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“Las mil y una noches” 19 de marzo de 1976 |
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La subasta comenzó, como habitualmente, con la descripción del decorado: un mercado de Bagdad, con tiendas de alfombras, de chilabas, de babuchas, etc. Tras esta descripción un par de eunucos hacen aparición en el plató, solicitando uno de ellos quedarse todo el programa para echar una mano.
La primera oferta que Kiko Ledgard hizo a los concursantes fue ofrecerles la tienda de chilabas y la de babuchas. Los concursantes prefirieron quedarse con la tienda de chilabas y desechar la de babuchas, de la que salió un camello que portaba una babucha gigante con un babero en su interior.
A continuación les ofrece la tienda de alfombras, pero antes de que los concursantes puedan elegir, una comparsa de moros de Alcoy hace entrada en el plató a trabucazo limpio, provocando un ensordecedor ruido. Como regalo dejan la reproducción de una guitarra oriental, la cual no convenció mucho a la pareja de concursantes y la rechazaron, perdiendo un jamón serrano que había en su interior.
A continuación, llegó al plató Simbad “el marineiro”, con un marcado acento gallego, y que dejó como regalo un barco. Sin posibilidad de que los concursantes pudieran hacer elección, Mayra Gómez Kemp, acompañada de otras huríes, llegó a la mesa de la subasta para dejar un cofre.
En este vídeo vemos el debut de Mayra en «Un, dos, tres...»:
El barco de Simbad “el marineiro” no debió convencer en exceso a los concursantes porque lo desecharon; la elección fue acertada porque el barco sólo escondía metros de tela. Tampoco les gustó el cofre que acercó Mayra, pero aquí el regalo que perdieron era mucho mejor: un estupendo reloj de platino y diamantes valorado en más de 300.000 pesetas.
A continuación acercaron a la mesa la reproducción de una alcazaba, que en su interior escondía un regalo muy particular. Se trataba simplemente de reorganizar las letras...
En este vídeo vemos qué escondía en su interior la alcazaba.
De la tienda de alfombras salieron unos maños que ofrecieron sus alfombras “majicas”.
Kiko Ledgard le ofreció a los concursantes la comida del restaurante árabe: té con pastas.
Lo de la “pasta” le sonó muy bien a los concursantes y dejaron las chilabas que era el regalo que habían mantenido desde el principio, que escondían en su interior un buen número de electrodomésticos, ya que “chilabas” necesitas una lavadora.
A continuación, apareció en el plató una lámpara mágica enorme de la que salió Pepe Carabias vestido de cruzado, que asustó a todos los árabes que estaban en el zoco de Bagdad. Dejó como regalo un cofre.
Después apareció Sherezade, la cuenta cuentos oficial de “Las mil y una noches”, que dejó un velo.
Antes de que los concursantes se decantaran por el regalo que querían finalmente, Kiko Ledgard ofreció un juego a una señora del público; tenía que elegir el bolsillo que quisiera y ganaría la cantidad de dinero que el presentador tuviera dentro. La señora tuvo buen ojo y eligió el que contenía 10.000 pesetas.
Y llegó el momento de la decisión final; los concursantes, que en principio habían considerado que el cofre del té y las pastas podía ser un buen regalo, decidieron rechazarlo, perdiendo una buena pasta: 250.000 pesetas.
¿Con qué se quedarían al final? ¿Con el cofre del cruzado o con el velo de Sherezade?
En este vídeo vemos la elección de los concursantes y el premio que se llevaron.
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