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“HISTORIAS DE LA TELE”
María Casado
Editorial Aguilar, 2017
La periodista y actual Presidenta de la
Academia de la Televisión María Casado nos invita a hacer un
viaje en el tiempo y volviendo al 28 de octubre de 1956, día en
el que TVE comienza sus emisiones regulares, avanzar hasta
nuestros días recordando los programas, las series,
y los profesionales de la primera
televisión.
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El libro, que
está prologado por Mayra Gómez Kemp, se estructura en
doce capítulos, siendo el séptimo el dedicado a los concursos, en el que
hay un apartado de doce páginas dedicadas al «Un, dos, tres...», al que
la autora califica del “programa más familiar y más querido y recordado
por todos”.
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Mayra escribió el prólogo de “Historias de la tele” |
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En el libro se define a Chicho Ibáñez Serrador como un genio catódico, y
se cuenta la anécdota del día que
le pidió a un operador de cámara
que hiciera un plano con un movimiento complicado; el cámara le replicó
que ese movimiento no se podía hacer, y Chicho se apostó una cena para
todo el equipo con él si lo conseguía... ¡y lo consiguió! El cámara
quiso hacerlo después de ver al realizador pero Ibáñez Serrador le
contestó que el plano ya estaba hecho y que debía una cena a todos
(aunque la cena la terminó pagando Chicho). “Nunca pidas a nadie algo
que tú no eres capaz de hacer”, era una de las máximas de Narciso
Ibáñez Serrador.
En el libro se habla de cómo nació el
concurso, de sus mascotas, de los presentadores, de la “parte
negativa”, de las azafatas, de los humoristas, de los
concursantes y de los premios. Todo jalonado con datos y
anécdotas curiosas sobre el concurso, como la razón por la que
Chicho no salía en los títulos de crédito en los primeros
programas y qué le llevó a aparecer, o cómo comunicó a Mayra que
iba a ser la nueva presentadora del «Un, dos, tres...», o que
sólo había cuatro personas que conocían qué regalo escondía cada
objeto de la subasta: Chicho, el notario, la secretaria que
pasaba a máquina el guión y el presentador.
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“TELEMUÑECOS. Marionetas y muñegotes de la historia de
la televisión”
Miguel Herrero
Diábolo Ediciones, 2018
En este libro Miguel Herrero hace un repaso
por la historia de la televisión recordando
los muñecos (de látex, de trapo, de felpa, de tela...) que han
aparecido en programas, series o anuncios.
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El libro tiene un apartado especial dedicado
a Alejandro Milán, el ilustre creador de muñecos de TVE en años
setenta y ochenta. A su capacidad creativa se debe el cuervo
“Edgar Allan”, que acompañaba a los “Tacañones”.
Pero también otra infinidad de muñecos que
aparecían en la subasta según cuál fuera el tema del programa,
como un termómetro, una cigüeña, un loro, una guitarra,
Mortadelo, una sepia, una langosta, la Bolsa de Wall Street o la
propia calabaza Ruperta.
El libro de Miguel Herrero nos recuerda que
los muñecos de Alejandro Milán no sólo aparecieron en las
subastas de Kiko Ledgard sino que también pudimos verlos en las
de Mayra Gómez Kemp.
En el capítulo dedicado a las mascotas, el
libro menciona a las clásicas mascotas del «Un, dos, tres...»
(la calabaza Ruperta, la bota Botilde, el Chollo y el Antichollo,
y el Boom y el Crack), pero también recuerda que Curro, de la
Expoʼ92 hizo de azafato en «Un,
dos, tres...» en 1991.
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“LA TELE DE LOS 70. Del blanco y negro al color”
Miguel Herrero
Diábolo Ediciones, 2019
En este libro Miguel Herrero va repasando
año por año de la década de los setenta la programación de TVE.
Lógicamente, nuestro interés se centra en 1972, cuando nace «Un,
dos, tres.... responda otra vez», y en 1976, cuando se estrena
su segunda etapa.
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“Pero el gran concurso de la historia de la
televisión estaba por llegar. «Un, dos, tres... responda otra vez» se
emitía los lunes (...). Lo más destacable del éxito del «Un, dos,
tres...» radica en que renovó el género de los concursos. [...]
