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Álbum de fotos del «Un, dos, tres...»

Página 483

 

 

    

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres... responda otra vez» (1976)
  

Y la calabaza cobró vida y fue bautizada

  

La calabaza ya era un símbolo en la primera etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez» (1972-1973) como símbolo de que los concursantes no se llevaban nada a casa. Pero fue en la segunda etapa (1976-1978) cuando a Narciso Ibáñez Serrador se le ocurrió dotar de vida a la cabalaza y la bautizó como doña Ruperta, encargando a José Luis Moro que la dibujara y animara en sus estudios, de modo que en la cabecera del programa apareciera bailando y cantando.

 

Desde entonces la calabaza Ruperta es uno de los símbolos más entrañables de la historia de la televisión española, y todo el mundo la recuerda con añoranza y nostalgia y sin evitar esbozar una sonrisa cuando vuelven a ver su dibujo.

 

  

 

  

Narciso Ibáñez Serrador  - «Un, dos, tres...» (1984)
  

Los sucesores de Ruperta en los años ochenta

  

En los años ochenta, década en la que «Un, dos, tres...» se convierte en una pieza fundamental y casi imprescindible de la parrilla de programación de TVE, Chicho Ibáñez Serrador se pemitió la licencia de sustituir a la calabaza Ruperta por otra mascota, de modo que los espectadores no se cansaran de ella y conocieran otros personajes que pudieran causarles la misma simpatía y ternura.

 

En un primer momento nació la bota Botilde, que el 20 de mayo de 1983 debutó como mascota, después de que en la semana anterior Ruperta se hubiera despedido de los espectadores con un programa especial hecho en su honor.

 

El 9 de noviembre de 1984 vio la luz el Chollo, la primera mascota positiva del programa, al que no tardó en unírsele su “alter ego” negativo, el Antichollo, seis semanas después. De esta forma, los concursantes de la subasta tenían siempre la intriga de si la mascota que saldría sería el Chollo bueno o el Chollo malo.

 

Tras dos etapas con el Chollo y el Antichollo, en la sexta etapa de «Un, dos, tres...» (1987-1988) hubo también dos mascotas, pero esta vez se llamaron el Boom y el Crack, que eran positivo y negativo, respectivamente.

 

  

 

  

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004)
  

Un símbolo entrañable que perduró en el tiempo

  

Tras los numerosos cambios de mascota experimentados en los años ochenta, el programa regresó en 1991, Chicho Ibáñez Serrador consideró que era el momento de recuperar a la mascota primigenia, ya que el concurso iba a incorporar numerosos cambios y era necesario dotarle de algún elemento que lo enraizara con la versión original.

 

Fue así como muchos espectadores que habían nacido en los años ochenta conocieron por primera vez a Ruperta, que enseguida volvió a ganarse la simpatía de todos los espectadores, y continuó siendo la mascota hasta el último programa de «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!», que fue emitido el 11 de junio de 2004.

  

  

 

  

«Un, dos, tres...» - 1991

  

Un perro crítico de televisión

  

Además de las mascotas del programa, «Un, dos, tres...» también tuvo otros personajes a lo largo de su historia, uno de ellos fue el cuervo “Edgar Allan” que acompañaba a los “Tacañones” y otro fue el perro “don Mariano”, que aparecía al comienzo de los programas de la séptima etapa (también en algunos de la octava y última) charlando con Narciso Ibáñez Serrador sobre el mundo de la televisión; diálogos que servían, de forma irónica, para que Chicho diera su visión particular sobre las distintas cadenas y las modas televisivas imperantes.

 
 

 

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