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Declaraciones de Narciso Ibáñez Serrador |
Sobre el programa:
“Este programa me hace vivir, me quita el estrés. Yo soy muy raro: tengo estrés cuando no trabajo”.
Sobre el «Un, dos, tres...» como espectáculo:
“Lo que ocurre es que, por desgracia para mí, el «Un, dos, tres...» cada día se complica más. Si se compara con los primeros programas, te das cuenta que ha pasado de ser un concurso normal a la espina dorsal de un espectáculo, de un show, que es lo que es ahora”.
Sobre los cambios que necesita el programa:
“No sé hacia dónde van los gustos del público; hay que estar como los buenos pescadores, con el hilo muy tenso; la prueba es cómo tuvimos que volver atrás en la etapa anterior. Estando muy atento y viendo qué novedades de las que se aportan funcionan o no es cómo, sin que se nota, el programa van cambiando. Lo peligroso es que es tan complicado que luchas contra el tiempo. Si hubiera que hacer un «Un, dos, tres...» mucho más grande, más espectacular, más novedoso, no sería cuestión de dinero ni de ingenio, sino de tiempo, y habría que ir a un programa quincenal o mensual”.
Sobre la posibilidad de hacer un programa quincenal o mensual:
“En Alemania el «Un, dos, tres...» se emite una vez al mes; en Holanda, es quincenal. Ojalá en España no tenga que ser así, porque yo creo que la clave del éxito, no del «Un, dos, tres...», sino de todos los programas, es la continuidad, que se utiliza como referencia de almanaque”.
Sobre Moyra, el nuevo personaje de Raúl Sénder:
“Lo que sí vamos a incorporar este año es el personaje de “Moyra”, que lo representará Raúl Sénder. Será la caricatura de Mayra y hablará de los pecados de ésta, de cómo viste, de cómo se comporta... Mayra dice que no hay nada más sano en este mundo que reírse de uno mismo, por eso le hace gracia este personaje”.
Sobre la continuidad del personaje de Moyra:
“Moyra saldrá en el primer prograna, y si funciona bien se asomará de vez en cuando, pero no irá todas las semanas”.
Sobre el personaje de Fedra Lorente:
“Te puedo adelantar que Fedra Lorente volverá, pero no va a reaparecer “la Bombi”. Me gustaría que su nuevo personaje fuera el de una miss... de esas misses que se presentan a todos los concursos de belleza y siempre pierden. Me recuerda a mi primera mujer, que fue miss; por eso me hará gracia incorporar a una miss en mi programa”.
Sobre Antonio Ozores:
“El gran descubrimiento de esta etapa ha sido, sin duda, Antonio Ozores, un actor que nunca había despuntando excesivamente y que en «Un, dos, tres...» ha descubierto su verdadera personalidad. En ese personaje yo no tengo nada que ver; él es así, Créeme que resulta mucho más bonito hacer popular a un profesional con muchos años de oficio que lanzar a una chica nueva. Más bonito y más difícil”.
Sobre lo que le pide al público:
“Yo le pediría que viera el programa con la simpatía con la que lo ha visto siempre, que no esperen grandes novedades, y deseo que les entretenga y lo pasen bien, porque es lo único que pretendemos”.
Sobre la proyección que le ha proporcionado el programa:
“Me ha abierto caminos internacionales. Me conocen como realizador y puedo un día hacer otras cosas. Ten en cuenta que el «Un, dos, tres...» se ve ahora mismo en once países de Europa y que a finales del año próximo se verá también en los Estados Unidos, producido por la CBS, de costa a costa, en inglés, claro”.
Sobre los concursantes:
“Los concursantes, sobretodo los jóvenes, no acuden al programa sólo por si consiguen una buena cantidad de dinero, sino por la aventura, por si logran, por ejemplo, un viaje a Egipto, que es algo que no está al alcance de cualquiera, salvo del escritor Terenci Moix”.
