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¿Cómo se grababa el «Un, dos, tres...»? Capítulo 6 |
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LA GRABACIÓN DE LA SUBASTA
La subasta se intentaba grabar como si fuera un falso directo, ya que si alguna actuación cómica había que repetirla, en casa podría hacer gracia, pero en el plató los miembros del público estarían serios, ya que habrían oído el chiste previamente y la segunda vez ya no les haría reír. En cualquier caso, en ocasiones se hacía necesario repetir alguna toma y para disimular las caras serias del público, Chicho echaba mano de los planos que había grabado al comienzo de la tarde, con el número de la mariposa de las Hurtado, tal y como explicábamos anteriormente.
El esquema de colocación de las cámaras para la grabación de la subasta se repitió etapa tras etapa.
En el lateral derecho del plató se colocaban una o dos cámaras para captar los primeros planos de los concursantes en el momento en que tenían que decir qué regalo de los que había en la mesa decidían descartar.
Esa misma cámara es la que tomaba los primeros planos de los cómicos cuando se acercaban a la mesa de la subasta para conversar con el presentador.
La cámara número tres era la que se montaba sobre la grúa y servía para los planos generales de la mesa con los concursantes y el presentador y para captar la bajada y subida de humoristas por la escalera.
Una cuarta cámara colocada frente a la mesa servía para obtener los primeros planos del presentador.
Sobre este esquema básico se podían introducir variantes, como colocar una quinta cámara frente a la grada izquierda, que era seleccionada cuando el público aplaudía o reía a carcajadas, o utilizar una “cabeza caliente” para obtener un plano aéreo de toda la grada y la mesa de la subasta.
En una de las pausas publicitarias de la subasta se hacía un descanso para tomar un tentempié. El público salía del plató y en una de las salas anejas se les entregaba una bolsa con un bocadillo, una lata de refresco y una bolsa de patatas fritas.
Después del refrigerio comienza la recta final de la grabación. El público ya acusa el cansancio y eso se nota en algunas caras. No obstante, en los momentos finales de la subasta el público se viene arriba y comienza a animar a los concursantes aconsejándoles dejar uno u otro regalo. Sin embargo, la decisión final es exclusiva de los concursantes; si su elección es correcta se llevarán un buen premio y la grabación acabará con un buen sabor de boca.
LOS SUFRIDORES
Durante la grabación de la subasta intervenía también otro set, que era el de los sufridores, respecto de los cuales se iban intercalando imágenes durante el desarrollo de la subasta. Este set estaba colocado normalmente en el lado derecho del plató, según se miraba hacia las gradas del público.
MONTAJE FINAL
Seguramente la grabación se haya alargado hasta altas horas de la madrugada; el público abandona el plató y se dirige hacia los autobuses rumbo a su lugar de origen; los más jóvenes del equipo es posible que todavía tengan ganas de fiesta y tomar una copita en el pub que hay al lado de los estudios donde se graba el «Un, dos, tres...»... Chicho, no; recoge todo y se marcha a casa a descansar, ya que al día siguiente le espera un duro trabajo con todo el equipo de post-producción: el montaje final del programa.
No es tarea fácil, ya que se trata de formar un “puzzle” con todo el material bruto grabado y conseguir que la emisión resulte continuada sin que se noten cortes bruscos.
Realizada esta laboriosa tarea el programa estará listo para su emisión el viernes. Chicho y todo su equipo habrán conseguido que cuatro o cinco horas de grabación bruta queden reducidas a los noventa o ciento veinte minutos de duración máxima que tenía cada programa. |
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