Narciso Ibáñez Serrador, Chicho, no tenía bagaje en
ese campo en TVE pero sí en su labor en la televisión argentina, donde
ya había dirigido un programa con algunas similitudes, «Un, dos...
Nescafé» [...]. La dirección de Televisión le propuso hacer un programa
que gustara al público y vaya si lo consiguió [...].
La clave del impacto del «Un, dos, tres...»
se puede encontrar en el ritmo perfecto que Chicho le dio a esas
tres partes y a varios añadidos que lo hacían diametralmente
diferente a los concursos vistos anteriormente. [...]
El impacto de aquel «Un, dos, tres...» fue
decisivo para la historia de la televisión. De aquel primigenio
programa en blanco y negro, tímido pero potente, se tomarían
tantas ideas que prácticamente toda la esencia de los concursos
posteriores bebieron de su éxito. Fue clave el desparpajo de
Kiko Legdard ofreciendo dinero a quien tuviera unas tijeras a
alguien del público, demostrando ser un buen charlatán que diera
vida al show y animando lo que podía decaer por
la letanía en decidirse en el regalo final [...].
Tras 83 emisiones*
[...] hubo que cerrar un programa que computaba más emisiones
que cualquier otro espacio anterior de Chicho. Y su genialidad
hizo que [...] echara el cierre de una manera poco habitual en
programas de TVE anteriores. [...] Pese a las continuas
peticiones para que no se terminara el espacio o para que
regresara en unos meses, Chicho cerraba el programa de manera
contundente”.
* Nótese que el autor confunde aquí el número de
emisiones de la segunda etapa con las de la primera.
Miguel Herrero también menciona a «Un, dos,
tres... responda otra vez» en el capítulo dedicado a 1976: “En
octubre moría Valentín Tornos, “don Cicuta”. Su estado de salud
había renqueado desde hacía tres años y sólo pudo colaborar en
un par de ocasiones en la esperada vuelta del «Un, dos,
tres...», el único concurso de TVE, así propiamente dicho, de
todo el año 1976 [...]. El «Un, dos, tres...» regresó en marzo
con nueva parte negativa debido a la imposibilidad de Tornos
para hacer su papel semanalmente. [...] La mascota del programa
se convertía en dibujo animado y adoptaba un nombre, el de
Ruperta.
[...] no era completamente nueva sino una
continuación de la anterior, si bien se acrecentó el espectáculo. Por
primera vez se vio en color [...]. Números musicales más elaborados,
atracciones visuales, mejores premios, aunque siempre con el coche como
gran estrella, y un gran interés por parte de la audiencia, que lo aupó
como el programa más querido de TVE una vez más”.
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“¡ANDÁ!, LA MERIENDA (vol. II)”
Vicente Pizarro
Diábolo Ediciones, 2019
Este libro es el segundo volumen y
continuación del libro “¡Andá, la merienda! Las deliciosas
colecciones de nuestra niñez”, con el que Vicente Pizarro vuelve
a trasladarnos a nuestra más tierna infancia,
con las meriendas y los cromos y muñecos de nuestros pastelitos
favoritos.
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Ya en la portada y en la contraportada podemos ver
un cromo de “don Estrecho” y dibujos de “los Tacañones” y de Kiko
Ledgard, y sobre esta colección de cromos se extiende en sus páginas
interiores. Se trataba de una colección que podías conseguir con una
conocida marca de pipas.
En sus páginas interiores también se hace eco de los
productos Matutano y su promoción de cromos basada en el Chollo.
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“TELE. Los 99 ingredientes de la televisión que deja
huella”
Borja Terán; ilustrado por Efe Suárez
Somos libros, 2019
A través de este libro su autor, Borja
Terán, hace un emocionante recorrido por los ingredientes del
éxito de la historia de la televisión en España; pasado y
presente para vislumbrar el futuro del medio televisivo. Un
libro para conocer los trucos televisivos y la influencia de los
referentes catódicos que acaban formando nuestra manera de
pensar y ver el mundo.
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El libro se compone de noventa y nueve
capítulos (ingredientes) y en muchos se habla de Narciso Ibáñez
Serrador de forma directa o tangencial. Chicho, además, aparece
ilustrado de forma magistral por Efe Suárez, que ameniza con sus
dibujos todo el libro.
