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Óscar Ríos estuvo en la grabación
del programa dedicado a la crisis

4 de diciembre de 1992

 

 

Óscar Ríos asistió como público de «Un, dos, tres...» en tres programas: el dedicado a la crisis, el último programa de la octava etapa, y el dedicado a las revistas del corazón. En esta ocasión, nos cuenta su experiencia en el programa de la crisis

 

 

 

 

   

En total he asistido cuatro veces al concurso, siempre de público, aunque la experiencia más anecdótica fue la primera vez que fui al programa. Aquella semana estaba dedicado a la crisis; yo ya lo sabía porque al hablar por teléfono con una de las coordinadoras, ella me avisó el tema del programa con antelación porque había una sección durante la subasta en la que el público se disfrazaba de algo relacionado con el tema de cada semana.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Yo desde muy pequeño siempre tuve la ilusión de asistir al programa por lo que, cuando tuve la edad idónea, me puse de forma voluntaria y por mi cuenta en contacto con TVE. Las grabaciones para todo el mes de noviembre de 1992 estaban cerradas y completas, por lo que el primer programa con plazas disponibles que me ofrecieron fue el dedicado a la crisis. Me facilitaron día, hora y lugar donde tenía que acudir. Finalmente, la cita para la grabación tendría lugar el 1 de diciembre a las dos de la tarde en los Estudios Buñuel de TVE, en la Avda. de Burgos, número 5, de Madrid.

 

«Un, dos, tres...» - 1992
Las colas para entrar en los Estudios Buñuel eran bastante amplias

 

 

Conseguí que me acompañaran al programa mi prima y una compañera de mi clase (los tres cursábamos la EGB en el mismo colegio); aquel día recuerdo que no comí, por los nervios; estaba a punto de realizar un sueño. Llegamos a la hora indicada a los estudios y allí se encontraban en la puerta unas diez personas haciendo cola. Yo sabía que en las gradas del «Un, dos, tres...» cabía mucha gente y me extrañaba que hubieran tan pocas personas esperando para entrar. Inmediatamente después de nuestra llegada a los Estudios Buñuel, llegaron seis o siete autocares repletos de gente. Después me percaté de la suerte que tuvimos al ser puntuales, ya que, por lo visto, el orden en la cola de acceso al recinto, sería el mismo del acceso al plató, de modo que si hubiésemos llegado cinco minutos más tarde, nos hubieran colocado en la zona conocida como el gallinero”, que es la zona mas alta de las gradas, y apenas se nos hubiera visto en la emisión del programa.

 

Me hizo gracia ver, mientras esperábamos para entrar, que Anthony Blake salió a la entrada de la sede de TVE a recibir a María Abradelo y Carolina, azafatas del programa, que llegaban en taxi.

 

María Abradelo             Carolina Rodríguez

  

 

Una vez que se formó la cola interminable que rodeaba todo el recinto de TVE, una coordinadora nos fue entregando una tarjeta. Esa tarjeta estaba dividida en dos partes mediante troquel; una mitad eran las instrucciones del público en el programa y otra era el control para el bocadillo y un pequeño cupón para rellenar con nuestros datos para realizar un sorteo entre todas las personas del público. Al acabar la grabación, se sorteaba un lote de productos de uno de los patrocinadores del programa (PHILIPS), sorteo que, en cualquier caso, se realizaba fuera de cámaras.

 

Las instrucciones que se nos daban en la otra mitad de la tarjeta eran sencillas pero muy importantes; cabe destacar que esa tarjeta de instrucciones era como las que leía el señor Estadella en la subasta pero el logo del programa que aparecía en el reverso estaba en blanco y negro. Algunas instrucciones que recuerdo eran:

 

El público, parte fundamental de nuestro programa, deberá seguir las siguientes intrucciones:

 

Está terminantemente prohibido realizar fotografías o filmaciones dentro del plató.

 

Deberán abstenerse de fumar, de consumir alimentos así como de masticar chicle.

 

Rogamos que una vez sentados no golpeen el suelo con demasiada fuerza, ya que debajo de las gradas existen numerosas conexiones y cables, que en caso de fallar, prolongarían innecesariamente la grabación.

 

Sigan en todo momento las indicaciones de las azafatas y de nuestros coordinadores de público.

 

Durante la grabación se realizarán juegos y bromas con el público; el mero hecho de asistir al programa, exime a RTVE y a Prointel de cualquier responsabilidad ante cualquier reclamación posterior.

 

Si usted ha ganado algún premio en alguna edición anterior del programa, no podrá optar a ninn otro premio.

 

A lo largo de la grabación habrá un corte de una hora durante el cual podrán tomar un refrigerio.

 

Durante la grabación habrá cortes que no serán considerados descansos, por lo que les rogamos que no se levanten de sus asientos ya que la grabación podría reanudarse en cualquier momento.

 

Si durante la grabación tuvieran la necesidad de abandonar el plató, por favor, diríjanse a las azafatas o coordinadores de público quienes les atenderán amablememente.

