PROINTEL,
la productora de Chicho Ibáñez Serrador

PROINTEL, Producciones Independientes de Televisión, fue fundada por Narciso Ibáñez Serrador en 1970, convirtiéndose así en la primera productora privada de programas de televisión en España.

En este sentido, Chicho fue pionero y precursor de un nuevo modelo de hacer televisión, ofreciendo a TVE un producto íntegro por el que el Ente Público abonaba un precio.

Con sede en la calle Apolonio Morales, de Madrid, las oficinas de PROINTEL se convirtieron en la gran factoría de los sueños y la fantasía, donde la mente siempre creativa de Ibáñez Serrador creó sus distintos programas y producciones, y sus guiones.

Las paredes de la oficina y el despacho de Narciso Ibáñez Serrador están llenas de fotografías personales, de sus trabajos, de sus viajes por todo el mundo y de muchos libros. En las vitrinas también encontramos, así como colgados de las paredes, los múltiples premios con los que se ha reconocido la trayectoria y profesionalidad de Chicho.

En las paredes de PROINTEL también encontramos divertidas caricaturas que dibujantes han hecho sobre Narciso Ibáñez Serrador.

En los archivos de PROINTEL se conservan además horas y horas de vídeo con las principales producciones de Chicho Ibáñez Serrador («Historias para no dormir», «Un, dos, tres...», etc). En latas se conservan horas y horas de vídeo de la mejor televisión hecha nunca.

LOS PROGRAMAS DE PROINTEL

Sin duda, el programa estrella de PROINTEL fue «Un, dos, tres... responda otra vez», que desde 1972 cosechó enorme éxito, siendo de los programas más rentables para TVE, ya que los ingresos publicitarios obtenidos con su emisión superaban ampliamente lo que se abonaba a la productora de Chicho.

En las oficinas de PROINTEL se preparaban los guiones y Chicho se reunía con los responsables de cada departamento (producción, realización, decoración, vestuario. ambientación musical, etc.) para preparar cada uno de los programas de «Un, dos, tres...», concretándose y materializándose las ideas del “jefe”.

Los muros de las oficinas de PROINTEL fueron testigos de importantísimos hitos en la historia de «Un, dos, tres...», como la elección y los primeros ensayos de Chicho Gordillo como sucesor de Kiko Ledgard, aunque finalmente no fructificara y la auténtica sucesora de Kiko fuera Mayra Gómez Kemp.

También en PROINTEL mantuvieron horas de reuniones y ensayaron y aprendieron de Chicho los sucesores de Mayra, que fueron Miriam Díaz-Aroca y Jordi Estadella. Precisamente, en el despacho de Chicho se forjó la gran amistad que unió al director con el presentador catalán hasta la muerte de éste en 2012.

Kiko Ledgard fue el primer presentador de «Un, dos, tres... responda otra vez» y tuvo una excelente sintonía con Narciso Ibáñez Serrador, debido a que Kiko conocía perfectamente el formato y la mecánica del programa, de modo que las reuniones preparatorias en las oficinas de PROINTEL eran totalmente fructíferas.

Con la segunda presentadora del concurso, Mayra Gómez Kemp, la relación no fue menos fluida; al contrario, entre Chicho y Mayra se creó una química muy especial que rozaba a veces la telepatía. Ambos eran trabajadores incansables y se compenetraban a la perfección. Chicho la consideraba como la mejor presentadora que ha tenido «Un, dos, tres...».

Jordi Estadella y Miriam Díaz-Aroca también pasaron largas horas en las oficinas de PROINTEL escuchando al maestro Ibáñez Serrador darles consejos e indicaciones acerca de cómo presentar el concurso.

Josep María Bachs viajaba de Barcelona a Madrid para preparar y grabar el programa. Se alojaba en unos apartamentos propiedad de PROINTEL y desde allí acudía, bien a la sede de la productora a ensayar, bien a los Estudios Buñuel a grabar el programa.

