Inicio > Un recorrido por la historia del «Un, dos, tres...» > Por la boca muere el pez · 3

 

 

Por la boca muere el pez

 

 

 

Después de presentar «Un, dos, tres...» estuve presentando «La ruleta de la fortuna» seis meses en Antena 3, y «Luna de miel» en las autonómicas. Es muy difícil cambiar cuando te ponen una etiqueta, y eso me ha ocurrido a mí. Con la llegada de las televisiones privadas sabía que sólo me iban a llamar para ofrecerme concursos; no me proponen ningún otro proyecto porque creen que no lo voy a aceptar, pero quienes tienen que cambiar el chip son los programadores”.

 

           Mayra Gómez Kemp, 1997

 

«La ruleta de la fortuna» - 1990              «Luna de miel» - 1992

 

  

 

    

«Un, dos, tres...» es un programa muy complicado. Detrás de mí tengo a 400 personas del público a los que me es difícil controlar porque los tengo de espaldas. Luego los concursantes son impredecibles y no sabes por dónde van a salir o qué regalo van a escoger o rechazar. Tengo que estar preparada para lo que sea y saber improvisar.

 

Con los cómicos es distinto; me tengo que saber muy bien el papel ya que no puedo cambiarles el diálogo, puesto que les fastidiaría el chiste”.

 

           Mayra Gómez Kemp, 1984

 

«Un, dos, tres...» - 1984

 

  

 

    

 

Al principio el propio Chicho se ocupaba de mis “trapos. El quería que yo diera una imagen sencilla y familiar, dentro de una línea clásica. Más adelante llegamos a un consenso: yo también opinaría sobre el estilo de ropa; no en vano, la “percha” era yo. Me gusta ir clásica, aunque no tanto como Chicho pretendía. Y siempre con un toque actual y deportivo.

 

La sastra del programa, Carmen de la Casa, y yo íbamos cada seis semanas a la boutique. Entre las dos comprábamos pantalones, faldas, blusas y vestidos; siempre en colores básicos para hacer combinaciones. Ropa que una vez utilizada por mí quedaba en propiedad del programa.

 

También aportaba cosas mías: una chaqueta, unas botas, algunos detalles. Y a veces me ponía prendas y adornos que me cedían mis compañeras del programa, como unos zapatos comodísimos que me regaló Paloma Hurtado.

 

En cualquier caso, no siempre estuve contenta con el vestuario que me tocó llevar. Y es que el público ignora que me vestía condicionada por el sonido. En efecto, debido a que no pertenecía sentada ni quieta, tenía que utilizar un micro inalámbrico. El artilugio es un cajetín con pilas y antena del tamaño de un transistor normal. Va sujeto a la espalda con un cinturón, como si fuera una chepa baja que es preciso disimular con ropa ancha y suelta. De ahí que a veces diera la impresión de estar gorda; es más llegó a rumorearse que estaba embarazada.

 

           Mayra Gómez Kemp, 1986

Mayra Gómez Kemp - «Un, dos, tres...» (1982)

  

  

 

 

Tengo una gran fe en Chicho y sé que él nunca dejaría que yo saliera malparada. De lo contrario no me hubiera decidido a presentar el programa.

 

Estoy muy satisfecha con los cuatro programas que llevamos grabados. Todo es mejorable siempre y pido un margen de confianza y un poco de tiempo. Como dice Chicho, esto es como un coche, que necesita de rodaje antes de salir a la carretera. Por eso no podemos ser tajantes a la hora de juzgar”.

 

           Mayra Gómez Kemp, 1982

 

«Un, dos, tres...» - 1982

 

  

 

    

Mayra Gómez Kemp - «Un, dos, tres...» (1982)

Recuerdo que el primer programa lo grabamos en julio. Esa tarde hacía un calor horroroso y en los Estudios Roma no había aire acondicionado. Con todo el plató lleno de gente y todos los focos encendidos, disfrutábamos de una agradabilísima temperatura de ¡55 grados! Terminé derretida.