 

 

El acceso al plató se realizaba por las escaleras centrales de la zona de las gradas. Nos sentaron y una vez que estábamos todos en nuestro sitio, Chicho bajó a darnos la bienvenida dándonos al público un buen susto.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Nos decía que durante la grabación, el publico estaríamos rodeados de humo, un humo artificial, pero a diferencia del que rodea a los artistas, el humo que nos rodearía al publico sería de un alto nivel de toxicidad por lo que nos apañásemos para evitar respirar en los momentos en los que estuviéramos rodeados de ese humo. Todo era mentira claro, era una forma de distendir el ambiente. Pocas personas como el señor Ibáñez Serrador tienen la capacidad de aterrar a quinientas personas a la vez. El Jefe tenía en todo momento en una de sus manos un puro, por lo que él era el único que podía fumar en el plató.

 

Las hermanas Hurtado tomaron el testigo de Chicho y nos empezaron a contar cosas graciosas para hacernos reír; todo con un claro objetivo: pregrabar nuestras risas para enlatarlas y utilizarlas como relleno durante la postproducción. Recuerdo que una de las historias que nos contaban las Hurtado antes de empezar a grabar comenzaba así One mariposilla fly que te fly in the garden, when de repente... ¡PLOF! ostión with the flowers...”. También nos tuvieron largo rato aplaudiendo para realizar pruebas de sonido y enlatartambién los aplausos.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Miriam Díaz-Aroca estaba por el plató repasando el guión, al igual que Jordi Estadella, y con un gran aplauso espontáneo recibimos a los seis concursantes que entraban en ese momento a ocupar sus lugares en el set que les correspondía.

 

Frente a nosotros dos grandes monitores con una imagen característica del «Un, dos, tres...» pero inusual: un plano lateral de las escaleras y de las gradas pero sin apenas gente y con los escalones apagados (cada escalon aparecía iluminado en el programa). Antes de ocupar mi asiento, muy cerca de las escaleras, me fijé que tenía en la parte inferior del respaldo una pegatina de «El precio justo». Con el tiempo averigüé que las sillas en las que nos íbamos a sentar habían sido las gradas también del concurso de Joaquín Prat y de algunas etapas anteriores del «Un, dos, tres...».

 

La zona más cercana a las gradas estaba muy sucia, con latas de bebida, papeles, etc. y además se acercaron dos señoras de la limpieza a ensuciarlo más, incluso las escaleras, obviamente por orden de Chicho y a modo de atrezzo por el tema del programa de aquella semana.

 

A nuestra izquierda había una gran estancia a modo de almacén con más cámaras, objetos de los decorados y asomaba tímidamente parte de la mesa de la subasta. A nuestra derecha una entrada de acceso al plató, por la cual entraban algunos cómicos durante la subasta. Más adelante dos compuertas (creo que eran dos), una grande detrás de la cual se realizaba el juego de consolación y otra más pequeña para presentar premios.

 

Detrás de los monitores un complejo conjunto de cámaras y detrás de ellas, a la izquierda, el set de las Derrochonas”, en el centro el set de concursantes y a la derecha el de las secretarias. Cada set se formaba con dos piezas: una pared-decorado detrás y el resto del set en una plataforma transportable. Me llamó la atención ver que el set de las secretarias, cuando lo desmontaron, tenía la maquina de los cilindros (que decidía por cuanto dinero multiplicaban en la primera pregunta los concursantes) adherida a la pared-decorado del set.

 

Detrás del todo estaba el decorado del programa, que era una especie de desierto con pozos petrolíferos, pero estaba medio desmontado; fue entonces cuando me percaté de la gran envergadura del plató, era un plató enorme y en su día fue el más grande de Europa.

 

Las tres y media de la tarde eran cuando empezó a salir humo por todas las gradas; Chicho dio la orden de aplaudir, los figurantes comenzaron a bajar por las escaleras y así comenzó la grabación. En el plató no veíamos la cabecera, empezábamos directamente con el aplauso inicial de bienvenida. Las escaleras y las gradas comenzaron a llenarse de mendigos y gente harapienta mientras el plató se envolvía en un aroma parecido al incienso que supongo era el producto que utilizaban para obtener ese humo artificial.

 

Yo sabía que el público al comienzo del programa interactuaba con las Hurtado pero no me podía imaginar que me sacarían a mí para preguntarme en qué había que ahorrar para afrontar la crisis. Cuando vi a Paloma Hurtado dirigirse hacia mí, me eché a temblar, casi me caigo al salir a las escaleras, y no sabía que responder, así que como nadie me hizo ninguna indicación yo respondí lo primero que se me vino a la cabeza: “luz y dinero”. Aún hoy, la prima que me acompañó al programa sigue convencida de que aquello estaba pactado por mí y las Hurtado, cosa que no era cierta en absoluto. Además, casi me da la risa en ese momento porque Miriam Díaz-Aroca le tiraba trozos de patata a Jordi Estadella.

 

En este vídeo vemos el comienzo de este programa.

 

 

 

Obviamente, la grabación en sí, se realizaba en el mismo orden de emisión del programa, es decir, primero la tanda de preguntas, después la eliminatoria y finalmente la subasta.

 

Mediante los dos grandes monitores seguíamos el transcurso de la grabación de la tanda de preguntas, ya que entre el público y los sets de concursantes, secretarias y “Derrochonas” estaba todo el centro de cámaras y apenas podíamos ver directamente el desarrollo de las preguntas.

 

 

 

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