Momentos paralelos
en «Un, dos, tres...»

La historia de «Un, dos, tres...» se compone de más de 400 emisiones. Con este bagaje, si repasamos los vídeos de todos estos programas encontraremos muchísimos “momentos paralelos”.

Con esta denominación de “momentos paralelos” nos referimos a escenas, guiones o ideas repetidas en varios programas de «Un, dos, tres...». En esta sección de la web queremos reflejar algunos de estos momentos paralelos.

En dos programas dedicados a la magia, Raúl
Sénder le hizo una tortilla a los concursantes.

El personaje de la “putonisa” y su canción “Ay, que sí, que sí;
ay, que no, que no” apareció en varias ocasiones.

Dolores Pistacho Pisuerga, la “Pis Pis”, fue la señora de la limpieza
en los programas dedicados al gimnasio y a “Cerramos por vacaciones”.

Sénder hizo de exorcista en los programas dedicados al terror
(19 de octubre de 1987) y al Más Allá (2 de julio de 1993).

Madamme Frú Frú fue la inventora del can can, que apareció
en los programas dedicados a París (28 de septiembre de 1987)
y al lejano Oeste (14 de mayo de 1993).

Sénder nos enseñó a hacer artes marciales al son de la
música folklórica española: jotas, sardanas, sevillanas.

En los programas dedicados a Shakespeare, Raúl Sénder interpretó a Romeo,
siendo su Julieta Beatriz Carvajal en una ocasión, y Fedra Lorente en otra.

Sénder demostró que sabe llevar el compás y el ritmo
haciendo palmas y taconeando por bulerías en los
programas dedicados a Las Vegas y las “variettes”.

Los representantes de Tacañón del Todo se empeñaron en que
los presentadores se cortaran una pierna para poder usar una
pata de palo, en los programas dedicados a los piratas.

La “viuda de Poco” manifestó en varias ocasiones que ella no
era nada partidaria de los personajes que salen en las revistas
del corazón, ya que sufrió en sus carnes un particular “acoso”.

“Las Tacañonas” velaron en los programas dedicados a la pintura por que
no se enseñaran cuadros en los que aparecieran modelos desnudas,

ni se hiciera publicidad de museos en los que había que abonar la entrada.

Los repartidores de periódicos son el último eslabón en la cadena de
redacción y puesta en venta de un periódico. A ellos estuvieron dedicados
sendos números musicales de programas dedicados a la prensa.

Kim Manning y Silvia Marsó, y Carolina Rodríguez y María Abradelo
son dos pobres del Berlín de después de la I Guerra Mundial,

respectivamente.

Kim, Gloria y Nina en la sexta etapa, y Carolina Rodríguez y
María Abradelo en la octava, nos hablan de las virtudes de

la cocina y la gastronomía españolas.

El número musical del programa dedicado a la moda, los modelos
y el diseño se repitió en el programa dedicado a la Historia de Rusia.

Miriam Díaz-Aroca y Marta García nos trasladan a la Edad Media
en un número musical que se hizo en la octava etapa y en la última.

Silvia Marsó y Marta de Pablo cantan y bailan con una momia
divertidísima al son de “Tuttonhama”.

Ver bajar por la escalera de la comedia musical a dos señores
no tiene precio. El premio, pasar a la subasta; así que le ponían
mucha sensualidad a la bajada de las escaleras.

Tomar la Bastilla gateando por una empinada rampa solía
ser la eliminatoria de los programas dedicados a la
Revolución Francesa o París.

Aunque eran dos temas diferentes, compartieron la
mecánica de la eliminatoria.

Si sensual era la bajada de las escaleras de la comedia musical,
mucho más sensual era la danza del vientre que tuvieron que
bailar los concursantes en más de una ocasión.

Dos temas tan dispares como éstos, compartieron la
mecánica de la eliminatoria dentro de la misma etapa.

Si hubo un elemento que el equipo de decoración amortizó plenamente
en la historia del «Un, dos, tres...» fueron los ejes giratorios que se
usaron en numerosas ocasiones durante la eliminatoria.

Avner Eisenberg actuó en dos ocasiones en «Un, dos, tres...»:
en el programa dedicado a la Bolsa y en el último programa
de la décima etapa.