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Ilustración de Efe Suárez |
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El ingrediente número dos del éxito en televisión es
“la improvisación muy ensayada: «Un, dos, tres... responda otra vez»”.
Al respecto, Borja Terán nos dice que “la mejor improvisación es la que
está muy ensayada. Eso Chicho Ibáñez Serrador siempre lo tuvo claro. Su
mítico «Un, dos, tres... responda otra vez» era un puzle de piezas
simples que, unidas, conseguían un explosivo espectáculo. Y Mayra Gómez
Kemp fue elegida presentadora precisamente por su capacidad para
memorizar minuciosamente el guión. No era un programa para presentadores
de esos que improvisan y no saben memorizar el texto. Con Chicho, el
guión tenía que ser recitado con naturalidad, pero sin demasiadas
licencias, no fuera a ser que se descuadrara el complejo entramado de la
grabación”.
“Pero lo cierto es que todos estaban
extremadamente atentos a las órdenes de la autoridad. Porque o
existía una rotunda dirección o aquello se convertía en un caos
inasumible, al ser un equipo de cien personas enfrentándose a
una minuciosa grabación en la que un despiste podía descompasar
el engranaje de una tele que era pura artesanía”.
“La mirada de Chicho Ibáñez Serrado estaba
detrás de cada encuadre del «Un, dos, tres...». Era la
televisión de autor, donde (casi) todo pasaba por la cabeza del
genio. Todo debía estar bien ensayado. escrito y planificado
(...)”.
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“EL REGALO FUE ENCONTRARTE”
Sergi Navarro
Uno Editorial, 2019
La vuelta de Nuria Carreras de la mano de
Risto Mejide a los Estudios Roma, actual sede de Mediaset y
donde grabaron el «Un, dos, tres», nos abrirá la puerta a
la España de los ochenta, a los años de juventud de la primera
chica negra que pisara los platós de Televisión Española y
quien, de la mano de Chicho Ibáñez Serrador, y en contra de su
voluntad, se convertía en
una de las más prometedoras y rutilantes estrellas televisivas
de la época.
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“El regalo fue encontrarte” es una historia
de amor y lucha, un elogio a las mujeres que batallan el día a
día y se ayudan y superan las trabas que les presenta la vida, y
que a veces consiguen cumplir un sueño, aunque sea muy de vez en
cuando y el resto de la humanidad no les comprenda. Los
beneficios obtenidos con la venta del libro van destinados a la
Fundación de la Asociación Española contra el Cáncer; libro que
está salpicado con códigos QR que nos trasladan a vídeos de
diversos momentos de Nuria en el «Un, dos, tres...».
En el libro se cuenta la interesante y
azarosa vida de Nuria Carreras; en relación con «Un, dos,
tres...» se narra lo mucho que le costó a Chicho Ibáñez Serrador
convencerla para que aceptara ser la nueva azafata de la quinta
etapa de «Un, dos, tres...»; cómo fueron sus primeros días, los
ensayos, los nervios...
Cuenta también cómo Lydia Bosch la acogió en su casa
por no tener piso propio o las aventuras que vivieron en el viaje a
Hungría.
También cómo se gestaron las negociaciones para que
tres azafatas fueran imagen de Okey, el desagradable casting
que pasó para una futura televisión privada dirigida por italianos y las
proposiciones deshonestas que algunos señores les hacían por ser
conocidas por su trabajo en televisión.
El capítulo dedicado a «Un, dos, tres...» termina
con unas bonitas palabras de Nuria hacia Narciso Ibáñez Serrador: “Ha
sido un placer conocerte, un privilegio compartir estos meses contigo.
Estarás siempre a mi lado, fue una suerte encontrarte, tenerte cerca,
eres sin duda una de las personas más interesantes con las que me
cruzaré en la vida. Te llevaré en el corazón, muchas gracias por tu
ayuda, por tus consejos, por tu sabiduría. Me has regalado en estos
pocos meses toneladas de fuerza y confianza, aplomo y seguridad, que me
acompañarán el resto de mi vida. Muchas gracias, Chicho; muchísimas
gracias. Te quiero mucho, Chicho”. A lo que el Ibáñez Serrador replicó:
“Lo mismo digo, querida. Muchas gracias, mi querida bubi”.
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