¿CÓMO ES UN PLATÓ DE TELEVISIÓN?
Un plató de televisión es un sitio muy
caluroso; hasta cuarenta y cincuenta grados se pueden llegar a alcanzar en un
plató dado que son necesarios muchos kilovatios para iluminar cada
estudio. Por ejemplo, para dar luz al número 2 de los
Estudios Roma,
donde se grababa la segunda etapa de «Un, dos, tres... responda otra vez», se necesitaban
500 kilovatios (equivalentes a 8.300 lámparas domésticas de 60 vatios).
La forma de un plató es similar a los hangares de
los aviones: planta rectangular y techo curvo, con un emparrillado o
armadura de acero que soporta los focos. Este emparrillado es un
auténtico laberinto de pasillos por donde se hacen circular los focos,
para concentrarlos o dispersarlos, de acuerdo con las necesidades de la
grabación.
Las paredes y el suelo de los estudios
están especialmente insonorizados para evitar la reflexión de las ondas
sonoras. En las paredes se utilizan bloques de vidrio, cubierto con tela
de arpillera o planchas metálicas porosas de una aleación ligera. En el
suelo se suele utilizar un linóleo especial que amortigua los ruidos.
Para dar sensación de profundidad
alrededor del estudio se coloca un ciclorama o tela neutra que camufla
la intersección vertical-horizontal y produce una especie de fondo
espacial.
EL ESTUDIO 1 DE PRADO DEL REY
El mítico Estudio 1 de Prado del Rey,
uno de los más grandes que había en Europa en los años sesenta y setenta, albergó
en 1972 la grabación del concurso «Un, dos, tres... responda otra vez».
Sus casi 800 m²
sirvieron de escenario para Kiko Ledgard, las azafatas, don Cicuta y sus
Cicutillas, etc.
Semana tras semana el
Estudio 1 se
transformaba según requiriera la ocasión. Así una semana era una plaza
de toros o la pista de un circo, por ejemplo. Pero, quizás, lo más
sorprendente fuera el día que el programa estuvo dedicado a las Fallas
de Valencia, ya que a Chicho se le ocurrió la idea de montar una falla
en el plató y... ¡que ardiera! Sin duda, fue una operación arriesgada y
peligrosa, pero afortunadamente todo salió perfectamente y los
espectadores pudieron disfrutar de una auténtica cremá en un
plató de televisión.
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El Estudio 1 de Prado del Rey
convertido en una falla |
LOS ESTUDIOS ROMA
Para la segunda etapa no se pudo contar
con el Estudio 1 de Prado del Rey y las grabaciones de «Un, dos,
tres...» se hicieron en los Estudios Roma, sitos en Fuencarral.
Un poco mayor que el de Prado del Rey, el número 2 de los
Estudios Roma fue el plató donde se grabaron las etapas segunda y
tercera de «Un, dos, tres...».
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El
número 2 de los Estudios Roma tenía 800
m² |
La tercera etapa se grabó en el mismo estudio que
el de la etapa anterior, pero el hecho de que en el set de los
concursantes se situaran ya las tres parejas y no una sola como en la
etapa anterior, provocó que los tres sets estuvieran excesivamente
juntos, aunque desde casa no nos diéramos cuenta al no tomarse planos
generales donde se vieran los sets juntos.
Las etapas cuarta y quinta se grabaron también en
los Estudios Roma, pero en un plató aun mayor que el anterior;
así lo reconocía el propio Chicho en la presentación de la cuarta etapa:
entre las pocas novedades que ofrecía el programa en esa nueva etapa
estaba que
“la carpa del circo «Un, dos, tres...»” se había hecho un poco más
grande.
De los 800 m²
del anterior estudio, se pasó a algo más de 1000 m².
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Una vista general del plató de la cuarta etapa tomada desde las gradas
del público |
La mayor superficie de este plató y el hecho de que fuera más ancho que
largo, permitió que los sets de “las Tacañonas”, de los concursantes y
de las azafatas estuvieran más separados que en la tercera etapa.
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El
plató de las etapas cuarta y quinta fue más grande que el de las dos
etapas anteriores |
NUEVAMENTE EN EL ESTUDIO 1 DE PRADO DEL REY
En la sexta etapa, «Un, dos, tres...» volvió a
mudarse al
Estudio
1 de Prado del Rey.
Mayra, en el primer programa, explicó que el concurso no iba a presentar
cambios significativos; eso sí, anunció que Chicho estaba preparando un
“súper
«Un, dos, tres...»”
que vería la luz en años posteriores; pero que la etapa que se estrenaba
aquel día iba a ser más modesta, ya que incluso el plató era más pequeño
que el utilizado en las etapas anteriores.
En efecto, el Estudio 1 era de dimensiones más
reducidas que los Estudios Roma. Ello obligó a construir los decorados
casi llegando a la zona de la mesa de la subasta, lo que justificaba,
aun más, grabar todas las actuaciones musicales y entradas de regalos el
día anterior a la grabación del programa con los concursantes.
EL E-3 DE LOS ESTUDIOS BUÑUEL
Inaugurados en septiembre de 1988, los
Estudios Buñuel, sitos en la avenida de Burgos, contaban con el
plató más grande de Europa en aquel entonces. El E-3 y sus casi
2000
m²
acogieron las últimas etapas de «Un, dos, tres...». Otros programas
míticos que se realizaron en los Estudios Buñuel fueron «¿Qué
apostamos?» o «El Grand Prix del Verano», pero, sin duda, la
transformación más espectacular que sufrieron los Estudios Buñuel fue
con el programa «La noche de los castillos», para el cual todos los
platós se convirtieron en las distintas estancias de un castillo.
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Las etapas de los noventa y «Un, dos, tres...
¡a leer esta vez!»
se grabaron en el inmenso E-3 de los Estudios
Buñuel
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La gran superficie del E-3 permitió construir unas
gradas más grandes, que acogían a un mayor número de personas de
público; concretamente, quinientos setenta y seis en las etapas séptima, octava y novena, y
cuatrocientos ochenta en «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!».
Lógicamente, al ser un plató mayor se pudieron construir decorados mucho
más espectaculares que los de las etapas de los años ochenta, aunque también
más caros: aproximadamente, siete
millones de pesetas.
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