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Por la boca muere el pez

 

 

                            

En mi vida existe un antes y un después de «Un, dos, tres...». Lo bueno, lo que creo que tiene algo de calidad, lo que innovó, lo hice antes de este programa”.

  

           Narciso Ibáñez Serrador, 1999

 

  

 

                

A mí me vino un señor, muy amigo mío y conocedor de televisión que se llama Salvador Pons, director de programas, y me dijo: “Chichet [él es valenciano], hazme el favor, por qué no te piensas un concurso”, porque yo hacía concursos en América cuando empezaba. “Piénsate algo, que lo necesito”. Y, bueno, como una especie de juego, de pasatiempo, empecé a darle vueltas a la cabeza sobre lo que se podía o no hacer. Los concursos solamente se apoyan en una de estas tres fórmulas: o son preguntas, o son pruebas de habilidad, o son juegos psicológicos. Entonces para que no fallara, le puse los tres, por eso se llama «Un, dos, tres...».

 

Tres mecánicas diferentes. Las uní y luego le empecé a agregar otras cosas. Entre ellas a “Don Cicuta”. que era una perfecta caricatura de los poderes fácticos de aquella época: de la censura, de la hipocresía. Nunca se había hecho que se metiesen con los concursantes y nos metimos con los concursantes; nunca se había hecho que hubiese chicas en minifalda sueltas por el plató, nosotros las pusimos”.

  

           Narciso Ibáñez Serrador, 1999

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972

 

  

 

            

En las ocho primeras emisiones yo no figuraba para nada. Ahí hice lo que me dijeron: “ponlo en marcha y déjalo”. Pero luego me di cuenta de que yo había parido aquel hijo y a las nueve semanas empecé a verle grandes posibilidades de asociar un gran espectáculo con un concurso, que hasta entonces no había existido. Así nació y continuó «Un, dos, tres...». Que te vuelvo a decir que creo que es la mejor fórmula de concursos que ha habido hasta ahora; es que lo tiene todo. Ahora me doy cuenta de que le puse todo lo que había, inventado por mí o no. Y funcionó y sin ninguna duda marcó una gran época en España y cambió la concepción del concurso en Europa. Así de fuerte”.

  

           Narciso Ibáñez Serrador, 1999

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972
Eugenio Pena fue el primer realizador
de «Un, dos, tres... responda otra vez»

 

  

 

            

Lo único que me entretenía de «Un, dos, tres...» desde hacía muchos años era la pequeña modificación que le hacía o el ir perfeccionando los números musicales, que a mí me gustaban mucho. estos números musicales creo que son los mejores que se han hecho en Europa; ya sé que esto suena muy grande. Yo los hacía, era lo que me importaba del «Un, dos, tres...». Yo sabía que a la gente le importaba tres pitos los números musicales, lo que tenían eran ganas de saber si los diez millones de pesetas estaban en la botella o en la calabaza. Pero yo los hacía por mí”.

  

           Narciso Ibáñez Serrador, 1999

 

«Un, dos, tres...» - 1985

  

  

 

        

Aunque se le ha criticado, el «Un, dos, tres...» nunca fue zafio en absoluto; intentó ser formativo y de hecho lo consiguió en pequeñas gotas. Por ejemplo, un programa dedicado al Impresionismo, entonces a través de unos sketchs interpretados por actores o humoristas, te enterabas que un señor se había cortado una oreja y quién era este señor; o que había un enano que pintaba en el Moulin de la Galette. Y eso iba creando un poso pequeño de cultura; o nos traíamos al London Festival Ballet y lo poníamos allí. Y había muchas cosas que no eran ni mucho menos de baja calidad.

 

Ahora no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho; me arrepiento de haberlo hecho tantas veces.”.

  

           Narciso Ibáñez Serrador, 1999

 

Narciso Ibáñez Serrador

 

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Agradecemos a Miguel Ángel su colaboración en esta sección

 

 

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