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Álbum de fotos del «Un, dos, tres...»

Página 291

 

  

«Un, dos, tres...» - 1983
  

Los sufridores en su celda

  

Los sufridores fue una figura genuina del programa «Un, dos, tres...», que fue creada en la segunda mitad de la tercera etapa del programa. En los primeros programas podíamos ver a esta pareja de concursantes sentados en la primera fila de las gradas; más adelante fueron situados en una celda desde la que veían el desarrollo de la subasta a través de un monitor, sin poder decir nada ni interferir en las decisiones que tomaba la pareja de concursantes que, tras ganar la eliminatoria, se alzaba con el derecho de participar en la subasta.

 

  

 

  

«Un, dos, tres...» - 1993
  

Unos campeones de récord

  

Clara y Fernando, la pareja campeona del programa dedicado a “Egipto: buscando a Cleopatra” (22 de enero de 1993), consiguieron batir el récord de dinero acumulado en la tanda de preguntas; el gran número de respuestas dadas por esta pareja de amigos residentes en Madrid, unido a que la máquina de cilindros consiguió la cifra más alta de toda la etapa, 955 pesetas, posibilitó que Clara y Fernando llegaran a sumar 1.069.600 pesetas.

 

  

 

  

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976
  

Una pareja de concursantes de la segunda etapa

  

En la foto vemos a unos de las múltiples parejas de concursantes que participaron en la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez». En esta etapa, los concursantes solían acudir al programa elegantemente vestidos; así, por ejemplo, el caballero de la foto luce chaqueta y corbata; ella, por su parte, lleva un vestido típico de la época, que le favorece especialmente.

  

  

 

  

«Un, dos, tres...» - 1987

  

Un premio millonario

  

Los concursantes del programa dedicado a lo que hoy suena (12 de octubre de 1987) dieron el campanazo con el premio que consiguieron en la subasta; en efecto, se hicieron con el azulejo sorpresa de Porcelanosa, que esa semana acumulaba seis millones de pesetas. Lógicamente, éste también fue el premio de los sufridores. Lástima que la sufridora en casa no tuviera la misma suerte y tuviera que conformarse con una enciclopedia.

  

 

 

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