El último presentador de «Un, dos, tres...», Luis Larrodera, también estuvo muy vinculado a Chicho y a PROINTEL, pues estaba dispuesto a exprimir al máximo la oportunidad de trabajar y aprender al lado de don Narciso. La vinculación con la productora ha continuado hasta nuestros días, ya que Luis guarda una excelente relación con Alejandro Ibáñez y con todo el equipo de PROINTEL, hasta el punto de que ha colaborado en programas pilotos de futuros proyectos televisivos de la productora.

Uno de los episodios más desagradables a los que tuvo que someterse Narciso Ibáñez Serrador como responsable de su productora fueron las acusaciones que se vertieron en varios medios de comunicación de que Chicho a través de PROINTEL cobraba por duplicado por producir «Un, dos, tres...». El director tuvo que convocar una rueda de prensa para desmentir la injuria y evitar que el descrédito hacia su persona aumentara.

Otra de las producciones de PROINTEL fue «Historias para no dormir», en su etapa de 1982, aunque fueron pocas las que se emitieron. Antes de cada episodio, Chicho Ibáñez Serrador hacía una presentación de corte humorístico, acompañado de la actriz Luisa Armenteros.

Un concurso de factura más sencilla también de la productora de Chicho fue «Waku waku», que contó con varias etapas. Los primeros programas, emitidos a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, fueron presentados por Consuelo Berlanga.

Entre 1998 y 2001 Chicho volvió a poner en antena «Waku waku», con Nuria Roca como presentadora.

Uno de los programas más trasgresores de PROINTEL fue «Hablemos de sexo». Muchos vaticinaron que sería el gran fracaso de Narciso Ibáñez Serrador, por tratar temas que eran tabú en la televisión de principios de los años noventa, pero Chicho sabía que si trataban el tema desde el rigor y la naturalidad se podría conseguir hacer un buen programa divulgativo. Y así fue; Elena Ochoa se convirtió en una experta comunicadora de temas de sexo, a pesar de que era la persona que menos sabía de sexualidad, según Ibáñez Serrador; un buen equipo de sexólogos y psicólogos le asesoraban para que contara a los espectadores con naturalidad temas que hasta entonces no se habían tratado en televisión.

Heredero de «Hablemos de sexo» fue «Luz roja», que PROINTEL produjo entre 1994 y 1995, también presentado por Elena Ochoa.

Con «El semáforo» (1995-1997) Narciso Ibáñez Serrador y PROINTEL volvieron a hacer un formato de entretenimiento. Se trataba de un concurso en el que personas anónimas se presentaban ante el público para realizar una actuación, que podía ser del tipo que quisieran: cantar, bailar, recitar, hacer mímica, magia, etc. Una vez que el semáforo del plató se ponía en verde el público valoraba la actuación con aplausos o abucheos, según hubiera sido o no de su agrado.

El programa fue todo un éxito, y en eso ayudaron los presentadores, que generaban una trama durante toda la emisión, que resultaba muy entretenida. El programa estaba presentado por Jordi Estadella, Asunción Embuena, Marlene Mourreau; junto a ellos, el director de la orquesta, el maestro Quintano, fue ganando protagonismo y colaboraba en las tramas humorísticas.

Muchísimos personajes anónimos pisaron el plató de «El semáforo» en busca del ansiado aplauso del público; pero, sin duda, el más recordado fue “Cañita brava”, que acudió en varias ocasiones al programa, la mayoría de ellas fuera de concurso.

En 2003 PROINTEL y Narciso Ibáñez Serrador tuvieron dos formatos en antena. Uno de ellos fue «Jimamji kanana», que no era sino el «Waku waku» rebautizado, ya que este nombre no se podía utilizar por un problema de derechos reservados.

En esta ocasión la presentadora fue Rosa García Caro, una periodista procedente del mundo de la radio, a quien Chicho descubrió para la televisión.

El otro formato que PROINTEL produjo en 2003 fue un concurso para Castilla La Mancha Televisión. Se trataba de «Memoria de elefante».

El programa estaba presentado por la simpática Patricia Pérez, conocida por haber presentado junto a Víctor Sandoval «Mamma mía» (Telemadrid).

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