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En la grabación del programa dedicado
a los exámenes de septiembre

7 de septiembre de 1987

 

 

Fernando estuvo presente en la grabación del programa
dedicado a los exámenes de septiembre y nos cuenta su
experiencia en este relato cuya lectura recomendamos

 

 

 

  

   

Tras el verano de 1987 se me ocurrió que sería una buena idea acudir a una grabación de «Un, dos, tres...» y ver cómo se hacía por dentro mi programa favorito. Para ello me puse en contacto con un conocido que trabajaba para TVE y le pregunté si podía conseguirme invitaciones; él sabía la enorme ilusión que me producía el sentarme en las gradas del plató de «Un, dos, tres...» por lo que hizo todas las gestiones que pudo y me consiguió no sólo invitaciones para el día de la grabación con público, sino también para el día anterior, en el que se grababan los números musicales, entradas de regalos, etc.

 

Os podéis imaginar lo poco que dormí la noche anterior a la que acudí al plató; los nervios y la ilusión me embargaban, aunque al final el sueño me venció.

 

Mi contacto en TVE accedió a acompañarme al Estudio 1 de Prado del Rey, que es donde se grababa el «Un, dos, tres...» en 1987. Lo hizo para que no me sintiera solo, y en el fondo porque sabía que de no ir con él, yo habría interrumpido la grabación infinidad de veces preguntándolo todo. Mi amigo conocía a Chicho y sabía que si me ponía muy impertinente acabaría echándome del plató (y a mi amigo de TVE por invitarme a entrar).

 

Aquel día se podía notar la tensión en el ambiente. Después de un mes de vacaciones, Chicho no quería ningún fallo en la grabación de los números musicales y daba órdenes a diestro y siniestro desde el plató con un micrófono en la mano. En una de ésas fijó su vista donde yo estaba. Miró extrañado porque no me reconocía ni entendía qué hacía allí, pero era tanto el trabajo que había que hacer, y tan escaso el tiempo, que siguió dando órdenes.

 

En primer lugar se grabó un número musical en el que las chicas iban vestidas de colegialas. Lo protagonizaban Kim y Silvia, aunque en él intervenían todas las azafatas y un buen número de bailarinas. Me extrañó no ver a Jenny en el decorado; el día siguiente descubriría por qué...

 

Chicho ordenó que las chicas se colocaran en sus posiciones, agarró una cámara e hizo unos encuadres; dio unas últimas instrucciones desde el plató y se subió al control de realización. Me llamó la atención el silencio que se hizo en el estudio en ese momento; silencio que quedó roto cuando se escuchó nuevamente la voz de Ibáñez Serrador, ya desde megafonía, ordenando que comenzara a sonar la música.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Para mi gusto el número musical había quedado perfecto, pero Chicho ordenó que se grabara una vez más... Y otra... Y otra... A pesar del gran número de veces que las chicas tuvieron que repetir la toma, no perdían la sonrisa. Comprendí que eran grandes profesionales y que disfrutaban haciendo su trabajo.

 

Entre toma y toma salían del decorado, se secaban el sudor, se repasaban el maquillaje, bebían algo de agua y bromeaban entre ellas contándose anécdotas de las vacaciones.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

Por fin desde el control de realización se oyó a Chicho decir: “Es válida”. Mi amigo me explicó que no necesariamente sería la última toma la que Chicho utilizaría para el programa, sino que igual usaba la que primera había grabado, pero que siempre hacía varias grabaciones para utilizar la que él considerara mejor, o incluso mezclar varias.

 

De hecho, tras grabar el musical dijo: “Voy a tomar unos primeros planos”. La canción no sonó entera esta vez, sino tan sólo en la parte en que cantaban Silvia y Kim. No se invirtió mucho tiempo en esta grabación.

 

El tiempo se había echado encima y había llegado la hora de comer. Narciso Ibáñez Serrador dio permiso para acudir a la cafetería para que el equipo almorzara y los citó a la tarde para grabar el segundo número musical y la entrada de regalos.

 

Mi amigo y yo nos compramos un bocadillo que devoré a gran velocidad. No quería llegar tarde y perderme la grabación. La espera se me hizo eterna; yo había comido rápido, pero el equipo del programa tenía casi dos horas que apuraron al máximo. Aproveché ese tiempo para elucubrar cómo sería el segundo número musical. El primero había sido coral, aunque en realidad protagonizado por dos chicas, así que no se me ocurría cómo podía ser el segundo.

 

No tardé mucho en descubrirlo. El número iba a estar protagonizado por una chica a la que reconocí enseguida; era la que había debutado hacía unas semanas de la mano de Xavier Cugat y que en otro programa había tenido también una actuación: Nina.

 

Noté a Chicho muy cariñoso y pendiente de ella, explicándole dónde debía colocarse en cada momento ya que el decorado estaría a media luz y habría sitios donde no se le vería bien si se colocaba allí.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

También ese número se grabó varias veces, con la particularidad de que la primera vez que se grabó Chicho estaba en el plató muy atento a los movimientos de Nina, a la que corrigió en un par de ocasiones.

 

Terminada la grabación del número, mi amigo y yo nos marchamos sin quedarnos a ver la entrada de regalos, ya que teníamos prisa y la jornada siguiente iba a ser maratoniana.

 

 

 

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