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¿Cómo se grababa el «Un, dos, tres...»?

Capítulo 1

 

 

 

 

ANTES QUE NADA HAY QUE ESCRIBIR EL GUIÓN

 

Lógicamente, antes de grabar cada programa, Chicho Ibáñez Serrador y todo su equipo de guionistas debían tener listo el guión. Sin duda, esta tarea era bastante ardua, ya que cada emisión contaba con varias actuaciones cómicas y dos números musicales, como mínimo, además de las preguntas que había que redactar en número suficiente para la primera parte del concurso.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

Al presentador se le entregaba un dossier informativo acerca del tema que se iba a tratar cada semana. Este dossier, redactado por el equipo de documentación capitaneado por Juana del Castillo, servía para que el presentador se hiciera una idea global del tema que se iba a abordar en «Un, dos, tres...». Junto con el dossier, al presentador se le entregaba también el guión completo del programa. El presentador era el que se llevaba la peor parte, ya que tenía que aprenderse el guión completo para poder dar la réplica correcta a los actores y humoristas; en cambio, éstos sólo tenían que aprenderse su parte correspondiente.

 

«Un, dos, tres...» - 1994

Chicho se reunía con todo su equipo de colaboradores
para escribir el guión de cada programa

 

  

 

  

PASE DE GUIÓN

 

Los domingos, en la oficina de Narciso Ibáñez Serrador, se reunía todo el equipo artístico de «Un, dos, tres...» para hacer el pase de guión. Con los folios en la mano, cada uno iba leyendo la parte que le correspondía y Chicho iba haciendo las indicaciones oportunas. Una vez que todos sabían lo que tenían que decir y cómo decirlo, la reunión terminaba y cada uno se volvía a su casa para estudiar su texto.

 

  

 

   

SELECCIÓN DE CONCURSANTES

 

Siendo el «Un, dos, tres...» un concurso, una labor fundamental a la hora de preparar cada programa era la selección de concursantes. Al apartado de Correos que el programa habilitaba para recibir las cartas de los concursantes llegaban miles de ellas; parejas de toda España estaban deseosas de concursar en el programa para poder optar a los buenos premios que se ofrecían en el mismo.

 

El equipo de producción se encargaba de abrir todas las cartas y seleccionar las más simpáticas; después llamaban a los elegidos y coordinaban con ellos el día en que acudirían a Madrid para grabar su participación.

 

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres... responda otra vez» (1976)

El propio Chicho leía personalmente en ocasiones
las cartas de los concursantes

 

 

«Un, dos, tres...» se encargaba de todos los gastos de desplazamiento y alojamiento. El día de la grabación, los concursantes eran recogidos en su hotel en una furgoneta y trasladados al plató. En esos tiempos compartidos, las parejas se relacionaban entre sí y procuraban tranquilizarse mutuamente.

 

«Un, dos, tres...» - 1984

 

  

 

   

ELECCIÓN Y DISEÑO DEL VESTUARIO

 

Con carácter previo a la grabación también había que elegir el vestuario que utilizarían todos los miembros del equipo. El más sencillo de preparar era el de los presentadores varones, ya que utilizaban esmoquin o traje con corbata, aunque es cierto que en no pocas ocasiones Kiko Ledgard, por ejemplo, utilizó americanas de fantasía o de diversos colores; Jordi Estadella, por su parte, en algunos programas de la octava etapa apareció caracterizado según el tema del programa en cuestión.

 

Kiko Ledgard - «Un, dos, tres... responda otra vez» (1977)

 

 

Pero, desde luego, la tarea de elección de vestuario era mucho más complicada con las presentadoras; Mayra Gómez Kemp invertía mucho tiempo con la sastra de TVE, Carmen de la Casa, tratando de seleccionar los trajes más idóneos para aparecer cada semana en el programa.

 

Mayra Gómez Kemp - «Un, dos, tres...» (1983)

 

 

Por su parte, el diseño del vestuario de Miriam Díaz-Aroca conllevaba la misma dedicación que el de las azafatas, ya que solía salir caracterizada según demandaba el tema de cada emisión.

 

     
Miriam Díaz-Aroca - «Un, dos, tres...» (1993)

Miriam Díaz-Aroca en el departamento de
vestuario de los Estudios Buñuel con el vestido que
llevó en el programa titulado “Salimos de noche”

 

  

En efecto, el vestuario de las azafatas requería que los figurinistas, entre los que destacan José Manuel Ponce o José Miguel Ligero, dibujaran los diseños cada semana. Después, el equipo de sastrería de TVE daba vida a esos diseños. El trabajo era frenético ya que había que coser los trajes de las seis azafatas y de todos los miembros del ballet.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

  

 

   

DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN DEL DECORADO

 

Además de los decorados fijos (zona de las gradas, paredes laterales, sets de concursantes, azafatas y parte negativa), el «Un, dos, tres...» requería que cada semana se diseñara y construyera un decorado temático. La escenógrafa durante muchos años, Ana del Castillo, era la encargada de diseñar el decorado, del que se hacía una maqueta en miniatura para que Chicho se hiciera una idea del resultado final y fuera pensando los planos y los encuadres.

 

Una vez diseñado y aprobado el decorado, en los talleres de TVE, los carpinteros y atrezzistas se afanaban en tener preparado a tiempo todos los detalles de ambientación que requería el programa.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

El ritmo frenético semanal para tener preparado el decorado a tiempo provocaba las quejas del equipo de decoración, que manifestaba que no siempre contaban con el tiempo suficiente para trabajar con tranquilidad. No obstante, su profesionalidad la demostraron semana tras semana teniendo preparado a tiempo el decorado.

 

  

 

  

CUESTIONES TÉCNICAS

 

Por su parte, mientras el equipo artístico hace la primera lectura de guión en las oficinas de Chicho Ibáñez Serrador, mientras los encargados de vestuario cosen los trajes, y mientras los carpinteros terminan de construir los decorados, el equipo técnico prepara todo para que el día de la grabación fallen el menor número de cosas posible. Hay que repasar todos los aparatos eléctricos, hay que situar los focos y vigilar que todos iluminan, comprobar que el equipo de sonido funciona...

 

De ellos depende que el día en que se realice la grabación sólo haya que parar la grabación por fallos humanos y no técnicos.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

La labor del equipo técnico es básica para el éxito de la grabación

 

 

 

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