Cuando Ángel Nieto aparecía en el plató de «Un, dos, tres...»
lo hacía siempre subido en una moto y de una manera
absolutamente espectacular.

Los hombres musgo de Béjar visitaron el «Un, dos, tres...»
en los programas dedicados a San Valentín y a España,
pueblos y fiestas.

Fueron tantas las intervenciones de Juan Tamariz en
«Un, dos, tres...» que era lógico que repitiera alguno
de sus números más celebres.

Aunque el grupo “Olé Olé” actuó en numerosas ocasiones
en «Un, dos, tres...», la única canción que repitieron fue
la de “Lilí Marlén”.

En tres programas dedicados a las revistas del corazón,
tanto Mayra Gómez Kemp como Josep María Bachs
hicieron una reflexión sobre lo efímero de la fama.

El conocido charlatán Ramonet nombró “charlatán honorífico”
a Narciso Ibáñez Serrador y a Mayra Gómez Kemp en 1983,
y “charlatán de charlatanes” a Jordi Estadella en 1993.

En las subastas de los programas dedicados a
“Las mil y una noches” Kiko Ledgard y Mayra Gómez Kemp
contaron con la ayuda de un eunuco.

La pintora Elena Liz se metió en dos ocasiones en,
la piel de Sor Mariana de la Concepçao, una monja
portuguesa con experiencia en los ritos de vudú.

El gag de la pelea entre dos señores del público triunfó
tanto en la quinta etapa, que Chicho Ibáñez Serrador
lo repitió en la octava etapa.

Las concursantes de los programas dedicados al terror
y la brujería se llevaron un buen susto por culpa de
un muñeco aparentemente inanimado.

En las subastas de los programas dedicados a
“Las mil y una noches” Kiko Ledgard y Mayra Gómez Kemp
contaron con la ayuda de un eunuco.

Al menos en tres ocasiones se recitó el “Romance del
vampiro cañí” en la historia del «Un, dos, tres...».

“Las mil y una noches” y “El lejano Oriente” sirvieron para
inaugurar varias etapas de «Un, dos, tres...», tanto del español
como de los extranjeros. En ellos se reprodujeron los mismos gags.

El grupo de acróbatas portugueses “Up go” actuó en el
último programa de la primera etapa de «Um, dois, três...».
Chicho los vio en directo, les gustó y los invitó para el primer
programa de la cuarta etapa de «Un, dos, tres...».

Rudy Carrel y Ted de Braak hicieron el mismo número musical
en sendos programas dedicados a Hollywood en las versiones

alemana y holandesa, respectivamente, de «Un, dos, tres...».

Ambas etapas comenzaron con un programa dedicado a
“Las mil y una noches”, con odaliscas, eunucos, vendedores
de alfombras mágicas, etc.

Tanto en la etapa segunda como en la tercera hubo programa
dedicado a la “belle epoque”, en los que se produjeron
paralelismos, aunque también importantes diferencias.

La Feria de Sevilla llenó de alegría, luz y color el plató del
«Un, dos, tres...» tanto en la segunda como en la tercera
etapa.

El mundo de las hortalizas fue uno de los temas utilizados

en la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez»

y sirvió para despedir a la calabaza Ruperta en la tercera.

El mundo de los piratas dio lugar a varios paralelismos entre
las etapas segunda y tercera de «Un, dos, tres...».

El personaje de la cigüena y el cigüeñal se repitió en los

programas dedicados al automovilismo de ambas etapas.

Bigote Arrocet repitió personaje en los programas dedicados

a la danza y el ballet de las etapas segunda y tercera, respectivamente.

La eliminatoria y los números musicales de los programas

dedicados al petróleo fueron los mismos.

Los programas dedicados a las Fallas dieron lugar a muchos

paralelismos.

Además del personaje de Bigote Arrocet, el juego final de la subasta

de los programas dedicados al fútbol fue el mismo en ambas etapas.

En los programas dedicados a los errores de ambas etapas,
los “Tacañones” y las “Tacañonas” se vistieron de azafatas.

En los programas dedicados al descubrimiento de América

se repitió el número musical de “La rosa del azafrán”.

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