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Los juegos de la subasta |
En ocasiones, en los últimos regalos de la subasta se escondía un juego con el que los concursantes, con un poco de suerte, podían ganar una buena cantidad de dinero. El juego era una buena opción, sobretodo si a lo largo del programa ya habían aparecido los principales premios (el coche, el apartamento, el viaje, etc.); antes de irse a casa con un recuerdo indeseable, bien merecía la pena probar suerte e intentar conseguir algo de dinero.
Juegos hubo de muchos tipos en la subasta del «Un, dos, tres...», pero fundamentalmente relacionados con cartas, como el juego de “mayor o menor”: se trataba de ir sacando cartas y acertar si la siguiente sería mayor o menor que la anterior.
Otro tipo de juego que se usó en varios programas fue el del “sí o no”: consistía en un panel con casillas tras las que se escondía una pregunta relacionada con los premios. Los concursantes debían responder sí o no antes de desvelar el contenido de cada casilla.
Un juego que también se repitió en alguna ocasión fue el del reloj: consistía en que se accionaba un cronómetro y el concursante debía contar mentalmente sesenta segundos y decir “ya”. Si sus cálculos se aproximaban al minuto auténtico, con un margen de error de cinco segundos arriba o abajo, ganaban el millón de pesetas. Era un juego que requería mucho control mental y concentración.
Otro juego que salió en varias ocasiones fue el del viaje a rumbo desconocido. Se trataba de disparar con un arco y una flecha a un panel oculto que escondía un mapa. Allí donde hubiere caído la flecha sería el destino de los concursantes, si bien se desconocía cómo era el mapa oculto; en una ocasión fue el plano de Móstoles.
Un juego en el que no se ganaba dinero, sino un coche, era el de las llaves: de entre un buen número de llaves, sólo una abría las puertas del automóvil; si los concursantes daban con ella, se llevaban a casa el coche.
En algunos finales de etapa se ofrecieron a los concursantes juegos consistentes en ir descartando regalos que se habían ofrecido a lo largo de la etapa que concluía. La intuición de los concursantes influía muchísimo, ya que cuantos más premios malos descartaran, mejores premios les quedarían en su elección final.
Con la entrada de firmas patrocinadoras en las etapas séptima y octava, en ocasiones se ofrecieron juegos relacionados con el patrocinador, como, por ejemplo, la aseguradora “Ocaso” y el juego de los grifos: por cada grifo abierto del que no saliera agua se ganaba un millón de pesetas.
La mayoría de las veces los juegos ofrecían una cantidad mínima que servía de colchón, de forma que los concursantes siempre ganarían una cantidad por mínima que fuera. En cambio, en otras ocasiones, existía el riesgo de no llevarse nada, y así ocurrió con los juegos de los programas dedicados a La Mancha (16 de septiembre de 1983), a los casinos de Las Vegas (25 de marzo de 1994) y a “Robin Hood” (23 de abril de 2004). |
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ofrecieron |
En el programa dedicado a “Las mil y una noches” (6 de abril de 1987), los concursantes jugaron al panel de “sí o no”.
En el programa dedicado a “Robin Hood” (23 de abril de 2004), los concursantes se atrevieron con un juego que conllevaba el riesgo de no ganar nada. Veamos qué ocurrió...
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