Sobre el público y los cambios:
“La audiencia es la que dirige «Un, dos, tres...» y no yo, aunque extrañe esto que te digo. ¿Y sabes por qué? Nosotros, los responsables del programa, nos guiamos mucho por las encuestas con el público. De estas encuestas sabemos las opiniones que nos dan, diciéndonos, por ejemplo, que Lydia es muy simpática, Kim es la más graciosa y cosas por el estilo. Al principio hicimos muchos cambios cada vez que iniciábamos una nueva temporada, pero después las encuestas nos dijeron que después de tanto tiempo con el programa, el público no desea cambios ni revoluciones, en todo caso evoluciones”.
Sobre SEAT y el premio del coche:
“Cada coche que han ganado los concursantes en «Un, dos, tres...» no lo regalaba la SEAT, sino que lo pagaba el programa. Lo que ocurre es que el programa generaba beneficios mayores de lo que costaba”.
Sobre la pelea ficticia en el público:
“Habíamos decidido hacer un homenaje al cine, por lo que todos los números musicales y las intervenciones de los cómicos giraban en torno a ese tema. Y claro, enseguida, pensé para el programa en los especialistas cinematográficos, los hombres y mujeres que sustituyen a los actores en las acciones violenta, desde caer de un caballo al galope hasta protagonizar grandes peleas que den la apariencia de ser reales. Y eso es lo que hicimos. Contratamos a dos especialistas y los mezclamos entre el público, que no sabía en absoluto lo que iba a suceder. Desde el control de la grabación les pedía a todos los cámaras que cada cual fuera a lo suyo, pero no me hicieron caso. Sólo uno de ellos sabía lo que iba a suceder. Los otros se quedaron tan sorprendidos que reaccionaron tratando de enfocar bien las bofetadas. Lo que yo pretendía es que cada uno siguiera con sus planos para poder ver así la expresión de susto y sorpresa de la gente. No quería filmar una escena de boxeo... No obstante, estoy contento”.
Sobre la audiencia del concurso:
“Quiero aclarar algo, y es que hay quien dice que la gente ve el «Un, dos, tres...» porque es en viernes, pero es al revés. El espacio ha ido creando audiencia los viernes, que era un día que no la tenía porque la gente salía fuera. Además, cuando se emitía los lunes, lo lunes era el día de mayor audiencia”.
Sobre los beneficios que ha ganado con «Un, dos, tres...»:
“La gente piensa que me he forrado con el «Un, dos, tres...», pero ni muchísimo menos. Para que te hagas una idea te diré que el año pasado sólo gané en España algo más de doscientas setenta mil pesetas. Es que las ideas no se pagan. Lo que de verdad da dinero es salir en la pantalla, por la sencilla razón de que genera muchos contratos. Yo no capitalizo la popularidad del programa”.
Sobre su cansancio:
“Estoy muy cansado y tengo que meditar si vuelvo el mes de octubre con la misma fórmula. No sé, llevo demasiados años haciendo «Un, dos, tres....»”.
Sobre el equipo:
“Terminar «Un, dos, tres...» ha supuesto un verdadero mal trago. Me duele profundamente dejar el programa, pero todavía me da más pena deshacer el equipo. Siempre he tenido un equipo muy bueno, pero esta vez era excepcional. Con este equipo se podía hacer cualquier cosa”.
Sobre la interrupción de la fórmula de emisión de los seis meses:
“Televisión Española cuenta con «Un, dos, tres...» para octubre, pero yo necesito quitarme de la cabeza la “obsesión” del concurso, porque «Un, dos, tres...», cuando nació, cuando yo experimenté la fórmula, era para mí una “ocupación”. Al cabo de los años, la responsabilidad lo convirtió, para mí, en una “preocupación”. Y a estas alturas, pese al sistema del medio año de programa, medio año de descanso, el concurso es, para mí, una “obsesión”. Prácticamente vivo dentro del «Un, dos, tres...» y para el «Un, dos, tres...»”.
Sobre la posible vuelta del «Un, dos, tres...»:
“Sí es seguro que pasarán años antes de que volvamos a hacer el concurso”.
