Los tres sets había que situarlos muy cerca

El plató donde se grababa la tercera etapa de «Un, dos, tres...» (1982-1984) era de unas dimensiones tan reducidas que los tres sets de la tanda de preguntas había que situarlos muy cerca para que cupieran. El espectador, desde casa, no se daba cuenta de esta circunstancia, porque Chicho nunca nos mostraba un plano general del plató, pero esta foto desde la parrilla de focos muestra claramente el escaso espacio entre cada uno de los sets.

Un plató más ancho el de las etapas cuarta y quinta

El plató donde se grababan las etapas cuarta y quinta era mucho más ancho que el de la etapa anterior, por lo que los sets quedaban situados a una mayor distancia, dejando bastante espacio entre ellos. En cambio, al no ser un plató muy alargado, tenían que situarse sobre el suelo del decorado temático, por lo que a veces se veía el color de dicho suelo, como en el caso de la foto que ilustra este texto, correspondiente al programa dedicado a San Valentín (14 de febrero de 1986), en el que el suelo del decorado era de color rojo.

La parrilla de focos

Desde la parrilla de focos los técnicos de iluminación veían el plató desde una perspectiva que nunca podían tener los espectadores desde su casa. Por suerte, existen fotos que nos muestran esos rincones que nunca se veían en televisión.

Un plató enorme

El plató E-3 de Estudios Buñuel, que fue en el que se grabaron las cuatro últimas etapas de «Un, dos, tres...», era uno de los más grandes de Europa. En él no había problemas de espacio (incluso un autocar llegó a entrar una vez en el plató) y permitía la construcción de unos decorados espectaculares dignos de competir en igualdad de condiciones con los magníficos decorados de las versiones alemanas y holandesa del concurso.