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el público en «un, dos, tres...»

 

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

 

El «Un, dos, tres...» ha sido uno de los programas que mayor número de cartas y llamadas recibía de personas que deseaban asistir como público a una de las grabaciones. Tan es así, que es uno de los pocos espacios que no pagaba a las personas que acudían como público; en cambio, durante las grabaciones, se proponían juegos con los que se podía ganar algún dinerito.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

 

 

La grabación de cada programa de «Un, dos, tres...» podía llegar a ser agotadora, ya que comenzaban a las tres de la tarde y se alargaban hasta la noche o, incluso, la madrugada. Por eso, aunque todos llegaban muy ilusionados al plató, pocos son los que repetían la experiencia.

 

Para aliviar el cansancio, a mitad de la grabación se suele hacer un parón para tomar unos bocatas, unas patatas fritas, unos refrescos y una pieza de fruta, que el equipo del programa reparte entre los asistentes.

 

«Un, dos, tres...» - 1994

 

 

Narciso Ibáñez Serrador recibía personalmente al público en el plató y los iba colocando estratégicamente en los asientos; y esto porque hay determinados asientos de las gradas que están especialmente iluminados para captar primeros planos de las personas que estén sentados en ellos. Normalmente, a Chicho le gustaba colocar chicas jóvenes en la primera fila de la grada izquierda y en la segunda fila detrás de la mesa de la subasta.

 

«Un, dos, tres...» - 1994

 

 

Una vez colocados en sus sitios, Chicho se dirige a ellos dándole instrucciones acerca de cómo se va a desarrollar la grabación. El público en «Un, dos, tres...» no es un elemento pasivo, sino que requiere su colaboración y participación activa.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

El público a veces era sometido a auténticas perrerías ya que tenían que soportar que les arrojaran tinta, sardinas, polvo, líquidos..., o explosiones de petardos y variados sustos de este calibre.

 

Todo eso quedaba compensado con los juegos que se les ofrecían y con los que podían ganar mucho dinero. Algunos de estos juegos se desarrollaban fuera de cámaras, en los tiempos muertos de la grabación. Por ejemplo, en multitud de ocasiones, Chicho animaba a los miembros del público a que contaran chistes y el que más hubiera gustado se llevaba un premio.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Otros juegos, en cambio, se desarrollaban ante las cámaras, como el juego de “la faz más horrorosa” o el juego del disfraz.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

 

 

Otra posibilidad que tenía el público para ganar dinero en «Un, dos, tres...» era venderle al presentador objetos que necesitara en algún momento de la subasta, como una tijera.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972

 

 

Aunque cada programa del «Un, dos, tres...» se grababa con algunos días de antelación a la fecha de emisión, se recurría a la técnica del falso directo”, es decir, grabarlo todo seguido con las mínimas interrupciones, sobre todo, las actuaciones cómicas ya que la repetición de alguna de ellas provocaba que el público ya no se riera al escuchar el mismo chiste por segunda vez. Pero, como más vale prevenir que curar, Chicho solía grabar risas enlatadas del público, tanto en audio como en vídeo.

 

Durante muchos años fueron “Las Hurtado” las encargadas de hace reír a carcajadas al público con unas divertidas historias, antes de comenzar la grabación. Una vez conseguidos diversos planos del público riéndose, podían ser muy útiles para intercalarlos en la fase de postproducción si el público no reía en algún momento del programa.

 

Normalmente, los miembros del público eran gente anónima que acudían al programa para ver cómo se hacía por dentro el mayor show de la televisión, pero las gradas del plató han tenido el honor de acoger a personalidades como “Las Hurtado”, que estuvieron sentadas en primera fila en el primer programa de la cuarta etapa (9 de noviembre de 1984) para darle apoyo a la que iba a ser su sustituta (“Eugenia Enchufols del Tot”), o Santiago Segura, que si bien acudió al programa cuando todavía no era conocido, hoy es uno de los directores de cine españoles más aclamados.

 

Por otra parte, en los especiales de Navidad, los niños eran los auténticos protagonistas del «Un, dos, tres...», y no sólo eran los concursantes, sino que todos los compañeros de colegio de los niños que concursaban poblaban las gradas del programa para dar apoyo a sus amiguitos.

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

   

 

 

 

¿Estuviste en alguna grabación
del «Un, dos, tres...» como público?

 

¿Te gustaría compartir tu experiencia con todos nosotros?

 

Escríbenos un correo electrónico a undostres@lawebdelundostres.es
y nos cuentas qué recuerdos tienes de aquella tarde
que pasaste en el plató del «Un, dos, tres...».

 

EL
AUTOMOVILISMO

En el programa dedicado al automovilismo de
la primera etapa hubo una periodista que hizo
una completa crónica de la grabación
.

 

LA
NAVIDAD

Tuvimos un testigo en la grabación del programa
especial de Navidad de la quinta etapa.

 

BERLÍN
AÑOS 30

Un periodista estuvo presente en la
primera jornada de grabación del
programa dedicado a Berlín, años 30.

 

LOS EXÁMENES
DE SEPTIEMBRE

Fernando estuvo en la grabación del programa
dedicado a los exámenes de septiembre y ha
querido compartir con nosotros su experiencia.

 

LA
LOTERÍA

A partir de un reportaje de prensa, hemos
recreado la grabación del programa dedicado
a la Lotería
.

 

LA
CRISIS

Óscar Ríos estuvo en la grabación del programa
dedicado a la crisis de la octava etapa y nos ha
contado sus recuerdos.

 

«UN, DOS, TRES...
¡A LEER ESTA VEZ!»

Miguel Herrero estuvo en doce grabaciones de
«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!»
. Nos cuenta
todos los detalles de lo que ocurría en el plató.

 

 

ANÉCDOTAS
DEL PÚBLICO

 

Aquí recogemos algunas de las anécdotas que ocurrieron a lo largo
de la historia de «Un, dos, tres...» relacionadas con el público

 

JUEGOS EN LA
OCTAVA ETAPA

 

En esta sección recordaremos los juegos a los que Jordi Estadella
sometía a los miembros del público durante la octava etapa

 

DE PÚBLICO A
COORDINADOR DEL PÚBLICO

Jorge Szigriszt nos cuenta en primera persona su experiencia como

público y más tarde como coordinador del público en «Un, dos, tres...»

    

 

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