PRIMERA ETAPA
En los primeros programas de la primera
etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez» (1972-1973) las gradas no
tenían decoración alguna; eran una simple pared blanca, sin mayor
adorno, ya que los programas aún no eran temáticos.
El
público se sentaba en sillas de plástico de color rojo o blanco.
La mesa tampoco tenía decoración alguna;
era muy sencilla y ni siquiera de grandes dimensiones.
Cuando los programas comenzaron a ser
temáticos, las gradas se fueron decorando con motivos alusivos al tema
de cada emisión, y se cambió la mesa por otra más grande de estilo
rococó.
SEGUNDA ETAPA
En la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez» (1976-1978)
se siguió el estilo de la etapa anterior, de modo que las gradas y la
mesa de la subasta estaban decoradas con motivos alusivos al tema de
cada emisión.
En las gradas existía una estrecha escalera por la que
ocasionalmente hacía su aparición algún cómico, aunque lo usual es que
lo hicieran por una puerta lateral decorada al estilo
“Mingote”, tan de la estética de la época. Por esta misma puerta y por
otra, situadas a ambos lados del plató, entraban los regalos que los
concursantes ganaban o perdían.
TERCERA ETAPA
En la tercera etapa (1982-1984)
se producen cambios importantes en las gradas y escalera. Dejando atrás
la costumbre de las etapas anteriores de adecuar la grada y mesa de la
subasta al tema a que estuviera dedicado cada programa, se diseñó una
única mesa, la misma para todas las emisiones, y las gradas siempre
presentaban el mismo aspecto.
En el centro del plató, entre dos gradas
de siete filas de asientos, una escalera bajaba desde un octógono con el
logotipo de «Un, dos, tres...» en números. La pared del fondo de la
grada estaba iluminada en color azul.
La mesa de la subasta era rectangular,
con un solo apoyo que asemejaba una columna estriada.
No obstante, en el primer programa de la etapa, la mesa era hexagonal y,
en lugar de estar situada en el lado derecho del plató (según veía el
telespectador) se colocó en el centro a la bajada de la escalera.
Además, los pies del público quedaron tapados por unos paneles grises
que desaparecieron ya en el segundo programa.
En la
izquierda del plató (según se veía desde la zona de cámaras) había una
cortina por donde aparecían los cómicos. Y a su lado, una puerta con los
números 1, 2 y 3 custodiaba los premios que los concursantes perdían o
ganaban en la subasta.
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