Kiko era un halagador

El primer presentador del «Un, dos, tres...», Kiko Ledgard, era todo un halagador con sus azafatas; nunca le faltaba un piropo o una palabra de admiración hacia la belleza de sus compañeras.

Desde luego, todo formaba parte de un juego de galantería exigido por el guión, ya que Kiko se encontraba felizmente casado (y tan felizmente, como que el matrimonio tuvo ¡once hijos!).

Todas guardan un grato recuerdo de Jordi

Parece que tras la muerte de una persona todo lo que se diga de ella han de ser cosas buenas, pero en el caso de Jordi Estadella no se podía decir nada malo.

Todas las azafatas que trabajaron con él coinciden en que era un ser maravilloso, entrañable, buen compañero y generoso. Para todas tenía una palabra de ánimo, de amistad, de cariño, un consejo, una sonrisa...

Su muerte fue muy sentida por todas ellas.

Josep María Bachs marcó más las distancias

Tanto por su edad como por exigencias del guión, Josep María Bachs fue el presentador que marcó las mayores distancias con el grupo de azafatas. Fue el único conductor del concurso que se dirigía hacia ellas llamándolas de usted; tan sólo con Paula Vázquez mantenía una relación más cercana, ya que se suponía que era su sobrina enchufada.

Muy buena compenetración

Luis Roderas fue el presentador más joven que ha tenido el «Un, dos, tres...». Esta circunstancia, unida al hecho de que en la etapa que él presentó, las azafatas tenían una edad más elevada que en resto de etapas, hizo que apenas se llevaran entre sí dos o tres años, lo cual redundó en que entre ellos se forjara una buena amistad y un excelente ambiente de trabajo.

De hecho, en algunas ocasiones, solían salir juntos por la noche los fines de semana, o después de terminar la grabación del programa. En una de esas salidas nocturnas, los reporteros de una revista del corazón fotografiaron a Luis y a Raquel Oliván charlando animosamente en una discoteca, insinuando que entre ellos había algo más que una simple relación de trabajo... Nada más lejos de la realidad.