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Momentos paralelos 1 |
Introducción de Chicho Ibáñez Serrador |
Que Chicho Ibáñez Serrador apareciera al comienzo de cada etapa de «Un, dos, tres...» para dirigirse a los espectadores es todo un clásico. Lo hizo en casi todas las etapas, de una u otra manera: en el decorado, desenterrando al programa, en el viejo caserón hablando con don Mariano, rodeado de cajones...
Pero el comienzo de la segunda y tercera etapas fue muy parecido. Desde el set de la parte negativa en el primer programa de la segunda etapa, y desde el de las azafatas al comienzo de la tercera, las palabras de Chicho fueron muy similares en ambas intervenciones.
Frases como las siguientes se repitieron en los dos programas:
“En esta etapa queremos retomar el programa justo donde lo dejamos en la etapa anterior. Y una vez retomado ese punto, intentar (intentar no es conseguir) que el programa se haga más grande, más espectacular”.
“Cuando una cosa nos ha gustado en el pasado, la magnificamos en nuestro recuerdo. Y me temo que eso es lo que pasa con el «Un, dos, tres...»: ustedes recuerdan un «Un, dos, tres...» muy, muy grande, y lo era, pero no tanto. Así que hagan una pirueta mental, como si no hubieran pasado cuatro años, sino tan sólo unas pocas semanas entre la última emisión y ésta”.
“Nuestro programa es un concurso. La televisión se apoya en tres ‘patitas’: la primera debe formar; la segunda, informar; y la tercera, entretener. Y ésa es nuestra patita y nuestra única intención: entretener; y si además conseguimos arrancarle una sonrisa nos daremos por satisfechos”.
“Un concurso es como un coche: necesita un rodaje. Por eso, le rogamos que sepan disculpar los errores que sin duda habrá en estos primeros programas; errores que iremos subsanando en posteriores programas”.
Lógicamente, en ambas presentaciones hubo diferencias. Por ejemplo, en la tercera etapa, Chicho nos anunció que Kiko Ledgard no podría incorporarse al programa y que sería sustituido por Mayra Gómez Kemp, “una chica que debutó en televisión, precisamente, en «Un, dos, tres...»; y ni siquiera como secretaria, sino como actriz en la subasta haciendo pequeños papelitos. Y aquella chica que comenzó siendo furgón de cola, hoy pasará a ser la locomotora del «Un, dos, tres...»”. Aunque Ibáñez Serrador nos presentó a Mayra como una sustituta provisional de Kiko, él, en el fondo, sabía que el primer motor del «Un, dos, tres...» jamás volvería a recuperarse completamente para poder ponerse al frente del difícil «Un, dos, tres...».
Otro de los cambios que Chicho anunció en su presentación en la tercera etapa fue el de la mascota. La calabaza Ruperta se estaba haciendo mayor, dijo, y era conveniente sustituirla. Eso sí, para evitar introducir todos los cambios el primer día, Ruperta seguiría acompañando a los espectadores durante algunas semanas más.
Y, seguramente, la novedad que más ilusión provocó a Chicho fue la de poder contar con una nueva y fiel espectadora: su hija Pepa. En efecto, en el último programa de la segunda etapa todo el equipo del programa presentó a los bebés que habían nacido durante dicha etapa. Uno de esos bebés era Pepa Ibáñez Nauta, hija del director y de su mujer, Diana Nauta.
Al comienzo de la tercera etapa, Pepa apareció en brazos de su padre. Para ella el «Un, dos, tres...» era un producto desconocido, pero pronto se hizo una fiel seguidora del espacio y sus críticas eran plenamente acogidas por Chicho.
En este vídeo hemos hecho un montaje de las dos intervenciones de Narciso Ibáñez Serrador al comienzo de sendas etapas para que veamos que el mensaje fue prácticamente el mismo:
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El relevo de las azafatas |
En los respectivos primeros programas de las etapas segunda y tercera de «Un, dos, tres...» se repitió una escena que muchos seguidores del concurso han reclamado para etapas posteriores, aunque en realidad nunca más sucedió. Se trata del relevo de las azafatas: las secretarias de la etapa anterior se encargaban de dar la alternativa a las debutantes cediéndoles el santo y seña de las azafatas: sus enormes gafas.
Y así, el 19 de marzo de 1976, día del estreno de la segunda etapa, Blanca, Yolanda, Cira, Ana Ángeles y Britt acudieron al plató del programa, vestidas con sus antiguos trajes oficiales y cederles sus gafas a las nuevas chicas.