 

           Mayra Gómez Kemp, 1986

  

  

 

 

El día en que Narciso Ibáñez Serrador quiso ofrecerme presentar el «Un, dos, tres...», yo estaba en la peluquería y recibo una llamada de su mujer: ‘Mayra, soy Diana. Chicho quiere hablar contigo. ¿Cuándo es buena hora para llamarte a casa?’. Le dije que me llamara a las dos de la tarde, que ya habría vuelto de la peluquería.

 

Me llamó con puntualidad y sin tapujos me dijo: ‘Nena, ¿cómo estás? Quiero que presentes el «Un, dos, tres...»’. Mi reacción fue decirle ‘Chicho, ¿borracho ya a estas horas?’. Luego descubrí que ni estaba borracho, ni bromeaba”.

 

           Mayra Gómez Kemp, 1986

 

«Un, dos, tres...» - 1982

 

  

 

 

Con el “Trío Acuario” tuvimos mucho éxito, nos salieron muchas galas; pero María Durán y Beatriz Escudero empezaron a tener pronto problemas con Narciso Ibáñez Serrador. Había días que llegaban a la grabación por los pelos y con la lengua fuera. No tenían ni tiempo de ir a probarse el vestuario. Hablo de mis compañeras porque yo no sufrí esos problemas. Ni era azafata ni estaba fija en el programa; no era más que la “loquita”; me daban papelitos cortos, y no todas las semanas, por lo que disponía de más tiempo para los bolos.

 

En febrero de 1977 María y Beatriz dejaron el «Un, dos, tres...». Una de las semanas llegaron de Galicia con el “control cerrado”, que dicen los ciclistas. Chicho ya había dado orden de sustituirlas”.

 

           Mayra Gómez Kemp, 1986

 

El trío Acuario

 

  

 

 

Por supuesto que veía de pequeña el «Un, dos, tres...». Toda una generación estaba esperando a que llegara el viernes para ver el programa. Era el gran espectáculo de la semana.

 

Mi sueño era ser como Beatriz Carvajal en «Un, dos, tres...». Cuando la conocí y se lo comenté, me respondió: Pero qué vieja me haces, ¿no?”.

 

           Llum Barrera, 2004

 

Llum Barrera - «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004)

 

  

 

 

Para mí es una satisfacción inmensa que Chicho cuente conmigo para el «Un, dos, tres...». Primero porque es un espacio que llega a un gran número de espectadores; tener la oportunidad de hacer reír, de distraer, aunque sólo sea por unos minutos, a toda esta gente es un lujo que no se puede desaprovechar. Y segundo porque Chicho es un excelente profesional, muy exigente en el trabajo, y si al cabo de tantos años sigue contando conmigo es porque debe considerar que yo soy otra buena profesional, y que Chicho piense esto no puede por menos que halagarme profundamente”.

 

           Beatriz Carvajal, 1985

 

Beatriz Carvajal - «Un, dos, tres...» (1984)

 

  

 

 

Estoy encantado de volver al «Un, dos, tres...» y recibir el cariño del público. Después de llevar unos diez años en el programa, volver a él es como volver a casa. Cuando Chicho me llamó para ofrecerme trabajar en esta etapa de «Un, dos, tres...» acepté encantado”.

 

           Bigote Arrocet, 1984

 

Bigote Arrocet

 

  

 

 

Tenía muchas ganas de volver a trabajar con Chicho porque es un gran maestro. Yo estuve en «Un, ds, tres...» hace nueve años y me apetecía repetir la experiencia”.

 

           Pepe Viyuela, 2004

 

Pepe Viyuela - «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004)

 

  

 

 

No sé por qué me eligió Chicho; a mi madre le comentó que era muy espontánea. En las pruebas me dijo que interpretara a una niña repipi; también tuve que contarle un chiste verde. Se ve que le gustó mucho porque el chiste se ha hecho muy famoso entre los del equipo.

 

           Silvia Abascal, 1994

Silvia Abascal - «Un, dos, tres...» (1994)

 

haz clic en la flecha para leer más declaraciones incluidas en la web anteriormente  

 

Agradecemos a Miguel, Cándido, Jorge y David
su colaboración en esta sección

 

 

volver atrás

 

www.lawebdelundostres.es

undostres@lawebdelundostres.es