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La máquina de los cilindros |
SÉPTIMA ETAPA (1991-1992)
En la séptima etapa de «Un, dos, tres...» (1991-1992) también se utilizó la máquina de los cilindros para determinar la cantidad por la que multiplicaban los concursantes las respuestas dada a la primera pregunta.
Los cambios respecto a las etapas anteriores se materializaron en un aumento considerable de las cantidades. En el primer cilindro había 1, 2 y 3; en el segundo y tercero del 0 al 9. De este modo, la cantidad mínima que se podía obtener eran 100 pesetas, y la máxima 399.
La encargada de accionar la máquina en esta etapa no fue una azafata, sino la co-presentadora, Miriam Díaz-Aroca, que tenía que soportar las burlas de su compañero Jordi Estadella por obtener cifras más bien bajas.
A partir del programa dedicado a San Valentín (14 de febrero de 1992) en el primer cilindro no sólo hubo 1, 2 y 3, sino también 4 y 5, por lo que la cantidad máxima que se podía obtener era la de 599 pesetas; sin embargo, Miriam Díaz-Aroca, “por sí sola”, nunca consiguió obtener más de un 3 en el primer cilindro.
Como anécdotas relacionadas con la máquina de los cilindros podemos señalar que en el programa dedicado a la lotería (13 de diciembre de 1991), Miriam le ofreció a la pareja de campeones la oportunidad de doblar la cantidad obtenida por la máquina de los cilindros si adivinaban cuál sería la última cifra; lamentablemente, no lo acertaron.
En dos ocasiones ocurrió que la cifra que estaba en la máquina al comienzo del programa coincidió con la obtenida después de que Miriam tirara de la palanca; fue en los programas dedicados a los Reyes Magos (3 de enero de 1992) y a Goya (21 de febrero de 1992).
Miriam no consiguió nunca sacar el mínimo que podía arrojar la máquina, aunque estuvo muy cerca de él, ya que en el programa dedicado a España, pueblos y fiestas obtuvo 101 pesetas. El máximo de la máquina (599 pesetas) lo obtuvo en el último programa, aunque en este caso con algo de trampa.
En este vídeo vemos el modo en que Miriam Díaz-Aroca consiguió las 599 pesetas de la máquina.
OCTAVA ETAPA (1992-1993)
En la octava etapa tampoco faltó la máquina de los cilindros, que vio aumentada la cifra que podía alcanzar hasta 995 pesetas, ya que se incorporó hasta el número 9 en el primer cilindro, y en el último se dejaron únicamente el 0 y el 5.
Como en la etapa anterior, Miriam Díaz-Aroca era la encargada de accionar la máquina, logrando cifras no siempre tan altas como los concursantes hubieran deseado, lo que provocaba comentarios irónicos por parte de Jordi Estadella.
No obstante, cuando Jordi Estadella tuvo que accionar la máquina de los cilindros en el programa especial dedicado a las Navidades del conde Drácula no obtuvo una cifra muy superior a la que conseguía su compañera; tan sólo 375 pesetas.
NOVENA ETAPA (1993-1994)
La novena etapa de «Un, dos, tres...» presentó sustanciales cambios en lo que respecta a la máquina de los cilindros. A los tres cilindros tradicionales de la máquina, se le añadió un cuarto que no contenía cifras, sino dibujos de Ruperta o estrellas; en caso de que saliera la Ruperta, la cifra quedaba inalterada, pero si aparecía una estrella dicha cifra se multiplicaba por dos.
Este sistema, sin embargo, tan sólo se utilizó durante los dos primeros programas de la etapa, ya que a partir del tercero, y con el objeto de ahorrar tiempo, se suprimió una de las rondas de preguntas; y para que los concursantes no perdieran oportunidad de conseguir buenas cantidades de dinero en esta fase del concurso, en el cuarto cilindro se introdujeron cifras del 1 al 3, por lo que los concursantes podrían llegar a multiplicar su primera pregunta hasta por 3.999 pesetas.
Durante los dos programas que rigió el sistema de Rupertas y estrellas, en el primero salió una calabaza, pero en el segundo, dedicado a las cuevas de Altamira, salió la estrella, por lo que la cantidad inicial de 592 pesetas fue doblada y los concursantes multiplicaron sus respuestas por 1.184 pesetas.
En esta etapa la encargada de accionar la máquina fue Alejandra Cano.
«UN, DOS, TRES... ¡A LEER ESTA VEZ!» (2004)
En «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004) fue la primera vez en que la máquina de los cilindros ya no daba la cantidad en pesetas, sino en euros. Se volvía a recuperar la tradición de los tres cilindros, el primero para marcar la cantidad de euros, y los dos siguientes para los céntimos.
En el primer programa, la encargada de accionar la máquina fue Magda Aizpurúa; pero al ser expulsada del equipo por Chicho Ibáñez Serrador en ese mismo primer programa, tomó el relevo al frente de esa responsabilidad Marta García, que bautizó a la máquina como “Roderitas”, en clara alusión al apellido del presentador. Yolanda Aracil, por su parte, convertía a pesetas la cantidad obtenida en euros, para los espectadores que aún no se habían acostumbrado a la nueva moneda.
Durante los primeros programas, la cifra que podía arrojar la máquina oscilaba entre 1’00 y 2’99. A partir del programa dedicado a “La isla del tesoro” (13 de febrero de 2004) la cifra máxima se aumentó hasta los 5’99.
Como anécdotas relacionadas con “Roderitas” podemos señalar que en el primer programa, en el que se obtuvo la cifra de 2’20 euros, el primer dos no salió bien claro del todo, lo que provocó que Magda no supiera qué número decir, y Luis Roderas lo solventó diciendo “Es un dos; perezoso, pero un dos”.
En el programa dedicado a “Cuento de Navidad” (6 de febrero de 2004) a Luis Roderas se le olvidó pedirle a Marta que accionara la máquina de los cilindros, y le pidió directamente a Gloria que acercara la bandeja con las preguntas para la primera pareja; Marta tuvo que interrumpirle para determinar por qué cantidad se empezaría a multiplicar la primera pregunta. Algo parecido ocurrió también en el programa dedicado a “La máquina del tiempo” (19 de marzo de 2004).
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Agradecemos a David, Rodrigo, Miguel Ángel, Cándido y Fran su colaboración en esta sección |
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