“Las mil y una noches”

19 de marzo de 1976

Éste fue el primer programa de la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez». Por eso, Narciso Ibáñez Serrador quiso aparecer al comienzo del programa para hacer una pequeña presentación de lo que iba a ser esa segunda etapa del programa.

A continuación, la calabaza Ruperta cobró vida por primera vez gracias al dibujante José Luis Moro, y apareció en la cabecera animada del programa.

En este vídeo vemos la cabecera del programa.

Tras la cabecera Kiko Ledgard realizó su tradicional carrerita hasta el podio de los concursantes y saludó a los espectadores, agradeciéndoles su atención, e indicándoles que durante el tiempo intermedio entre la anterior etapa y la nueva les había echado mucho de menos.

Luego dio paso a la presentación de la parte positiva, mejor dicho, la que fue la parte positiva, ya que las azafatas de la anterior etapa acudieron al programa para entregar sus gafas a las nuevas azafatas.

Las azafatas de la primera etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez», Blanca, Yolanda, Cira, Ana Ángeles y Britt, volvieron al plató del programa para desear suerte a sus sustitutas: Raquel, María Durán, María Casal, Victoria Abril y Meggy Schmidt.

Yolanda Ríos cede sus gafas a María Durán		Blanca Estrada dio la alternativa a Raquel Torrent

Kiko explicó que en este primer programa tan sólo iban a aparecer cinco azafatas ya que la sexta, Beatriz Escudero, se encontraba rodando una película y se incorporaría en programas posteriores, así que en esta primera emisión apareció escoltado por Raquel y María Du.

A continuación Kiko quiso presentarnos a la parte negativa, pero cuando enfocaron el set se encontraba vacío. El presentador solicitó la ayuda de Chicho y éste hizo una conexión con Tacañón del Todo, desde donde “don Cicuta”, en el balcón de la Casa Consistorial, se despedía de los espectadores por no querer verse mezclado una vez más en este “nefasto concurso”.

Sin la presencia de “don Cicuta” en el plató, Kiko se creía que no habría representantes de Tacañón del Todo, pero nada más lejos de la realidad, ya que enviaron tres sustitutos que estaban dispuestos a enfrentarse al presentador y las azafatas desde primera hora.

Cada uno de los nuevos “Tacañones” se fue presentando a sí mismo. El “profesor Lápiz” explicó que es el profesor de la escuela de Tacañón y “sillonable”, ya que su sueño es ocupar el próximo sillón vacante de la Academia. “Don Rácano” nos contó que es hijo de uno de los principales terratenientes de Tacañón del Todo. “Don Estrecho”, por su parte, sería el censor del programa, y ya desde el primer programa quiso hacer de las suyas.

Una vez hechas las presentaciones de los nuevos personajes comenzó la tanda de preguntas. Los nervios del primer programa hicieron que se produjeran algunas situaciones simpáticas.

En este vídeo vemos las consecuencias de los nervios de los concursantes y de Kiko Ledgard:

Antes de formularle la primera pregunta a la segunda pareja, un cartero irrumpió en el plató buscando a los concursantes de “Misión Un, dos, tres...”. Ni Kiko Ledgard sabía qué era eso, pero se comprometió a enterarse para informar a los espectadores.

En este vídeo vemos una buena respuesta de la segunda pareja con interrupción de los “súper Cicutas” incluida.

“Los Tacañones” disfrutaron con la tercera pareja de concursantes, que por culpa de los nervios, fue la que menos dinero obtuvo. En cambio, la segunda fue la que consiguió una mayor cantidad y se ganó el derecho a volver la semana siguiente a concursar.

En la eliminatoria, los concursantes contaron con la inestimable ayuda de Naima Cherky que les mostró cómo ejecutar correctamente una danza de los siete velos. A continuación, los concursantes varones (no las féminas) tenían que repetir con la mayor gracia posible el baile.

En este vídeo vemos la “sensualidad” de los tres varones:

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