Blanca Estrada dio la alternativa a Raquel Torrent; Yolanda Ríos le deseaba a María Durán la misma suerte que ella había tenido al ser elegida como azafata del «Un, dos, tres...»; Cira le dio sus gafas a María Casal; Victoria Abril, la nueva contable del programa, recibió las gafas precisamente de la contable anterior, Ana Ángeles; y de extranjera a extranjera: Britt cedió sus gafas a Meggy Schmidt, compartiendo incluso algunas palabras en un idioma que Kiko Ledgard no llegó a comprender del todo.
El 20 de agosto de 1982 volvía a repetirse la misma escena. Mayra Gómez Kemp, la nueva presentadora del concurso, presentó a “la que fue la parte positiva del programa”: June English, María Guftasson, María Durán, María Casal, Beatriz Escudero y Ágata Lys.
Ellas serían las encargadas de ceder el testigo, en este caso, las gafas, a las nuevas secretarias del «Un, dos, tres...»: Kim Marias, Irene Foster, Rosalía Turnero, Alejandra Grepi, Françoise Lacroix y Patricia Solís.
Como curiosidad destacable podemos señalar que como representantes de las antiguas azafatas acudieron dos chicas de la primera etapa: María Guftasson (a quien todos habíamos conocido como Britt) y Ágata Lys. La presencia de Ágata en el programa había sido buscada por Chicho durante mucho tiempo, ya que esta actriz fue vetada en el programa por orden de las altas esferas del régimen franquista. Con la democracia en marcha, Ibáñez Serrador invitó a Ágata al traspaso de gafas de la segunda etapa, pero no pudo acudir a su cita ya que sus compromisos cinematográficos se lo impedían. Pero en la tercera etapa no dudó un instante en atender la llamada de Chicho para ceder las gafas de secretaria, que lamentablemente ella pudo utilizar poco tiempo, a Patricia, la nueva contable, a quien aprovechó para darle unos pícaros consejos que le ayudarían en su carrera.
En este vídeo hemos mezclado estos dos relevos de azafatas:
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Conexión con Tacañón del Todo |
Otra escena que se repitió en el primer programa de la segunda y tercera etapa de «Un, dos, tres...» fue la conexión con Tacañón del Todo.
En la segunda etapa, después de que Kiko saludara a las azafatas, quiso dar la bienvenida también a “don Cicuta”, pero descubrió que el set de la parte negativa estaba vacío; así que pidió ayuda a Chicho para ver qué pasaba. El director del programa, desde el control de realización, pidió conectar con Tacañón del Todo para descubrir qué ocurría.
Una escena similar se desarrolla en la tercera etapa. Una debutante Mayra Gómez Kemp presenta a “los Tacañones” de la etapa anterior y pide un aplauso para ellos, pero ve que su set está vacío. Nuevamente, Chicho desde el control, pide que se haga una conexión con Tacañón del Todo para solucionar el problema.
Establecida la conexión con Tacañón, en la segunda etapa vemos a “don Cicuta” desde el balcón de la Casa Consistorial, excusándose por no estar en el concurso y dando las explicaciones a su ausencia. Eso sí, dejaba bien claro que él vigilaría desde Tacañón que en el programa no reinara la impudicia.
Terminada la conexión con Tacañón, Kiko Ledgard lamenta que “don Cicuta” no les acompañe en esa nueva etapa, ignorando que unos sustitutos iban a ocupar su lugar.
Los nuevos representantes de Tacañón del Todo (el “profesor Lápiz”, “don Rácano” y “don Estrecho”) se dieron a conocer a Kiko Ledgard y ya desde aquel primer programa surgieron las primeras divergencias entre el presentador y los “Tacañones”.
En la tercera etapa, la conexión con Tacañón del Todo nos lleva a un set donde una señora vestida a la antigua usanza (Millán Salcedo) comunica las votaciones de su pueblo para establecer la nueva representación en «Un, dos, tres...», al más puro estilo Eurovisión.
Terminada la conexión, vemos a “las Tacañonas” (Las Hurtado) bajando la escalera del plató y dirigiéndose a su set, ante la mirada asombrada de Mayra y las azafatas.
En este vídeo hemos hecho un montaje con las dos conexiones con Tacañón del Todo que hizo Chicho Ibáñez Serrador cuando Kiko Ledgard y Mayra Gómez Kemp, respectivamente, le preguntaron dónde estaba la parte negativa:
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