presentador, sino también —y lo que es más importante— al público, que le abrió las puertas de su casa (a través de la pantalla del televisor) y las de su corazón, siendo todavía a día de hoy uno de los rostros televisivos más queridos y recordados por los espectadores.

El programa dedicado a la burocracia

El tema de la burocracia, que Chicho Ibáñez Serrador ya había tratado en una de sus «Historias para no dormir», sirvió también como telón de fondo en varios programas de «Un, dos, tres...», como el emitido el 9 de abril de 1973, en la primera etapa, o el 10 de enero de 1986, en la quinta.

Chicas serviciales

Se pueden decir muchas características sobre las azafatas de «Un, dos, tres... responda otra vez», y una de ellas, sin duda, es la de ser chicas serviciales, siempre atentas a cualquier necesidad que tuviera el presentador.

En la foto vemos a dos de ellas acercando a la mesa de la subasta de Kiko Ledgard uno de los regalos.

La subasta, una gran oportunidad

Pasar a la subasta de «Un, dos, tres...» era para los concursantes una gran oportunidad de ganar importantes premios, pero a la vez generaba la desazón de que conforme avanzaba el desarrollo de la misma se iban perdiendo suculentos regalos.