La parte negativa fue una innovación en los concursos de televisión

El «Un, dos, tres... responda otra vez» fue un concurso revolucionario en muchos sentidos, de ahí que alcanzara tanto éxito en tan poco tiempo.

Una de las innovaciones que introdujo fue la de incorporar la llamada “parte negativa”: unos señores procedentes del imaginario pueblo de Tacañón del Todo, que trataban de impedir que los concursantes se llevaran mucho dinero.

Hasta entonces en los concursos había habido tribunales y jueces de carácter objetivo y neutrales; esta incorporación de unos árbitros contrarios a los concursantes fue una revolucionaria novedad que tuvo mucho éxito, ya que de alguna manera el espectador se identificaba con estos personajes.

“Los Tacañones” sucedieron a “don Cicuta”

“Las Tacañonas” fueron unas dignas
representantes de Tacañón del Todo  

En Tacañón del Todo se consideró que el papel que jugaron “los Tacañones” de la segunda etapa no fue digno. De hecho, en el primer programa de la tercera etapa, “las Tacañonas” dijeron que ellas estarían en la nueva etapa del «Un, dos, tres...» porque sus antecesores habían sido un descrédito para Tacañón.

Dos nuevos personajes procedentes de Tacañón

A lo largo de la historia del «Un, dos, tres...», “los Tacañones” y “Tacañonas” nos fueron hablando de algunos familiares y habitantes de Tacañón del Todo: doña Lisarda de Lápiz, don Anselmo Poco (q.e.p.d.), el tío Remigio, el primo Higinio, el sobrino Arturo, el tío Romualdo y el primo Jose María, etc.

Pero hubo dos personajes de los que nunca se habló en «Un, dos, tres...» y que sin embargo llegaron a aparecer en pantalla durante los primeros programas de la novena etapa: la tía Virtudes y la tía María de la Purificación, que acompañaron a las dos gemelas mientras la mayor de “las Tacañonas” se recuperaba de una operación quirúrgica.