Sobre un posible regreso inmediato del programa:
“Llevo ya demasiados años haciendo el «Un, dos, tres...» y no estoy demasiado seguro de que fuera positiva una vuelta tan rápida, aunque todos los síntomas indican que sí, que se puede continuar así indefinidamente. Pero quizás el dedicarle siete días a la semana me haga ver de una forma negativa lo que estoy haciendo, puesto que si ahora me dices “¿Te hace ilusión volver a hacer el programa?”, te contesto rotundamente que no. Ahora bien, yo soy de rápida recuperación y a lo mejor dentro de poco estoy deseando volver. Por otro lado, mi familia, mis amigos me recomiendan que descanse, porque todo lo que hago es para el programa”.
Sobre la sustitución de Mayra Gómez Kemp:
“Ni se me ocurriría cambiar de presentadora. Tampoco al público le gustaría que se cambiase. Mayra Gómez Kemp se ha ganado el afecto popular y, por descontado, si vuelve «Un, dos, tres...», volverá con ella. Al menos, yo contaría con ella y sospecho que Mayra no rechazaría mi oferta. Trabajo muy a gusto con ella, con absoluta confianza. Ni loco correría el riesgo de cambiar de presentadora”.
Sobre su identificación con el programa:
“Seguramente ya lo soy, pero no quiero ser sólo el señor del «Un, dos, tres...»; me apetece hacer más cosas, más teatro que cine, concretamente un musical, y quiero pensarlo con calma”.
Sobre el público y su fidelidad:
“Quisiera agradecer al público su fidelidad al habernos seguido cada semana, y su simpatía a todos los espectadores por haber hecho del «Un, dos, tres...» algo familiar, permitirnos ser como de casa e instalarnos en su intimidad, que se hayan reunido con nosotros”.
Sobre el balance de esta etapa:
“Hago un balance muy positivo, como el de todas las etapas. «Un, dos, tres...» ya no es un programa que asombra ni tampoco un programa que desilusiona, es un programa que, con absoluta seguridad, puedo decirte que se ha institucionalizado. Ya los viernes, según encuestas, veintidós millones de españoles ven el concurso, pero ¡ojo! las encuestas se hacen entre españoles mayores de dieciocho años. Las encuestas nunca cuentan a los niños, por lo tanto no puede saberse, ni siquiera aproximadamente, cuántos espectadores ven el «Un, dos, tres...»”.
Sobre la proyección de las azafatas:
“Las azafatas han alcanzando una gran popularidad, pero no por mí; yo puede que influya en un diez por ciento, el resto es TVE, como trampolín, y las propias chicas. De hecho, mucha gente ha salido del «Un, dos, tres...», es cierto pero mucha más se ha quedado en el camino. Yo diría que por cada Victoria Abril hay diez señoritas de las que ya nadie se acuerda. Siempre hay alguna que tiene más facilidad para contactar con el público, y ésa suele ser la que en el programa maneja la maquinita de calcular. Ahora ha sido Lydia y antes fueron Silvia Marsó o Victoria Abril”.
Sobre Kim y Gloria:
“Precisamente Kim y Gloria han formado un dúo para hacer galas. Kim es una excelente bailarina; lleva el baile en la sangre y lo transmite. No así, Lydia, que, sin embargo, se comunicaba mejor con el público”.
Sobre las cinco etapas de «Un, dos, tres...» ya emitidas:
“No hay ninguna etapa que me haya dejado más satisfecho: cada temporada que ha ido sucediendo a la anterior, me ha ido satisfaciendo más”.
Sobre la despedida del equipo:
“Despido el programa con cierta tristeza porque le tomas cariño al equipo. Han sido muchos días de nervios, convivencia... Somos como una gran familia y el adiós es triste, aunque necesario”.
Sobre la posibilidad de ver el «Un, dos, tres...» en la televisión privada:
“Si yo fuera director de una televisión privada, cosa que nunca ocurrirá porque no me gusta decidir, no me gusta mandar, lo pensaría muy mucho antes de poner el «Un, dos, tres...». Yo intuyo que en España cuando los canales privados comiencen a funcionar, el público va a pedir ideas, programas, rostros y voces nuevas, y si saliera de nuevo el «Un, dos, tres...», lo más probable es que la gente se preguntara si es que el canal en cuestión estaba tan falto de ideas que tenía que recurrir a programas de éxito de la televisión pública para llenar su programación. En cualquier caso, nunca digas ʻnunca jamásʼ”. |